Arma Asesina

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Inhalaba tan profundo que el aroma de la verde y próspera vegetación le llenaba los pulmones, trataba de concentrarse para poder meditar pues había muchas cosas que debía aclarase.

El cantó de las aves no era inconveniente, tampoco el sonido del viento moviendo las enormes hojas a su alrededor, no, lo que le impedía concentrarse era los poderosos ataques que se estaba llevando acabo muy cerca de él.

Sin duda era algo sin precedentes, jamás había visto tal demostración de semejante poder innato y que solo algunos afortunado en el mundo podían ser testigos. El intercambio de golpes entre los fanalis dejaría a cualquiera sin aliento, incluso al príncipe de Kou, había insistido en que Morgiana no debía molestarse por vigilarlo, pero como esperaba su propuesta fue rechazada; por lo tanto para continuar con su reposo sin afectar mucho a su nueva guardiana la acompañaba durante sus cesiones de entrenamiento con Masrur.

Intentaba pasar aquellos momentos meditando sin embargo la curiosidad por obsérvalos siempre era mayor. Su maestro Sharrkan en una ocasión le había comentado que en el pasado Masrur era mucho más pequeño que él y que hasta solía cargarlo sin dificultad, algo que al verlo tan enorme, fuerte e imponente lo veía hasta dudoso, no podría imaginar a ese mismo hombre como un niño.

En cuando a Morgiana podría tener una apariencia frágil pero sin duda era toda una guerrera, sus patadas eran tan letales como solo alguien de su raza podría serlo. Pero, sus movimientos eran mucho más estéticos a los de su oponente, cada golpe estaba acompañado de un sello especial... feminidad.

Su cabello rojo brillaba como la más bella de las joyas, las gotas de sudor que recorrían su frente parecían el roció de la mañana que baña las plantas y que con la luz del sol dan un ambiente mágico.

Morgiana le parecía sin lugar a dudas... No! en que estaba pensando? No debía permitírselo, no podía....No...

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-Que maravilloso día no les parece? — la maga se encontraba de muy buen humor, algo extraño considerando la tremenda borrachera que se cargaba la noche anterior.

-Veo que te sientes bastante bien? — le pegunto Sinbad con mucha curiosidad escondida.

-No deberías estar medio muerta tirada en la cama maldiciendo tu deplorable vida? — porque eso le sucedía Sharrkan cuando bebía de más.

-Ni que tuvieras tanta suerte — elevó una ceja con gesto de superioridad — Eso nunca lo verán tus ojos, cara de perro — Sakura tenía una maravillosa habilidad no solo para curar heridas sino también para deshacerse de la infernal resaca.

Les saco la lengua, se dio media vuelta y salió contoneado sus caderas como siempre, no recordaba cómo habían vuelto pero tenía algunas teorías - las cuales fueron confirmadas por los soldados que vigilaban el castillo - Sabía que el haberle dicho a Masrur lo que harían de algún modo sería bueno y no se equivocaba.

Teniendo al peli rojo para traerlas de vuelta y a la médic curando sus infernales dolores de cabeza estaba considerando salir más seguido, después de todo vio algunos chicos bastante atractivos en aquel lugar. Y con la tarjeta dorada Pase Súper Especial VIP que compraron con las ganancias de las apuestas, que el mundo temblara.

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Escuchó como alguien lo llamaba a lo lejos obligándose a despertar, se había quedado dormido en ese sitio... inusual.

Porque? No tenía sentido, anteriormente a él nunca le había llamado la atención. Entonces porque mientras caminaba cerca, no pudo resistirse a ir?

Se levantó pausadamente sin intención, el viento le revolvió su ya alborotado cabello mientras varios pétalos se arremolinaban a su alrededor llenándolo de su fragancia.

Magi - Princesa Shinobi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora