❝Lo que parecía ser un simple plan se convirtió en algo trágico que dió la vuelta entera a la historia que pudo haber terminado en un final feliz.❞
Senju Haru hermanastra de Hashirama y Tobirama se ve amenazada por un enemigo que no sería fácil de d...
Haru contaba a detalle los días, solo quedaban diez días para que el bebé llegará a este mundo, le habían dicho en el hospital que nacería el diecinueve de febrero. Todos estaban ansiosos y preocupados, era una etapa que podía ser peligrosa para el bebé y para Haru.
Tobirama estaba ansioso de ya ver a su sobrino lo más antes posible para festejar su cumpleaños con él, saber que nacería el mismo día que él era una felicidad para el. Haru pensaba, ¿cuál de los dos estaba más emocionado por ver al bebé? ¿Tobirama o Madara? Apresar de ya estar en el último mes aún no se sabía con exactitud si era niño o niña.
Haru no estaba preocupada por el parto, a ella le preocupaba en estos momentos empezar a llevar a acabó su plan un día antes del parto porque no sabía si daría resultado su plan.
—Esa cosa negra pronto vendrá por nosotros, así que trata de no debilitarme mucho cuando nazcas. —hablaba a solas con su hijo en el vientre mientras tomaba un poco de té verde. Esperaba a Madara que regresará de su reunión con los Uchiha's en el templo Nakano.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Solo restaba un día para entrar a labor de parto, tiempo suficiente para que Haru empezará a efectuar su plan. Mientras yacía acostada sobre el futón podía sentir a lo lejos la presencia de esa cosa negra quién vigilaba cada movimiento.
El reloj marcaba las seis de la mañana, el sol comenzó a salir para darle la bienvenida a un nuevo día. La azabache se levantó con algo de dificultad de su futón, tratanto de hacer el mínimo movimiento y ruido posible para no despertar a Madara.
¿Era extraño, no? Madara parecía tener el sueño pesado, muy extraño de él porque siempre estaba alerta aún si estaba dormido, cada mínimo movimiento o ruido provocado lo podía escuchar y sentir con claridad. Pero esta vez no era así, ya que Haru le había puesto unas plantas para tener el sueño profundo en su té, esa era la razón por que la que no se levantaba.
Con éxito, rápidamente cambió su yukata negra y holgada que usaba para dormir a la típica yukata roja que usaba todos los días, su vientre ya era muy notorio y con la yukata que tenía parecía una montaña roja. Por último, cepilló su largo cabello alborotado. Observó a Madara con tristeza unos segundos y luego desvío su mirar cerrando ambos ojos con fuerza.
—Lo siento Madara... —disculpándose en su mente.
Con gentileza abrió el cajón del mueble que estaba frente al futón donde siempre dormían, en su interior sacó dos pergaminos y ambos los guardo a un lado de la obi de su yukata. Al bajar las escaleras que conducían a la puerta de la salida se detuvo a pensar si esto era lo mejor, pero ya no había marcha atrás, todo estaba hecho y era la única forma de acabar con este asunto. Se puso sus sandalias y bajo de intenso brillo del sol ella finalmente se fué.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.