• Capítulo 4 •

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...

Al siguiente día, por órdenes de su padre, Haru tenía que quedarse en casa a partir de ahora. Aunque para ella no significaban nada esas palabras. Rápidamente se alistó, salió de casa y con cautela salió de su aldea para que los demás Senju no la descubrieran. Tenía mucha preocupación acumulada en su cuerpo, hoy atacarían a Madara.

Corría a toda velocidad para poder llegar antes de que Butsuma y Tobirama. Llegando al río pudo ver a Hashirama y a Madara frente a frente sobre la orilla del río. Se ocultó detrás de un árbol para mirar de lejos y no la descubrieran.

—Es muy pronto, ¿te parece que intercambiemos piedras? —Madara estaba preocupado y nervioso al mismo tiempo.

—Si... —asintió Hashirama con su ceño levemente fruncido. Ambos lanzaron una piedra al mismo tiempo y la tomaron ágilmente, las vieron un momento y abrieron los ojos desmerudamente.

—Hashirama, perdona, hoy no puedo quedarme, recordé que tengo algo por hacer. —Al dar media vuelta, empezó a correr.

—Bueno, entonces yo también me voy. —dijo imitando la acción de su “amigo”. En la piedra de Hashirama tenía escrito “Huye” y en la de Madara “Es una trampa, vete”. Ambos salieron disparados, huyendo de aquel lugar, pero Butsuma se dió cuenta de ello por lo que salió de su escondite, listo para atacar.

—¡Que velocidad, quiere huir! Hashirama se lo ha dicho. —dijo Butsuma al ver que su propio hijo lo traicionó—. Vamos Tobirama. —le ordenó al menor de sus tres hijos.

—Si. —asintió con la cabeza con su ninjatō en manos. Mientras los hijos mayores corrían a toda velocidad alejándose del lugar, ambos líderes del clan Uchiha y Senju al igual que los hijos menores salieron al combate, quedando cara a cara en posición de ataque.

—Pensamos lo mismo ¿eh? Senju Butsuma. —comentó el líder Uchiha con ironía. Aunque sabía que su rival pensaba lo mismo, no dejaba de sorprenderse.

—Y Tobirama. —agregó Izuna mirando al peliplata.

—Eso parece, Uchiha Tajima. —asintió el Senju mayor sin cambiar su expresión de rivalidad.

—Y también Izuna. —agregó Tobirama refiriéndose al pequeño azabache.

Senju Haru.

Veía como mi padre y Tobirama estaban cara a cara con ellos, listos para atacar en cualquier momento. A pesar de los combates que han tenido, ellos sabían que su poder era igualitario. ¿Cómo sabía eso?

Fácil, papá siempre me contaba los combates que tenía con ese Uchiha, él mismo reconocía que ambos estaban empatados. Los cuatro empezaron a luchar, papá al igual que el señor dió un gran salto al aire, de su porta armas sacaron unos kunais, lanzándolos hacia Izuna y Tobirama. Planeaba detenerlos antes que les dieran, pero dos piedras las desviaron, cayendo al río.

—¡No permitiré que nadie hiera a mi hermanito! —Madara se posicionó en frente de Izuna para protegerlo de cualquier ataque.

—¡Lo mismo digo! — Hashirama imitó su acción.

Ambos se estaban hablando en un tono totalmente distinto, ahora ya no se veían como amigos. Esto estaba de mal, tenía que salir a hacer algo antes de que el río se tiñera de rojo. Pero sabía que esto me traería problemas, miré el cielo para que algún plan llegará a mi mente.

El silencio de un secreto | Uchiha MadaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora