Bestia Salvaje

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Viajar sobre la alfombra era mucho más rápido que ir a pie o con alguna caravana, pero también le molestaba perderse todas aquellas maravillas que solo se pueden conocer de cerca. Cuando la noche caía los sirvientes armaban un campamento con casas de campaña bastante cómodas y todo lo necesario para pasar la noche sin complicaciones. Durante los primeros días Kougyoku insistió en que le contará todo lo que le había pasado desde que salió del palacio, si Sakura quería saltarse algún detalle de inmediato la llena de preguntas como:

Que comías?
Como conseguías dinero?
Donde te bañabas?
Te llegaron a espiar?
Comiste cosas raras?
Que cosas?
De qué color era?
Cuántas tonalidades podías distinguir?
Olía rico?
Una mezcla como de que?
Fresco o conservado?
Como era su textura?
Suave o rasposo?
A que se parecía?

Un sin fin de preguntas y para todas tenía una respuesta acompañada de una sonrisa, Kougyoku era como una niña pequeña rebosante de curiosidad por el mundo al que rara vez se le permitía salir.

Le contó sobre un apuesto hombre de Reim y como se habían hecho buenos amigos - Claro que sin mencionarle ciertos detalles no aptos para alguien con una mente inocente como la de ella - también le hablo muchisimo sobre Aladdin que incluso la tercer princesa ya lo apreciaba sin siquiera conocerlo.

Llegó a pensar si todas aquellas preguntas eran por qué de verdad quería saber o solo era una manera para distraerse de sus miedos y de aquello que se avecinaba, la menor de los Ren era un libro abierto de temores.

Sakura estaba leyendo algunos de los documentos donde se establecían los derechos que Balbadd le había cedido al imperio por la ignorancia de Ahbmad.

-Sakura Nee-sama — estaba sentada sobre la cama que ocuparían aquella noche, por petición de Kougyoku ambas dormían juntas, faltaba muy poco para llegar al imperio y era todo un manojo de nervios andante — yo... emm... qui... quiero, preguntarte algo.

-Que ocurre? — su tartamudeo y ver cómo apretaba con fuerza su vestido hicieron que la medic dejara aquellos documentos sobre la mesa para darle su total atención.

-Yo... — sus ojos comenzaron a cristalizarse y sentía como se le formaba un nudo en la garganta — Yo quiero.... quiero saber si estás enojada conmigo?

Sakura se acercó sentándose en un banquito frente a ella quedando a la misma altura.

-Por supuesto que no! — contestó de manera apresurada, sabía que tarde o temprano ese manojo de nervios saldría a flote — Por que piensas algo así?

-Se que te sientes decepcionada — trataba de limpiarse las lágrimas con sus amplias mangas — De que haya aceptado la boda sin oponerme, pero... todos pusieron sus esperanzas en mi, nuestro padre, nuestros hermanos... además... yo también quería hacerlo, bueno... imaginaba que, que mi futuro esposo sería... un galante caballero.

-Y casi quedas atrapada con un gordo sin escrúpulos ni cerebro — Sakura suspiro, mientras Kougyoku trataba de controlar su llanto — Escuchame... No estoy enojada contigo, eres la menos culpable en todo esto — incluso ella tenía más culpa por no haber estado cerca — tampoco puedo decirte que no me hayas decepcionado — la menor se encogió de hombros como si quisiera esconder la cabeza igual que las tortugas — pero solo fue un poco. Debes aprender a que no todo lo que dicen los demás ya sea el emperador, la familia o quien sea no siempre es del todo correcto.

-Yo sólo quería ayudar — Sakura la tomó de las manos e hizo que la viera a los ojos.

-Lo se, a mi me ayudaste mucho... eres una persona maravillosa y por eso estoy enfadada con ellos, no contigo — nunca lo estaría con ella, y menos en esas circunstancias — la próxima vez que quieras casarte, bueno, al menos deberías tener un par de citas con el novio — le dijo en tono de broma haciendo que Kougyoku riera.

Magi - Princesa Shinobi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora