Entre Líneas

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Los médicos habían terminado con el tratamiento dejándolos en aquella habitación en completo silencio.

El primer príncipe estaba recostado en la cama con la vista perdida en su vendado pie, mientras el segundo estaba en una silla a uno o dos metros en espera de alguna reacción. Aunque Koumei no deseaba perturbarlo, tampoco podía seguirlo viendo en ese estado perdido y hasta lamentable, él también se sentía culpable ahora que Sakura los había hecho ver la otra cara de la moneda.

-Hermano, se lo que dirás respecto a la importancia de Balbadd para tus objetivos pero... era necesario haberla abofeteado? — suspiró, quizá si no lo hubiera hecho las cosas habrían sido diferentes.

-Koumei... ella te vio de la misma manera? — su voz se escuchaba completamente extraña, sin la presencia de aquella firmeza característica de él. El segundo príncipe negó.

-Creo que fue algo similar, quizá la mitad de lo que fue contigo y aún así lo ví más intenso.

-Recuerdo claramente el día cuando nació, la primera vez que sus ojos se abrieron para nosotros — Era uno de los momentos que se habían quedado grabados en su mente — cuando éramos unos desconocidos para ella.

-Era solo un bebé — Koumei no sabía a donde quería llegar su hermano con eso — es claro que no nos conocía.

-Hoy me vio del mismo modo... luego de toda una vida juntos parecía no reconocerme... llena de decepción — apretó las sabanas.

-También me sorprendí, siempre hemos sabido que Sakura tiene una personalidad fuerte al igual que tú, por eso se la pasan discutiendo. Pero una pelea así... — nunca hubiera imaginado que llegarán a tales extremos.

-No debí de haberla dejado irse — dijo con firmeza — somos los mayores y debería respetarnos, no entiendo por qué siempre ha sido así rebelde?

-Ese es el principal problema.

-Que es una rebelde? — arqueo una ceja, era extraño que Koumei estuviera de acuerdo con eso.

-Que somos los mayores — le aclaró — Siempre nos había respetado... — se rascó la nuca — a su manera pero lo hacía.

-Habla sin tantos rodeos Koumei — se cruzó de brazos.

-Es decir, su comportamiento no se debe a que no nos respete... — volvió a su firme postura — solo es como ella dijo, la hemos decepcionado — se cubrió la mitad del rostro con el abanico — y creo que tiene razón. Solo vimos por los intereses del imperio sin preocuparnos más haya por el futuro de Kougyoku.

-Pero...

-Y no me refiero sólo al estatus — Lo interrumpió — y se que tu también lo sabes, por eso hace un rato estabas perdido en tus pensamientos.

-Detestó cuando te pones de sabelotodo.

-Aun así sabes que tengo razón — se encogió de hombros — mejor dicho que Sakura la tiene, espero que no sigas insistiendo con el mismo tema, fueron suficientes daños en el palacio por un tiempo.

Lo sabía, le costaba y no quería admitirlo, Ren Kouen acababa de ser enfrentado, aplastado y superado por su hermana menor.

-Recuerdo cuando de pequeños tú y ella se colaban en mis aposentos — sonrío con nostalgia.

-Construíamos un fuerte de almohadas para ocultarnos.

-Y Sakura hacía figuras con las manos en las sombras... — porque hasta ella se dejaba llevar en ciertos momentos.

-O cuando te llenaba el cabello de trenzas y moños porque no podías decirle que no — en aquellos tiempos sus enormes ojos verdes de cachorro bajo la lluvia eran su debilidad. Kouen fingió no escucharlo.

Magi - Princesa Shinobi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora