La Emperatriz de Kou

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Por un momento se perdió en la distancia que el balcón le brindaba, los magníficos paisajes del que era su hogar se extendía ante sus jades pupilas llenándola de algo parecido a la nostalgia.

Cerro los ojos procesando nuevamente la información que su clon había enviado, todo salió según como lo predijeron y nadie se dio cuenta que no era ella realmente hasta el final, así como su copia no pudo evitar derrama lágrimas ante la historia de Aladdin, sobretodo por él... su pequeño peli azul cargaba un gran peso y seguía sonriendo, se sorprendió de la proposición de Sinbad, rodó los ojos ante las travesuras de Yunan y Judar, se toco los labios con suavidad recordando el beso y las palabras de Muu.

Pero no era el momento para darle vueltas a esos asuntos ya que su presencia era requerida en otro lugar.

Los comandantes le informaban sobre las diferentes situaciones en las que se encuentra el país y sus opiniones para enfrentar los actuales conflictos, fue una reunión larga pero bastante productiva había mucho trabajo por delante.

Las puertas del palacio se abrían para recibirlos con gran respeto, no pudieron negar la sorpresa al ver el lamentable estado en que estaban los jardines de la parte norte, el lugar quedó irreconocible y por completo destruido.

Que rayos había pasado para dejarlo así?

Los sirvientes que estaban por los alrededores se tensaban ante sus presencias, esperando que no hubiera otra pelea pues las reconstrucciones apenas comenzaban.

Llegaron a la sala del trono donde se encontraban los comandantes de sus tropas, acababan de recibir instrucciones y se preparaban para salir, pero se detuvieron antes de dar el primer paso.

-Kouen-sama... — anunció Shuu — sus altezas, sean bienvenidos de vuelta — los comandantes se inclinaron.

Al ser los más observadores algo que llamó la atención de Kouen y Koumei fue la mirada firme en sus soldados, no había rastro de temor o arrepentimiento en sus ojos.

El trono era decorado con esculturas de dragones dorados y sinceramente para todos fue extraño verla sentada en ese lugar con toda tranquilidad, su vestido rojo de mangas amplias era decorado con hilos de oro bordando diferentes figuras a lo largo de este y usando la tradicional corona del imperio los observaba con una diminuta sonrisa. Hakuryuu estaba de pie a su lado, como un miembro más del consejo.

-Kouen, Koumei, Kouha, Hakuei, Kougyuoku, Morgiana... Aladdin, los esperaba.

-Nos inclinamos? — susurro Kouha un tanto perdido.

-Ni siquiera lo piensen — dijo Sakura poniéndose de pie — son mi preciada familia y no es necesario ninguna muestra ostentosa de respeto.

-Nos dirás que sucedió? — Kouen no es paciente para ciertas cosas.

La peli rosa dejó escapar un suspiro, su hermano mayor siempre con prisa y exigente.

-No soy la adecuada para eso — observó a Hakuryuu, él era el indicado para hablar.

El de la cicatriz aceptó la petición de su emperatriz y así una vez más su historia fue contada... lo sucedido aquel día del incendio, como esa mujer aceptó ser la causante de esa desgracia, su dolor y agonía al tener que aceptar que su madre era una asesina sin escrúpulos, por respeto a su hermana omitió la charla con Hakuei, confesó la rabia que llegó a sentir por ellos y que pidió la ayuda de Sinbad para cumplir con su venganza... y como en aquel momento de completa desesperación Sakura se enteró y le ofreció su ayuda sin dudarlo. Para este punto ya todos sabían lo que escondía Al Thamen y de las cosas que eran capaces de hacer para cumplir con su descabellado propósito y por eso nadie se atrevió a dudar de ellos.

Magi - Princesa Shinobi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora