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Infiltrarse en la torre del tsuchikage para conseguir información del pergamino; ese era el plan suicida de Amaterasu.
Miraba en todas direcciones, asegurándose que nadie la siguiera, sus pasos eran calmados pero rápidos, su rostro de confianza decía que quería hacerlo, su respiración respiración tranquila decía que está lista para cualquier peligro.
A solo unos cuantos pasos para llegar a la puerta de la entrada de la torre, activo su sharingan, mantenía la cabeza baja para que no se notará, mientras volvía a contar a los ninjas para asegurarse que estaban todos.
Y en efecto, estaban los veinte ninjas. Cuatro vigilaban la puerta, seis se mantenían en el techo vigilando desde arriba, y diez caminaban en todas direcciones de la torre.
—Para poder entrar sin ser descubierta, la única forma es meterlos en un genjutsu—. pensó, ideando que la única forma para que no fuera descubierta era hacerlos ver otra cosa por medio de un genjutsu.
Pero sus genjutsus no eran lo suficientemente fuertes y eficaces para que los detuvieran todo el día, tendría que apresurarse si quería salir infraganti del lugar.
Con su sharingan aún activado se acercó paso sereno a los cuatro que estaban en la puerta principal —No se permite el acceso a la torre del tsuchikage—. dijo un ninja tomando un kunai de su porta armas.
Amaterasu se mantuvo callada unos segundos con la mirada oscurecida sobre el suelo, su expresión neutra hizo aumentar las sospechas de los cuatro ninjas —Será mejor que te vallas si no quieres tener problemas niña—. dijo otro ninja acercándose a la azabache.
Antes de que las manos del shinobi la tocará, Amaterasu lo miró fijamente. El ninja se alertó al ver esos ojos rojos con aspas —E-el sharingan—. tartamudeo sorprendido. Rápidamente quiso desviar la mirada para evitar ver esos ojos carmesí pero fue demasiado tarde.
El ruido que producía el sharingan al ser usado para meter al oponente en una ilusión dio la señal que el ninja había caído en el genjutsu de la azabache.
Su cuerpo no se movía, sus ojos perdieron el brillo, su mirada era seca. Lentamente se acercó a sus compañeros para acercarse a su mismo lugar, retomando su trabajo de antes, como si no hubiera visto nada.
—Maldita...— dijo arisco uno de ellos tomando su espada, sus otros dos compañeros imitaron su acción sacando un arma.
Amaterasu sonrió superior ante los jounin's de la roca —Bien...— nuevamente el sonido del sharingan fue escuchado. Los tres estaban en las mismas condiciones que su anterior compañero.
Retomaron su lugar de antes, olvidando que habían visto a la Sarutobi, quién se adentró victoriosa al lugar.
Sus ojos se abrieron como platos al ver detalladamente el lugar, era muy grande, más grande que la torre del hokage. Las paredes de roca color rojo, en el suelo se podían apreciar varias piedras pequeñas esparcidas en el suelo.
La única luz era la del sol que pasaba a través de gran ventana circular ubicado en la parte de arriba de la puerta donde entró.
Mientras más se adentraba al lugar, más oscuro se hacía, el único ruido que se podía escuchar era el de sus getas golpeando el suelo levemente mientras caminaba torpe con la yukata.
—Maldita yukata—. se dijo a si misma maldiciendo la yukata.
Era una vestimenta japonesa muy difícil de usar si era la primera vez que lo usabas, tenías que ser ágil para poder usarla como era debido.
Sentía que su estómago era aplastado debido a la obi que sujetaba la vestimenta. La señora del local la había amarrado con tal fuerza que el aire casi se le sale.
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El silencio de un secreto | Uchiha Madara
Fanfiction❝Lo que parecía ser un simple plan se convirtió en algo trágico que dió la vuelta entera a la historia que pudo haber terminado en un final feliz.❞ Senju Haru hermanastra de Hashirama y Tobirama se ve amenazada por un enemigo que no sería fácil de d...