57. El Sacrificio

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- ¡No, Jenna, no! - gritó Elena, entre lágrimas. Y cuando se acercó al círculo de fuego este se avivó, obligándola a retroceder.

- Está bien, Elena. Sé lo que tengo que hacer. - dijo Jenna antes de abalanzarse sobre Greta y morderla. La bruja gruñó, y el olor a sangre fresca inundó el lugar. Pero entonces Klaus apareció, al lado de Jenna y le clavó una estaca en la espalda. Ésta cayó al suelo. Elena cada vez lloraba más alto y yo con cada segundo me sentía más débil.

- ¡No, Jenna! Apágalo, solo apágalo, Jenna. No tendrás miedo nunca más. - lloró Elena.

Entonces Klaus se colocó sobre Jenna, dejándola completamente indefensa, y con la misma estaca con la cual la había debilitado, atravesó su corazón.

- ¡No, Jenna! ¡No, Jenna, no! - gritó, Elena.

Todo había sido en vano. Ahora Jenna estaba muerta y no había nada, absolutamente nada que pudiéramos hacer.

- Lo siento tanto. - le dijo Stefan a Elena, mientras esta lloraba.

Elena se llevó un dedo a los labios, indicándole que callara.

- ¿Van a matarlo? - articuló Elena, al instante y sin parar de llorar.

- Sí. - articulo Stefan y asintió.

El dolor era insoportable, y dado al lugar en el que la estaca había sido clavada, me era imposible moverme. A unos metros de distancia, Greta vertía la sangre de Jenna en una pila, mientras murmuraba cientos de palabras en latín. Klaus que observaba desde cerca, en ese momento se volvió y avanzó hasta nosotros. Cuando estuvo casi frente a Elena, dijo:

- Es hora...

Inmediatamente el círculo de fuego que rodeaba a Elena... desapareció. Klaus se acercó más, y le tendió su mano a Elena, en espera de que ésta la tomara. Pero Elena no lo hizo; y tras darnos una mirada que era claramente un adiós, a Stefan y a mí, se levantó e ignorando la mano de Klaus, lo esquivó y caminó con paso decidido hasta el altar. Cuando estuvo ahí, se detuvo frente al cadáver inerte de Jenna y no pudo evitar gemir.

Entonces fui consciente de que las lágrimas también brotaban de mis ojos.

Habían pequeños lapsos en los cuales perdía la noción del tiempo, y se me nublaba la visión, por lo que cuando volví en mi misma, Klaus ya se encontraba al lado de Elena, en el altar, y sujetaba su rostro, obligándola a mirarlo.

- Gracias, Elena. - le dijo, y Elena crispó el rostro con... asco.

- Vete al infierno. - escupió ella.

Y fue entonces, cuando Klaus apartó el cabello de Elena, y la mordió. Elena abrió los ojos como platos, mientras veía a Stefan. Éste intentaba, fallidamente, levantarse.

- No... - gimió Stefan que también veía a Elena... mientras Klaus le succionaba la sangre.

Sentí un dolor en el pecho espantoso, cuando gruesas lágrimas, comenzaron a brotar de los ojos de Stefan. Dolía, y era un dolor real. Me dolía ver a mi mejor amigo sufrir de aquella manera; me dolía verlo pasar por el mismo dolor que yo, muchos años atrás... aunque el que él sentía debía ser mucho peor... pues, estaba viendo al amor de su vida, morir a solo unos metros de él... y no había nada que pudiese hacer. Nada.

Cuando volví la mirada al altar... Elena cerró los ojos, y al segundo siguiente de que Klaus la soltara... se desplomó en el suelo, al lado de Jenna... muerta. Lo siguiente que vi, fue como Klaus se lamía la sangre de los labios. Luego se volvió a nublar mi visión y sólo fui capaz de escuchar como Klaus decía con excitación:

Alexandra PetrovaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora