Se podía decir que pasaron un par de semanas hasta que todo el mundo se recuperó al cien por cien. Y por lo menos otra semana más en volver al club con total normalidad.
Brook había decidido olvidar todo respecto a su ataque y centrarse en seguir adelante. Por eso, cuando dejó el hospital, la gente no sabía si todas sus heridas y moratones se había curado o sí se había maquillado realmente bien.
Simon no volvió a ver a su hermano de la misma manera. Ahora decía en el colegio que su hermano mayor había derrotado a una organización malvada, como los superheroes, y que él tenía mucho más estilo. La noche que Dylan salió del hospital, Simon le pidió si podía dormir con él, y Dylan no pudo negarse.
–Por fin todo a terminado.– Dijo Dylan tirándose en la cama.
–Me alegro de que estés otra vez en casa.
–Y a mi.– Dijo y le revolvió el pelo.
–¿Pasaste miedo?– Le preguntó Simon al cabo de un par de minutos en silencio y Dylan le miró.– Cuando te metieron en el camión. ¿Pasaste miedo?
–No deje de tener miedo desde que Brook apareció herida aquella noche. Pero si, pase muchísimo miedo en el camión.
–¿Quisiste abrir nuestra puerta?
–Por supuesto. No pensaba en otra cosa, pero no la abrí.
–¿Por qué?
–Porque, como te dije, solo podía abrirla una vez. No sabía que pasaría cuando se abrieran las puertas del camión, así que me autoconvencí de que podía aguantar. Siempre podemos aguantar, Sy.
–Yo también pasé mucho miedo cuando vi que no estabas.
–¿Y abriste la puerta?
–No. Noah no me dejó. Me dijo tu no tendrías miedo y que tenía que ser tan fuerte como tú.
–Me alegro de que le hicieras caso, pero todos tenemos miedo. Seguro que Noah también tenía miedo en aquel momento.
–Puede, pero ahora todo ha terminado, y todo está bien.– Dijo Simon con una sonrisa y después se tumbó junto a Dylan para dormir.
Respecto a Dylan, había vuelto a trabajar y todo iba bien. Noah y él habían vuelto a ser amigo, no había ninguna deuda que tuviera que pagar ni él ni el club y había empezado a salir con Brook. Y tras varias semanas intentando cuadrar horarios, por fin pudieron tener su cita.
–Ya era hora de poder estar solos.
–¿Cuanto hacía que no estábamos solos?– Le preguntó Brook con una risa.
–Por lo menos desde que estuvimos en el hospital.
–¿Tan ocupados hemos estado?
–Parece ser... Espero que a partir de ahora podamos estar tranquilos.
–Esto es Nueva York. Si pretendes estar tranquilo aún tienes mucho que aprender.
–Es posible, pero de momento, estamos tú y yo solos, y eso es lo único que me importa ahora.– Dijo Dylan con una sonrisa y después besó a Brook.
Él trabajo iba bien. Todas las noches el 7 diamonds colgaba el cartel de "aforo completo". Habían empezado a tener grandes ganancias y todo el mundo había empezado a cobrar más. Pero hubo una noche especial, en la que se estaba preparando antes de salir al escenario cuando Bryce entró en el camerino con un paquete.
–¡Dylan! Tienes un paquete.
–¿Yo? ¿De qué?
–No sé. No soy un cotilla.
–¡Anda que no!– Dijo Yoyo cuando le pasó el paquete.
–Tienes dos minutos antes de que empiece a meterte prisa.
Dylan abrió el paquete mientras varias de las chicas se quedaban mirando. Dentro no había más que papeles. Le entró mucha pereza de leerlos al ver que eran tantos, pero en cuanto leyó varios nombres empezó a interesarle.
–¿Qué es?– Le preguntó Brook sentándose a su lado.
–Son... los papeles de una clínica de desintoxicación. Según esto, mi madre ya se ha recuperado.
–Eh, eso son buenas noticias.
–Si, bueno. Si tu lo dices...
–¿Hay algo de malo en que tu madre haya superado su adicción?
–No para nada, pero... Ahora esto lo cambia todo.– La miró.– Querrán que vuelva a casa.– Dijo y todo el mundo se calló.
–¿Y que vas a hacer?
–¿Es que no es obvio? Me parece genial que mi madre esté mejor, pero mi casa, mi hogar, y mi otra familia está aquí. No pienso irme.– Las chicas suspiraron aliviadas.
–Nos habías asustado.– Dijo Georgia.
–Mis bellezas, sé que se está de maravilla, aquí de cháchara, pero ahí fuera hay un público entero esperando a veros mover vuestros culos.
Las chicas y Dylan se pusieron en marcha y salieron al escenario para el primer espectáculo de la noche.
Louane había tomado sitio en la barra aquella noche para ver a sus chicas bailar mientras disfrutaba de una buena copa de vino, cuando una chica rubia se acercó tímidamente a ella. Louane la miró y vio a Tina tan avergonzada como arrepentida.
–Me pasé de la raya al... quedarme desnuda.
–¿Tu crees?
–Siento todo lo que he hecho, Louane.– Bajó la cabeza.– Quiero volver a mi hogar.– Louane pegó un trago y miró a Tina.
–Sin ti no hubiéramos encontrado nunca a Dylan, así que gracias, y bienvenida.
–Gracias.
–No hay de que, cariño. Y ahora mueve ese culo de loca, sales en el próximo número.
Tina sonrió y salió hacia los camerinos mientras el telón subía. Había acordado con Nani que los viernes por la noche, podría llevar a Simon a verle. Aquella noche, Simon estaba sentado en primera fila viendo a su hermano.
¿Quien iba a decirle a Dylan, que el irse de casa, irse de Kansas a Nueva York iba a involucrarle en algo tan alucinante e increíble como era el baile?
FIN
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Show me your burlesque
Novela JuvenilLa gran manzana puede impactar a todo el mundo, sobre todo a un chico de Kansas, pero cuando Dylan Mcall puso un pie allí, supo que nada iba conseguir devolverle a la antigua granja donde vivía. Sobre todo después de descubrir que es capaz de mover...