Promesa Cumplida

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Salieron del territorio de Kou sobre una de las alfombras como en la que había viajado con Kougyoku, de esta forma fue mucho más rápido llegar al puerto.

Hakuryuu estaba maravillado con todo a su alrededor, sus heterocromaticos ojos recorrían cada sitio a su alcance con suma curiosidad haciendo que Sakura se sintiera completamente dichosa de llevarlo con sigo. El cuarto príncipe sin duda fue uno de los que más sufrió, Hakuei lloró durante meses, pero el menor había visto morir a su padre y hermanos, y casi terminó teniendo el mismo destino, perdió la vista del ojo izquierdo y su rostro quedó marcada con aquella enorme cicatriz y hasta la fecha nunca volvió a ser el niño alegre que recordaba.

Sentir en sus labios la brisa salada apenas al abrir un poco los labios es algo magnífico, el mundo esta lleno de tantas maravillas que le habían sido negadas desde siempre. Y por un momento su tenue sonrisa volvió a desaparecer, Hakuyuu y Hakuren alguna vez habrían visto aquel mismo y vasto océano?

Al ser el representante del país no podía viajar en un navío comercial, por lo que el enorme barco con banderas de Kou navegaba con la seguridad que el imperio imponía a su paso, harían unas cuantas paradas para re abastecer los suministros y de paso dejar que el príncipe turisteara un poco mientras Sakura lo observa de lejos.

Estaban muy cerca de su destino, solo debían hacer una última parada.

Sakura elegía algunas frutas de un mercado cuando sintió una extraña brisa curiosamente refrescante en aquel sofocante clima.

-Oh tengo tanta hambre — escuchó decir a un joven que pasaba tras ella, luego del fuerte sonido proveniente de su estómago — no he comido desde hace tanto...

Cuando Sakura se giro, no había nadie. Confundida revisó los alrededores y a unos pasos vio girar en una esquina al que creía ser aquel joven, rápidamente fue tras él encontrando otro tumulto de gente a su paso... volvió a escuchar aquel fuerte sonido esta vez al fondo de la calle y volvió a ver aquella sombra girando a la siguiente calle, preguntándose: Como si tenía tanta hambre caminaba así de rápido?

Cuando creyó alcanzarlo se encontró en un callejón sin salida, esa persona a quien seguía estaba sentado en el suelo con la espalda apoyada en la fría y sucia pared mientras su estómago volvía a emitir aquel fuerte sonido.

-Quizá no sea mucho — se acercó y le dejó la bolsa de las frutas que llevaba a un lado — pero...

-Es más de lo que podría esperar — le respondió con una voz suave que apenas pudo escuchar ya que ocultaba su rostro.

-También tengo esto — La kunoichi le extendió una pequeña bolsa con algunas monedas —tómalas, seguro has pasado por cosas difíciles.

El joven lentamente extendió su mano, suponía que tenía pena en aceptarlo y por eso no la veía. Al entregárselas se dio media vuelta dispuesta a irse.

-Siempre es agradable toparse con un corazón noble — el joven se puso de pie y ella se detuvo — aunque tú también has pasado por momentos difíciles... Ren Sakura... o debería decir Haruno Sakura?

Se giró tan rápido como pudo mientras sus ojos se abrían con gran impresión, nunca creyó volver a escuchar que nadie la llamara así.

-Supe que me has estado buscando.... — por primera vez desde que había nacido en ese lugar podía sentía como las piernas le temblaban - pero no.... no soy Solomon o mejor dicho su reencarnación — incluso eso sabía?

-Qui... quien eres? — apenas pudo preguntar.

-La pregunta es quién eres tú? — pudo sentir como el tiempo se detuvo a su alrededor, ya no había ningún sonido aparte de aquella voz calmada — Eres una viajera? Una princesa? Una ninja?

Magi - Princesa Shinobi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora