❝Lo que parecía ser un simple plan se convirtió en algo trágico que dió la vuelta entera a la historia que pudo haber terminado en un final feliz.❞
Senju Haru hermanastra de Hashirama y Tobirama se ve amenazada por un enemigo que no sería fácil de d...
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La lluvia gobernaba cada parte del gran e inmenso bosque, las gotas de agua golpeaban con fuerza todo a su paso incluyendo la piel herida junto con la andrajosa ropa de una mujer azabache, dando su casi último aliento de vida. Su respiración era agitada, sus ojos negros caídos debido a la tristeza y debilidad por la que estaba pasando.
Caminaba entre los árboles débil, pero no venía sola, entre sus brazos traía una bebé envuelta en una manta de color blanco con manchas sangre en el. Aquella mujer caminó por todo el bosque sin rumbo, débil y sin nadie que la ayudará. A pasos lentos y torpes se acercó a un río cristalino que conectaba con una cascada.
Ya no podía continuar, colocó con sumo cuidado a la bebé entre las rocas cerca de la orilla del río. Le dió un tierno beso en su pequeña frente, mientras un hilo de sangre corría por su boca.
Se alejó de la recién nacida lentamente para poder acercarse a la orilla de la cascada. La mujer observó unos segundos como el agua la cascada caía a gran velocidad suficiente como para que esas rocas que estaban ocultas entre el agua la mataran o bien se ahogara. Acercó uno de sus pies al aire, lista y decidida para acabar con su vida.
Ya no tenía sentido seguir con vida si todo lo había perdido y mucho menos podía criar a su hija, la dejaría a su suerte. Apunto de lanzarse pudo oír el llanto de su hija rogando por la calidez de su madre. Una lágrima de profunda tristeza recorrió su mejilla, hizo un gemido de lamento y cerró ambos ojos.
Y sin pensarlo más, se lanzó al vacío de la cascada, acabando con su vida al instante debido al impacto que recibió su cuerpo contra las rocas.
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Tiempo después, la pequeña bebé ahora era una mujer adulta, casada y con un bebé apunto de nacer. Sin embargo ni ella ni su hijo vivirían ya que alguien o algo los tenía amenazados.
Ambos Senju's no podían creer lo que veían sus ojos, la sangre de su propia hermana seguía saliendo de esa gran herida mortal que le habian hecho inconscientemente.
Hashirama y Tobirama habían asesinado de su propia hermana con sus jutsus, no tenían palabras para describir la escena que estaban presenciando.
Mientras Madara veía a lo lejos con la ayuda del sharingan como el cuerpo de su amada junto con el chakra que emanaba en su vientre se iban apagando lentamente.
—Haru... —musitó Madara sin fuerzas, mirando como su más grande sueño era arrebatado por su amigo.
—Gracias... —dijo la mujer con una sonrisa en su rostro a sus dos hermanos antes de que su corazón diera el último latido.
Jisub Yoshimura Daiki Yoshimura
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