Efectivamente, NamJoon había recibido una gran reprimenda por parte de Tzuyu, quién se quejó de hacer el trabajo sola sin su ayuda. Después de muchos "lo siento" y "te llevaré a comer lo que quieras", la joven aceptó poner su nombre en el trabajo para salvar el semestre al fin.
-¿Que hiciste toda la semana?- escuchó una nueva queja atraves de la llamada.
-Ah, no sé... Solo se me fue el tiempo. Estuve con SeokJin hyung, muchas cosas pasaron.- respondió estirando su cuerpo sobre la cama, era temprano en la mañana cuando NamJoon decidió contactarse con la joven y rogarle por piedad, terminando la discusión volvieron a hablar de cualquier cosa, intentando distraerse un poco.
-Oh, hablando de oppa...- suspiró la castaña (no recuerdo su color de pelo, ayuda)- Dicen que murió su abuelo, todo el mundo le dejó una rosa en la puerta de su oficina y algunas personas hasta vinieron de negro, ¡incluso los que ya no tenían que venir!, ¿Eso es verdad?
NamJoon elevó las cejas sorprendido, según tenía entendido la mayor parte de la población universitaria había salido ya de vacaciones y los únicos que sabían sobre ese triste acontecimiento eran los siete chicos quienes presenciaron tal hecho ese mismo día.
-¿Cómo se enteraron?- le preguntó.
-Una chica estaba haciendo sus prácticas en la sala de emergencia como recepcionista.- informó.- Ella dijo que vió a los hermanos peleando y discutiendo toda la noche hasta que su abuelo finalmente falleció, también dijo que vió a otros chicos junto a ellos. Según cuenta, ella vió siete ángeles triste esa noche.
-¿Qué demonios?- bufó NamJoon sentándose en la cama.
-Ella dijo eso.- Se escuchó el mohín que hacía con sus labios.- No me culpes a mi, Namjoonnie. Dijo que siete chicos guapos se presentaron como ángeles tristes frente a ella, uno curioso con lo que pasaba su alrededor pero fuerte con lo que vivía, se nombre era Jeon JungKook. El otro, de cabellos verdes, con una sonrisa positiva en el rostro y un raro aire de sensualidad a su alrededor, su nombre era Kim Taehyung. Seguía otro joven, con el cuerpo lastimado pero la sonrisa intacta, el era Park Jimin. Habia uno con la pierna dolida y un mueca de ganador en los labios, ese era Jung Hoseok. Luego, tras de ellos llegaba uno de piel pálida, con cabellos rubios y mirada somnolienta, su nombre era Min Yoongi. También estaba el presidente, alto y triste, con la mirada perdida y el cuerpo tembloroso, Kim SeokJin. Y por último...
-Mujer, ¿Estás haciendo una introducción a algún k-drama o algo así?- gruñó NamJoon después de escuchar su extenso relato, cortándola en el momento en el que supo que su reseña era la siguiente.
-Cállate.- chilló esta del otro lado.-Y por último, estaba él, un chico alto, con la expresión seria, era quien decía que hacer, siempre sereno y con la voz potente, su cabello era platinado y su cuerpo era como el de los dioses, su mirada parecía severa pero en lo profundo de ella una calidez inmensa se dejaba ver, su nombre era, -Hubo un silencio inquietante de la otra línea, hasta que...- Porronesia Parrapiro.
-¿Te drogas?- las carcajadas de la mujer no se hicieron esperar al otro lado de la línea, haciendo rodar los ojos a NamJoon hasta hacerlo sonreír.- Yah, recuerdo a esa chica, me pidió salir y pues... No sé pudo.
-Pues que pena, por qué ahora, con todo lo que dijo de tí y tus amigos, las chicas están enloqueciendo.- escuchó un bufido.- Incluso yo sueño con conocer a Jung Hoseok. ¿Me lo presentas?
-No sabes la suerte que tienes tú de conocerme.- Escuchó una maldición del otro lado de la línea haciéndolo reír.- Es mi amigo desde la secundaria, pero creo que está en planes con otra persona...
-Se mover el culo, tu solo haz que me conozca.- NamJoon se carcajeó en voz alta.- No es broma, bobo. En serio, muchas personas están encantadas con ustedes, no sé que diablos hizo esa chica pero ahora los aman.
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Penetrame, ¡ahora! [NamJin]
Fanfic-¡¿Cómo te atreves a dejarme así?! -yo, uhmm.. ¿perdón? -¡Que perdón ni que nada!¡Penetrame! -¿qué? -Namjoon, Penetrame ¡ahora! ___ Donde Jin, cuyo pasado y experiencias lo llevaron a no confiar demasiado en las personas, pero aún así siendo amargad...