Show me your burlesque

Capítulo 20: El nuevo fichaje

Bryce fue el primero en salir del despacho pegando gritos para que todo el mundo se reuniera frente al escenario para anunciar algo importante. Dylan sabía que tarde o temprano el resto del mundo tendría que enterarse, pero a Bryce sólo le faltaba salir con un megáfono y una pancarta por la quinta avenida.

–Dime que no voy a arrepentirme de esto.– Dijo cogiendo a Brook de la mano para que espera antes de salir una vez que se quedaron solos.

–¿Te arrepentirte de dejarlo todo en Kansas y venir a Nueva York?

–No.

–¿Y de aceptar un trabajo en este club a pesar de no tener ni idea de en donde te metías?

–Eh... No. Pero ahora me haces dudar.

–Dylan, hazme caso. No te vas a arrepentir de nada.

Brook le sonrió y después tiró de su mano para que ambos salieran del despacho de Louane.

Todas las chicas, el equipo de camareros y el resto de empleados que ayudaban en el local se había reunido frente al escenario donde Bryce y Louane les esperaban. Brook le guiñó un ojo para darle seguridad y después bajó las pequeñas escaleras que había frente al escenario dejando a Dylan con Louane y Bryce frente a todo el mundo como si fuera un alumno nuevo al que estaban a punto de presentar ante la clase.

–Bueno, como todos habréis notado, hay cierta persona, un camarero, que hacía mucho más que servir mesas.– Dijo Bryce y Dylan se pasó la mano por los ojos.

–Dios. Eso ha sonado fatal.

–A lo que Bryce se refiere, es que hemos descubierto que Dylan tiene un auténtico don para el baile.– Dijo Louane arreglando la situación.– Y a partir de ahora, se va a incorporar al equipo de bailarinas y dejará de servir mesas.

A la mayoría de las chicas pareció gustarles la idea. A la única a la que no parecía hacerle mucha gracia era a Tina, que se mantenía de brazos cruzados y con cara de aburrimiento.

Por otro lado, a los camareros se les veía un poco más apagados por el hecho de haber perdido un fichaje tan valioso para su equipo, pero a Noah le gustaba la idea de que a partir de ahora vería a Dylan moverse sobre el escenario en vez de entre las mesas.

–Siento que ahora tengáis a alguien menos, Aaron, pero os prometo que encontraremos a alguien para reemplazar a Dylan.

–Tranquila, Louane. Si es necesario puede que algunos de los barmans tengan que dejar la barra y empezar a atender las mesas.

–Querido, yo preparo cócteles, no recojo vasos.

–Noah, no te pongas en plan diva. Todo el mundo sabe que en esta baraja, la reina soy yo.– Dijo Tina con una sonrisa.– Y a mí ningún camarero me va a quitar la corona.

–No tengo intenciones de quitarte nada, Tina, pero ten cuidado, no vaya a ser que él pueblo de un golpe de estado.

Dicho aquello, Tina gruñó y salió a paso rápido con el sonido de sus tacones hacia los camerinos mientras Dylan daba por ganada aquella batalla.

Cuando el club abrió aquella noche, a Dylan no le dejaron ni acercarse a la barra. Se pasó toda la noche de acá para allá ayudando a Bryce con las chicas y mirando entre bambalinas como bailaban. Gracias a eso, a mitad de la noche, había conseguido aprenderse algunos de los pasos y los repetía junto a las chicas.

–¿Tienes memoria fotográfica?– Dijo Bryce sorprendido.

–No lo sé. Nunca me han hecho pruebas, pero en el colegio sacaba casi todo sobresalientes.

–Ay, si mis amantes tuvieran la misma facilidad para aprender movimientos como tu...

–¿Por qué me da la sensación que casi todo lo que se dice aquí tiene connotaciones sexuales?

–Porque casi todo lo que decimos tiene connotaciones sexuales.– Dijo y después vio como Tina se acercaba con total tranquilidad al escenario.– ¡Vamos hija! Te estamos esperando.

–Ya voy, ya voy.– Dijo antes de salir al escenario.– Lo bueno siempre se hace esperar, ya lo sabes.

–Ay dios...– Suspiró Bryce.

–¿Esto siempre es así?

–Ya verás, guapo.– Dijo Bryce poniéndole las manos en los hombros.– A partir de mañana, lo vas a flipar.