71.4 [Final]

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I live so I love

-Nos vemos.

-¿Mañana?

-Mañana.

-Ya, entra pedazo de...

-Él tampoco es un solecito cuando despierta.- bufó NamJoon plantando un beso en la frente a SeokJin antes de ingresar a su departamento junto a Yoongi.- ¡Mañana!

Gritó antes de cerrar la puerta, SeokJin sonrió enternecido y empezó su viaje hasta su hogar. En el auto ya solo quedaba su hermano y él, y la paz y el silencio, y... Las ganas de seguir viviendo, las ganas de sonreír.

-¿Llegamos a casa, hyung?

-Si, Kookie. Llegamos a casa.

Un hyung es alguien mayor a ti, responsable y sabio, talentoso en sus áreas y una buena persona. Kim SeokJin es el modelo perfecto de dicha descripción...

¿Pero quién mierda había hecho esa descripción?, ¿Una niña de catorce años?

Un hyung era alguien mayor a ti, alguien cercano como un hermano o un amigo. Un hyung era una persona común y corriente que lloraba y gritaba, que reía con los ojos cerrados y acariciaba su estómago cuando se llenaba de comida.

SeokJin estaba harto de el modelo que veían en él. No quería considerarse perfecto. Quería ser alguien tan corriente que el verlo sería algo totalmente normal. No quería que lo admiraran ni que suspiraran su nombre. Estaba harto de todo. Estaba harto de todos.

Y ahí, sentado en el techo de su pequeña casa, miraba las estrellas opacadas por las grandes nubes en el cielo. Era gracioso, hasta irónico el porqué ahora se tomaba el tiempo de observar las pequeñas cosas.

¿Acaso el ser humano tenía que, necesariamente, vivir cosas malas para darse cuenta de lo que tiene?

Encogió sus piernas hasta su pecho cruzando sus brazos, uno adolorido todavía, inhaló hondo el frío aire de la noche, el silencio acompañaba sus pensamientos, aunque estos no dijeran nada realmente.

Se sentía un poco tonto. Tantas cosas habían pasado y no lograba formular una enseñanza, o un buen final para ese episodio de su vida. Se sentía tan pequeño y efímero que mirar el cielo lo asustaba. Pero no quitaba la mirada.

Tomó su celular y marcó un número que casi se sabía de memoria.

-¿No puedes dormir?

-No, lo siento. ¿Te desperté?- murmuró dirigiendo la mirada a las manchas que podía notar en la enorme luna que se alazaba esa noche, era lindo. Espeluznante al mismo tiempo, pero lindo.

-No, aún no dormía. ¿Estas bien, Jinnie?, ¿Pasa algo?- No contestó en seguida.

Si se concentraba lo suficiente en aquellas manchas podía ver un conejo dibujado en ella. Si se quedaba lo suficientemente callado podía escuchar su corazón latir. Si se movía lo menos posible tal vez podría desaparecer.

-NamJoon, ¿Por qué hay un conejo pintado en la luna?- ahora el silencio se hizo presente al otro lado de la llamada, SeokJin sonrió.

-Pues... En realidad son solo cráteres. La forma que le damos, no es... Una intensión en sí, claro, hablando desde el punto astronómico.

-¿Y por qué tiene cráteres entonces?- corrigió su pregunta cerrando los ojos, se recostó sobre su tejado y abrió los brazos dejando el celular sobre su pecho con el altavoz encendido.

-Es porque meteoritos chocan contra ella. Ya sabes, las lluvias de estrellas y cosas así. ¿Por qué preguntas sobre eso?

-Cuando somos niños no pensamos en nada.- cambió de tema sonriendo hundido en sus recuerdos.- Todo nos parece nuevo, fascinante. Como la arena en tus pies o el color del cielo cuando atardece.- chasqueó la lengua arrugando ligeramente el ceño.- Pero a medida que vamos creciendo todo se vuelve tan cotidiano, tan aburrido y monótono que de pronto mirar el cielo en una perdida de tiempo. Eso es triste.

Penetrame, ¡ahora! [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora