Alex se levantó y fue a la librería, buscando un rato los cuentos, finalmente los encontró todos, los reunió y volvió con su niña, teniendo la pila de cuentos entre sus brazos.
—cual quieres que te lea osita
Alex puso los libros en la cama para que su bebé pudiera escoge el que quería, Mili miró todos los libros y a continuación, sacó varios: el de la Caperucita, el de la bella durmiente, los tres cerditos, el patito feo, ricitos de oro, el traje nuevo del emperador.
Luego de tener los todos en línea, la pequeña los miró un rato, separó el de la bella durmiente y los tres cerditos, para luego quedarse otro rato mirando los libros, sacó el del traje nuevo del emperador y también el de patito feo, Alex los tomó y los puso con los demás, mientras miraba con una leve sonrisa la carita que ponía su nena al concentrarse en eso.
Luego de unos minutos, como no se podía decidir, la pequeña empezó a jugar tetin marin con los dos libros, y le salió el de Caperucita roja, por lo que le dio el otro a su mamá para que lo pusiera con los demás, Alex dejó todos los demás libritos en la mesita de noche y tomó el libro que tenía su pequeña.
—obito, ojo
Alex sonrió un poco al oír eso, sabía que Mili trataba decir, que en el cuento habían dos de sus cosas favoritas, el lobo y el color rojo, dejé un momento el libro y de acomode con ella en la cama, para luego volver a tomar lo y abrirlo, empezando a leerse lo con voz de narador.
— Había una vez, una adorable niña que era querida por todo aquél que la conociera, pero sobre todo por su abuelita, y no quedaba nada que no le hubiera dado a la niña. Una vez le regaló una pequeña caperuza o gorrito de un color rojo, que le quedaba tan bien que ella nunca quería usar otra cosa, así que la empezaron a llamar Caperucita Roja.
Alex dejaba el libro a la vista de las dos, para que su pequeña pudiera ver las ilustraciones mientras ella le leía, le leyó todo el cuento a su atenta bebé y al terminar lo cerró con cuidado y lo puso al lado de ella, Mili tras terminado el cuento se giró hacia su mami, puso sus manitas como garras y las alzó frente a ella.
—obo wuaarr
—ooohh que miedo
Alex le siguió el juego a la bebé, con una sonrisa, le encantaba verla tan animada como siempre.
—wuaaarr obo ambe
Dijo la pequeña, para luego saltar sobre su mami, Alex dio un pequeño chirrido por el susto y Mili se rió, para luego acurrucarse de nuevo en su mami.
—oito no ome mai
Alex se conmovió un poco al oír esas tiernas y juguetona palabras, le acarició el cabello a su bebé y la abrazo fuertemente, aunque teniendo cuidado, se quedaron abrazadas un rato, hasta que Mili se separó un poco, para jugar con la garras que el pijama tenía en los pies.
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Mi pequeña Mili 🍼
FantasyPor un Peculiar situación dos amigas empiezan a compartir un vínculo muy íntimo y particular que las irá haciendo acercarse cada vez más. Nota importante: está historia la escribí cuando aún no sabía mucho sobre el cglre, por lo que en algunas part...