Cuando llegaron al club, las chicas estaban calentando en varios sitios ya que en el escenario habían colocado un par de barras de acero, una al lado de otra.
–Voy a cambiarme. Siéntate, puedes ver el ensayo si quieres.– Dijo Brook mientras iba hacia los vestuarios.
Técnicamente, Dylan aún no tenía que entrar a trabajar, así que habló un poco con las chicas que estaban allí, menos con Tina, ya que con ella veía un poco más complicada la relación laboral.
–Muy bien, chicas.– Dijo Bryce saliendo al escenario desde bambalinas al escenario.– Oh, y Dylan. Pero bueno, principalmente vosotras, queridas, vamos a empezar por el número de Brook y luego seguimos con el grupal. ¿Vale?– Todas a sintieron.– Estupendo. Brook, cariño, el escenario es todo tuyo.
Bryce bajó del escenario por unas pequeñas escaleras que había que llevaban directas a donde estaban las chicas. Brook salió al escenario en ropa interior, pero se veía que era para entrenar, aunque Dylan no se podía creer lo que estaba viendo. Brook se colocó frente a la barra de la derecha y le hizo una señal a Ed para que le pusiera su música.
En cuanto Ed puso la música, Brook empezó a moverse, a trepar por la barra y a hacer posturas que no podía ni imaginar siquiera. Y además, todo aquello sobre unos tacones que tenían como mínimo quince centímetros.
Dylan estaba completamente asombrado, la primera vez que vio a Brook le impresionó, pero aquella vez, hizo que sus pensamientos dejarán de existir y que dentro de su cabeza sólo estuviera ella bailando en la barra.
–Genial, cielo.– Dijo Bryce cuando Brook terminó subiendole una botella de agua.– Sólo procura estirar un poco más los pies cuando abras las piernas boca abajo.
–Si, lo sé. Pero me cuesta un poco más.
–Tranquila, apenas se nota, pero ya me conoces.– Se rieron.– Dylan.– Le llamó Bryce y de repente puso atención.– ¿Qué te a parecido?
–¿Vas a pedirle la opinión a un camarero enserio?– Se quejó Tina.
–Quiero una opinión diferente a las que ya tenemos.
–Pues opino que es una pasada.– Dijo cruzándose de brazos.– Estar sujeta con una mano de una barra de acero mientras abres las piernas me parece alucinante. Sin intenciones de que suene mal.
–Aquí nada suena mal.– Dijo Coco, una de las bailarinas.
–¿Y como es que podéis andar con esos tacones?– Señaló los pies de Brook y después vio que todas llevaban tacones parecidos.
–No es tan difícil como parece.
–¿Quieres probártelos?– Le ofreció Brook y todas le miraron.
–¿Estas de broma?
–Vamos, Dylan.– Se rió Bryce.– Hasta yo mismo me los he puesto para ensayar con mis chicas.
–Bueno vale...
–¿Qué pie tienes?
–Un 39.
–¡Como yo!– Dijo Jessie acercándose y quitándose los zapatos.
Eran de terciopelo rojo y el tacón completamente dorado. Por un momento Dylan se arrepintió pero no le quedaba más remedio. Se sentó en una silla, se quitó sus deportivas y se probó los tacones de Jessie. Al ponerse de pie, ella le agarró de las manos para que al principio no se cayera y después le soltó.
–Oye, no estas nada mal.– Admitió Bryce.– Deberías plantearte cambiar los vaqueros por un short y los calzoncillos por un tanga.
–Ni muerto.– Dijo Dylan riéndose.
–Intenta venir hasta aquí.– Le retó Brook.
Dylan aceptó el reto y comenzó a caminar como pudo sin parecer un pato hasta el escenario y subió las escaleras como lo haría una de las chicas y al llegar junto a Brook hizo una pose como las que hacían ellas.
–No se te da mal.– Admitió Brook.
–Si, lo que es realmente triste es que llevo unos tacones de ¿cuanto? ¿Diez centímetros?
–Doce.– Le corrigió Jessie.
–Eso, y ahora somos de la misma altura.
–Si que es triste.– Dijo Tina distante.
–¿No quieres probarte un corsé o una falda?– Le sugirió Bryce y todos se rieron.– Total, de perdidos al río, ¿no?
–¿Qué está pasando aquí?– Escucharon decir a Louane, que acababa de aparecer por la entrada.
Cuando Dylan vio a Louane, se le heló la sangre pensando que había perdido el trabajo, pero mientras ella se acercaba al escenario, hablaba y se reía con las chicas así que pensó que no estaba del todo perdido.
–Has venido muy pronto, Dylan.
–Si, es que...
–Yo le invité a venir al ensayo, Louane.– Dijo Brook.– Para que conozca un poco más a las chicas, y eso.
–Ya. Bueno, de momento no le rompas los tacones a Jessie.
–Si, señora.
–Señora.– Se rió Louane.– Me acaban de caer veinte años encima.
–Oh, cariño pues sigues igual de guapa.– Le dijo Bryce con una sonrisa.
–Gracias, cielo. Y ahora todas a mover el cuerpo, no os pago para estar sentadas.
–Apenas nos pagas.– Vaciló Yoyo, otra de las chicas y todas as rieron mientras Louane iba hacia su despacho.
–Gracias por los tacones.– Dijo Dylan devolviéndoselos a su respectiva dueña.
–Te los puedo prestar cuando quieras para servir a la gente.– Ambos se rieron y después Jessie subió al escenario para practicar su número mientras Dylan volvía a hacer de espectador.
ESTÁS LEYENDO
Show me your burlesque
Teen FictionLa gran manzana puede impactar a todo el mundo, sobre todo a un chico de Kansas, pero cuando Dylan Mcall puso un pie allí, supo que nada iba conseguir devolverle a la antigua granja donde vivía. Sobre todo después de descubrir que es capaz de mover...