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-Hyung, nos encontramos de nuevo.- dijo el moreno interviniendo en el camino del mayor quien no se dio cuenta de tal obstáculo y termino cayendo al suelo de una manera un tanto graciosa. Tan graciosa que arrancó una carcajada del menor.

SeokJin, con la poca dignidad que le quedaba, levantó las hojas rápidamente evitando la mirada del menor quien ahora intentaba tomar su mano para ayudarlo.

- Estoy bien, puedes irte.- dijo algo molesto por la gran sonrisa del menor.

- Déjeme ayudarlo, hyung.- ahí estaba de nuevo, su sonrojo, su nerviosismo, su personalidad cayendo como si de un castillo de arena se tratara.

El menor sabía lo que pasaría a continuación, lo había vivido tantas veces con el mayor. Lo vió tragar en seco mientras su sonrojo crecía hasta teñir sus orejas, sus manos temblaban debajo de los papeles, Jin de nuevo estaba nervioso ante la cercanía del menor.

- bien.- respondió titubeando y le entrego las hojas de una forma un tanto brusca, buscando alejar el rostro del menor del suyo.

NamJoon lo había visto de nuevo, como su actitud pedante y su mirada hostil desaparecía cuando alguien se le acercaba demasiado. Desde que lo conoció los pasillos de aquella universidad ya no eran seguras pera el respetable Kim SeokJin.

Mientras caminaban por los largos pasillos de la institución, ninguna palabra de hizo presente y un aire tenso cayó sobre ellos. Jin mirando hacia el frente, fingiendo ignorar la penetrante mirada del menor quien hasta ahora sonreía orgulloso por la reacción causada por el mismo.

NamJoon siempre se cuestionaba el porque de su insistencia con el mayor y aún no lo sabía. Lo único de lo que era consiente, era de lo que le provocaba aquellas escenas que pudo presenciar tan solo el primer día de clases en la universidad.

Unas escenas tan mórbidas que sólo podían guardarse en su mente, tan secreto de todos, hasta del propio SeokJin quien era actor principal de aquellos recuerdos.

No puedo decirles exactamente como fue, ni en qué momento, por que esas cosas tan simples y vagas no existen en la memoria de Kim NamJoon. Porque cuando vió lo que vió nada más importó ese día.

Tal vez se ve como un pervertido, pero que importa... A el no le importa recordar su rostro, levemente bañado en sudor. Sus ojos cerrados con fuerza y sus labios entre abiertos.

No le importa recordar en los sonidos extraños que salían de sus labios, ni del movimiento constante de su cuerpo que chocaba rudamente en el escritorio de aquella oficina.

No le importa y no le molesta en absoluto tocarse pensando en ese exquisito momento cuando un fuerte gemido salió de los labios de SeokJin. No le importa y no le molesta en absoluto lo sucio que se vio levantándose de su extraña posición y acercándose a besar aquel rostro poco conocido por las personas de la universidad. No le importa y no le molesta en absoluto intentar tener lo mismo.

La misma atención del mayor, las mismas caricias, los mismo sonidos, la misma calidez. Lo quería todo y lo quería ya.

-Déjalos aquí- esa orden lo despertó de su letargo, algo torpe y confundido dejó los papeles en aquel escritorio, que tan solo segundos antes recordaba con placer.- eso es todo, ya puedes irte.

-¿Estas seguro de que quieres que me vaya?-

- más seguro que la carrera que estudió, tengo mucho que hacer. Vete.

-que grosero, hyung- sonrió apoyando su espalda en la puerta, Jin suspiró y se sentó sobre la mesa del escritorio, lo miró de nuevo con autoridad.

-así es, soy tu hyung y debes obedecerme. Tengo trabajo que hacer, por favor Kim NamJoon.- apuntó hacia la puerta invitándolo a salir.

El menor bufó hastiado y salió de la oficina sin decir nada más. Odiaba cuando sentía que no avanzaba en nada con aquel chico.

Kim SeokJin, a pesar de todo lo que pensaban, era alguien frío, difícil de persuadir y NamJoon vaya que lo sabía. Había pasado un mes entero desde que lo vió con aquel chico. Un mes de idas y venidas sin éxito con su chico.

NamJoon no entendía como aquel chico, de nombre desconocido para él, había podido penetrar en su corazón... Y en algo más.

SeokJin no tenía novio, eso era seguro. Pero... entonces, ¿Cómo lo logró?

¿Cómo pudo acercarse a él de esa manera?

No lo entendía y tampoco quería entenderlo, NamJoon solo quería poseerlo, solo quería tenerlo entre sus brazos una noche. Eso era suficiente para quitarse de encima esa duda, sobre su cuerpo, sobre su orientación, sobre toda su estúpida vida.

-te tendré, SeokJin. Tarde o temprano, yo te tendré.- murmuró antes de entrar a su primera clase... En la cual... Bueno... ¿Si reprueba no va al tema, no?

Penetrame, ¡ahora! [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora