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-Esto sonó tan tétrico, Jinie.- dijo entre carcajadas el menor de ambos, haciendo que intensos colores en rojo subieran por las mejillas y orejas del castaño.

-Basta, Taehyung lo inventó para tí.- un mohín se formó en sus labios ante las burlas del moreno.

-Pero te gusta.

-Si.- NamJoon elevó una ceja sonriente.- ¡Digo no! No me gusta, solo lo recordé.

-No te gusta pero lo usas.- volvió a rebatir.

-Si... ¡No!- chilló otra vez revolviendo su cabello.- Te vi y recordé el apodo, nada más. Estaba preocupado por tí y recordé todo lo que tenía que ver contigo en mi desesperación, fue eso, somos amigos ¿no?

-¿Es normal?-

-¿Qué dos personas sean amigos después de sexo casual?- preguntó frunciendo el ceño levemente mientras pensaba en...

-No, hablo de que siempre expliques todas tus acciones como si alguien no fuera a creerte.- entre cerró los ojos observando el adorable gesto de Jin, quien parecía a punto de protestar en su contra siendo interrumpido por las acciones del moreno.

-Estás invadiendo mi espacio personal.- murmuró el mayor luego de sentir como su dosaeng tomaba su mano y acercaba a su rostro de golpe.

-Me estás provocando.

-¿De qué hablas?- volvió a decir en un tono bajo, como si estuvieran compartiendo el secreto más importante del mundo, como si intercambiaran recetas secretas para el plato especial de la abuela.

-Estás provocándome ganas de comerte aquí y ahora, pero ambos sabemos que eso no puede ser.- un silencio se extendió entre ambos dentro de aquel tranquilo auto estacionado bajo la sombra de aquel frondoso árbol.

De lejos se podía oír el retumbar de las bocinas con música en la casa de Park y el viento frío que chocaba con las delegadas ramas en los árboles daba un toque de paz, una paz que dentro de ambos chicos era inexistente.

Cada uno metido en sus propios asuntos, sus propias ideas. Cada quien sumido en un mundo irreal que construían cada día, jugando con el destino que les prohibía soñar, pero aún así, insolentes como solo el ser humano podía ser, estiraban sus manos tanto como podían, buscando tocarse. Buscándose solo a ellos mismo.

Uno de ellos, en un mundo gris, con colores verde esperanza, esperando por una mano dispuesta a ayudarlo a salir del hoyo en que el solo estaba metido, un agujero que alguien más había cabado pero que el mismo decidió rellenar. Sacrificándose en nombre de los que quería mientras buscaba un sol caliente para refugiarse de su sombría existencia.

La otra, cómodo en un mundo de colores, colores falsos que con cada gota de lluvia se desvanecía. Cómo si toda su existencia fuera un mentira y simplemente buscara más colores. Colores en otras personas que no tenían oportunidad. Se aprovechaba, siempre tomaba pero nunca ofrecía algo a cambio. Quizás ese fue siempre su error.

El error de ambos.

-¿Qué harías si te beso?- una suave pregunta rompió el silencio cómodo entre ellos.

-¿Porqué preguntas, si de todas formas lo harás?- fue la respuesta lenta que recibió el moreno, ambos tan juntos pero tan lejos.

Penetrame, ¡ahora! [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora