Se había despojado de todas sus ropas reales, después de todo ella ya lo había visto desnudo cuando se conocieron por lo que no veía ningún inconveniente en hacerlo.
Entró despacio al lago para darle tiempo a que ella también se desvistiera - al menos eso esperaba - la temperatura del agua era perfecta, tan refrescante en aquel calor abrazador que podía sentir como uno a uno los músculos se iban relajando, se adentro hasta que el agua le llegaba a la altura del pecho.
Escuchó como con pasos lentos ella también se adentraba aquel maravilloso oasis tropical haciéndolo aparecer una sonrisa torcida.
No pudo resistir la tentación y giró su vista quedando maravillado, era como una diosa.
Su piel blanca y suave como la porcelana, sus piernas largas, firmes y torneadas, caderas amplias que invitaban a pecar, quería estrechar su pequeña cintura, sus pechos eran más que perfectos, quería acariciarle la espalda disfrutando de cada fibra de su ser.
Sakura se había sujetado el cabello en una coleta alta, dejó su traje ninja perfectamente doblado en la orilla quedando solo en sostén y ropa interior.
No le temía a Sinbad, mejor dicho no le temía a ningún hombre, nadie podría aprovecharse de ella jamás o lo pagaría con su vida.
-Es tan refrescante... — Sakura también se estaba muriendo de calor y la verdad el lugar parecía sacado de un cuento para no disfrutarlo.
-Hace mucho tiempo que no venía aquí — admitió masajeándose el cuello.
-Demasiado ocupado para darse alguna escapada? — que hombre más descarado — O será que el baño del rey es mucho mejor? — la burla se podía leer en sus palabras.
-Aunque los baños de palacio son cómodos, no podría pedir nada mejor que este pequeño lago, y más estando en tan buena compañía — sonrió coqueto como solo él sabía.
-Que no deberías estar trabajando? — arqueo una ceja acusatoria, ese rey buscaba cualquier excusa para no hacer sus deberes.
-Ja'far puede encargarse perfectamente de todo — le confiaría su vida sin dudarlo. La mirada tranquila de Sinbad volvió a cambiar por una inquisitiva — Sakura-san... también eres una conquistadora de calabozos, cierto? — No era una pregunta, era una clara afirmación señalando su brazalete — el día que detuviste a Ugo, cuando te llevaste a Judar plumas doradas cayeron y curaron a los que había salido lastimados.
-Es cierto, conquiste la celda de Fenix — no es como que le interesara ocultarlo. Sinbad era un hombre por demás perspicaz para que a estas alturas no haya notado el sello de los djinn — A sido de gran ayuda en mis investigaciones médicas.
-Entonces porque no usas su poder para sanar a Hakuryuu-san? — nada se le escapaba.
-El poder curativo de Fenix solo es efectivo al instante, si la hubiera tenido conmigo el día que Haku-chan... bueno el día que perdió la vista lo habría hecho. Si intentas curar una herida vieja, como explicarlo?... si a estas alturas utilizo el poder de mi contenedor con él, le tendría que intercambiar mi propio ojo — pero eso haría que Hakuryuu se sintiera más culpable, por lo tanto no es una opción.
Sakura no se dio cuenta que el peli morado se había acercado mientras ella estaba sumida en su explicación, fue hasta que sintió como la tomó del mentón con delicadeza, levantándole el rostro para ser el único dueño de su atención que pudo verlo cerca.
Sakura tampoco había notado que los ojos de Sinbad eran endemoniadamente atrayentes, de su cabello rebelde bajaban gotas de agua así como de su húmeda piel, podía ver porque era todo un conquistador, hacía tanto que no sentía como unos brazos fuertes la estrechaban, y que despertara en ella ese sentimiento de deseo. Porque ella era fuerte pero seguía siendo de carne y hueso, al igual que todo el mundo con necesidades carnales, tampoco quería darle el gusto al peli morado de ser una más de su larga lista de conquistas, pero quizá él sí podría formar parte de la lista de ella.
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Magi - Princesa Shinobi
FanfictionLo dio todo durante la guerra, esperando que con su sacrificio pudieran sobrevivir pero, nunca imagino que renacería en otro mundo tan distinto y con sus recuerdos intactos. Tratar de volver a su aldea o adaptarse a su nueva vida, Cuál es la decisi...