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-espera- lo detuvo el brazo de Jin, cerrando la puerta de nuevo, dejándolo sentado otra vez, ¿Que le diría ahora? Notaba a Jin intranquilo, con la mirada temblorosa y las manos frías.

-ya entendí, tranquilo hyung. No lo volveré a molestar...- intentó abrir la puerta pero ahora está tenía el seguro puesto- hyung, déjeme salir...- objetó mirándolo confundido. ¿Qué? ¿Ahora le rogaría quedarse?

-NamJoon... Ayúdame...- sus ojos... ¿Qué le pasaban a sus ojos?

-hyung...

-Ayúdame...

-Jin, ¿Qué tienes?

-Por favor...

***

- ¡Y todo es horrible ahora!- exclamó elevando los brazos cual pájaro en pleno vuelo, algo que si bien le parecía gracioso al moreno, debía guardar las apariencias, ese era un momento serio.- ¡ahora es tu turno de consolarme!

- Ya, ya... Todo estará bien- dijo palmeando su espalda en un ritmo incómodo y nada consolador.

-Aish, ustedes los hombres no saben cómo tratar a personas con problemas.-

-tú también eres hombre.-

-Pero yo soy hombre de un nivel superior.- empujó el hombro de NamJoon y se tiro a la cama, pues si, como tantos sueños de NamJoon con él, Jin estaba en su habitación gruñendo contra la almohada y respirando pesadamente mientras soltaba blasfemias al viento, pero estos eran por un motivo totalmente diferente al que el habría pensado alguna vez.

-Si, claro. Aún no me dijiste como quieres que te ayude.- dijo recobrando la concentración que le había quitado el trasero de Jin moviéndose en la cama en busca de comodidad.

-Acompañame- pidió mirándolo suplicante.

-No entiendo en qué te ayudaría eso- replicó sentándose sobre el escritorio que tenía en su habitación, mirando de frente a Jin.

-La verdad... En nada. Pero tú me haces sentir seguro, así que quiero que me acompañes.- se cruzó de brazos cual niño, pequeño sentándose en la cama, pues se había dado cuenta que en todo momento NamJoon no había apartado la vista de su cuerpo indeciso y eso lo puso más nerviosos de lo habitual.

-bien, pero... ¿Que gano a cambio?- si tenía que arriesgar su vida de esa manera sacaria provecho de la situación, por lo menos.

-ah ¿Cómo te atreves a exigirme pagos? Los jóvenes de ahora no respetan nada.

-Soy solo dos años menor que tú, el que tengas complejo de anciano no es mi culpa. Además lo que te voy a pedir no es nada difícil y no afectará tu economía.

-¿Qué es?- dijo curioso por las palabras del menor, quien sonriendo de lado murmuró.

-Te lo diré mañana.- Jin entrecerro los ojos sin saber si aceptar o no su condición, pues, a pesar de todo sabía que el menor sacaría provecho de la situación, y Kim SeokJin no quería eso, si algo estaba claro era que el debía mandar sobre el menor porque si no era así... ¿Quién sabe cómo acabarían?

-Bien- contestó lentamente- pero vámonos ya, me ha estado llamando hace buen rato.

NamJoon asintió tomando una gorra y saliendo de la habitación tan rápido como Jin se lo permitido.

-aun tengo una pregunta...-comentó el menor entrando al auto al mismo tiempo que el otro.

-¿Cúal es?-

-¿Por qué yo?- Jin volteó a mirarlo mientras encendía el auto, una media sonrisa de formo en sus labios mientras pensaba en cómo contestarle.

-Tal vez...- chasqueo la lengua-Porque me conoces más que cualquiera.

Penetrame, ¡ahora! [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora