Dylan se hubiera quedado dormido durante todo el día de nos ser por su hermano.
No es que se acordase de él y que por eso se había levantado como todas las mañanas, sino que Simon había entrado en su cuarto gritando que llegaban tarde.
Lo primero por lo que se preocupo Dylan fue por su ropa de trabajo. Por un segundo no sabía donde lo había dejado todo y tuvo miedo de que Simon lo encontrara, pero no fue así. Había dejado sus cosas en su mochila y esta a un lado de la habitación, así que Simon no encontró nada.
–Lo siento, Sy. Anoche llegué tarde a casa y me he dormido.
–¿A qué hora llegaste?
–Tarde. Muy tarde.– Dijo mientras le preparaba el desayuno a Simon muy rápidamente.– ¿Qué tal estuviste tu con Nani? ¿Estuviste agusto?
–Si. Cocina mejor que tú.
–Ja, no es muy difícil. Vamos, termina de desayunar. Tenemos que irnos.
–Oye, que has sido tú el que te has dormido.
Dylan apenas se había vestido. Se había puesto los vaqueros por encima del pantalón del pijama, unas deportivas sin calcetines y una chaqueta sobre el pijama. No tenía tiempo ni de lavarse la cara, así que decidió hacerlo divertido, cogió a su hermano a la espalda como cuando eran pequeños y salió corriendo hacia el colegio. Menos mal que estaba en buena forma.
No le hacía gracia que Simon llegara tarde por su irresponsabilidad, así que allí estaban los dos, uno encima del otro corriendo por la calle y esquivando gente hasta que llegaron al colegio donde Simon saltó de la espalda de Dylan y fue corriendo mientras se despedía a gritos.
Dylan se quedó cogiendo aire un segundo mientras veía como todos los padres se marchaban. Cuando ya no quedó nadie y pudo respirar con normalidad, volvió a casa.
Cuando llegó se sentó cinco minutos en el sofá, le faltó poco par quedarse dormido otra vez, pero se obligó a sí mismo a espabilarse. Se vistió sin ningún pijama por debajo de los vaqueros, se aseó y cuando estaba apunto de prepararse el desayuno, sonó el timbre.
–Brook.– Dijo sorprendido al verla allí con dos vasos de café para llevar.– ¿Qué haces aquí?
–Traerte el desayuno.– Dijo ofreciéndole un baso.– Café grande para llevar. Te sentará bien.
–Oh, si. Gracias.– Dijo pegándole un trago.– Creí que estarías durmiendo.
–No soy un vampiro.– Sonrió.
–Si lo fueras, serias la primera vampiresa negra de la historia.– Ambos se rieron, aunque Brook menos.
–Ya, oye. Había pensado que llevas aquí unos tres días y a pesar de que todo te parece ir bien, no conoces la ciudad.
–Si la conozco.
–Conocer la ruta al colegio de tu hermano y al club no es conocer la ciudad.– Dylan bebió café.– Coge tus cosas, voy a hacerte una visita guiada.
–Pero, ¿y Simon?
–Nani tiene llaves de tu casa. Ella se encargará de él. ¡Vámonos!
–Vale, vale.
–Y coge tus cosas para ir luego al club.
Después de coger sus cosas, Dylan y Brook salieron del edificio y se pusieron a andar.
Si hubiera querido, Brook podría haber sido una buena guía turística. Conocía todos los rincones que merecían la pena conocer, incluso le llevó a comer a un sitio alucinante.
–Vale, y dime, Kansas: ¿por qué viniste a Nueva York?
«Porque mi alcohólica madre maltrataba psicologícamente a mi padre y nos culpaba a mi hermano y a mi de su patética vida» Pensó Dylan, pero optó por no contar aquella versión tan pronto.
–Necesitaba un cambio de aires.
–¿Tu hermano también?
–Mi hermano no quería que me fuera, y no podía dejarle allí, así que encontramos una solución.
–¿Y os gusta esto?
–Si. Creo que podríamos quedarnos para siempre.
–Eso mola.– Dijo y siguió comiendo durante un momento.– ¿Seguirías trabajando en el club?
–No lo sé. En realidad, solo soy un simple camarero.
–¿Qué crees que pensará tu hermano cuando lo sepa?
–Prefiero no pensar en eso.– Se rieron un poco.– A decir verdad, ni siquiera yo mismo sé que pensar.
–Vale. Llevo mucho trabajando allí, así que: ¿que quieres saber?
–Quiero saber de todo. Pero empezaré por el principio: Louane, ¿tiene pareja?
–No. Su única relación amorosa es con Bryce, pero ya sabes. No hay conexión posible.
–Si, eso me quedó claro. ¿Mas parejas de las que deba saber?
–Aaron y Clary. Clary le consiguió el trabajo a Aaron y desde entonces él no levantó los ojos de ella nunca más.
–¿Y Janet y Derek?
–¿Acaso no es obvio? A ella le gusta Derek.
–Y probablemente él lo sepa.
–Pero no hay relación.– Completó Brook. Hacía mucho que no terminaba las frases de nadie.– Pero Janet si que tiene relación con otra persona.
–¿Con quien?
–Es sobrina de Bryce.
–Venga ya.– Se rió.
–Va enserio. Aunque sus padre no saben donde trabaja. Y si lo supieran...
–Conozco el final de esa frase.
–Por suerte nadie se lo va a contar. ¿Verdad?– Le miró sería.
–Por supuesto que no.
–Bien. ¿Algo más?
–Tú.
–¿Yo?
–Si. Tú. ¿Novio?
–No.
–¿Novia?– Brook arqueó las cejas.– ¿Qué? Hoy en día todo es posible.
–No.
–Interesante...
–No seas idiota.– Dijo lanzándole una patata frita.
–Vale, vale.– Dijo riéndose y después Brook miró su reloj.
–Tengo que irme a ensayar.
–¿Ya?
–Si. Esta noche toca Pole Dance, y yo soy la mejor del club.– Dijo levantándose y cogiendo sus cosas, y por alguna razón, a Dylan aquello le sonó super sexy.– ¿Quieres venir?
–Claro.
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Show me your burlesque
Teen FictionLa gran manzana puede impactar a todo el mundo, sobre todo a un chico de Kansas, pero cuando Dylan Mcall puso un pie allí, supo que nada iba conseguir devolverle a la antigua granja donde vivía. Sobre todo después de descubrir que es capaz de mover...