Los chicos se integrarían al colegio para que su aprendizaje no se atrasara y tuvieran más conocimiento del que tenían, aunque fuera una educación básica de la cual posiblemente se iban a quejar, no importaba.
Me alisté con mi ropa diaria, un short viejo, camisa holgada y con pequeños huecos, por último mis zapatos favoritos, las suelas estaban desgastadas, pero me seguían sirviendo. No hacía falta llevar ningún uniforme en específico porque todos estábamos pasando por la misma situación económica en el pueblo.
—Que les vaya bien —comentó papá desde la puerta, saludando mientras nos alejábamos.
Caminamos hasta llegar al colegio, lo chicos estaban murmurando entre ellos, no escuchaba bien lo que decían, pero podía jurar que se estaban quejando de la ropa que les consiguió mi papá. Viejas y con agujeros, nada de marca. Me percaté que los demás niños y adolescentes llegaban al mismo tiempo que nosotros, como había dicho, no éramos muchos estudiantes, solo diez. Brisa echó una ojeada hacia nosotros y vino corriendo como una perra en celo, sonrió de una forma coqueta mirando a los chicos, los saludó con un beso en la mejilla. Me ignoró. La ignoré. Entramos a la habitación llamada escuela.
La profesora Fiona estaba sentada en el escritorio esperando a que todos sus alumnos llegaran y tomaran asiento, el salón estaba conformado por una mesa enorme, en donde las sillas la rodeaban y así cabíamos todos, solo agregaron tres más para los nuevos integrantes. Me miró y saludó con una sonrisa, le devolví el gesto porque era una mujer agradable. Me senté en compañía de los chicos, por desgracia, la hipócrita de Brisa también hizo lo mismo, solo que ella estaba al lado de Jacob, hablándole como una tonta y siendo ignorada por él.
A mi lado derecho estaba Damián, en el izquierdo tenía al pequeño Esteban, un niño de diez años. Observé que ya todos habíamos ocupado nuestros lugares, la clase estaba por iniciar en cuanto Fiona cerró las puertas y dejó que la luz del sol se colara por las amplias ventanas de aquel cuarto. Eran ventanales más bien. Fiona se posicionó en el medio.
—Como ya sabrán, hay tres nuevos alumnos: Axel, Damián y Jacob—los señaló—. Hoy los niños tendrán que hacer un dibujo libre, mientras que los más grandes deben hacer un resumen de lo que piensan acerca de los cultivos, en qué nos benefician. ¿De acuerdo? —informó, juntando ambas manos.
Dio por empezada la clase en cuanto todos asentimos diciendo "sí, maestra". Como de costumbre y nos concentramos en nuestro objetivo.
Coloqué el cuaderno en la mesa, no hace mucho, el gobierno le donó al pueblo útiles escolares para promover el aprendizaje, por eso todos teníamos mochilas, lápices, libretas, etc. Fue un milagro porque antes de eso, yo escribía en una tabla de madera, era complicado porque mis manos terminaban sucias de carboncillo.
Empecé a copiar mi pensar sobre los cultivos, según yo, en cada comida debería de haber uno para mantener una vida saludable, por ello habían pocas personas que se enfermaban en el pueblo. Todos deberían tener en su despensa por lo menos una zanahoria, que ayudaba a la vista, o cualquier otro tipo de vegetal e incluso fruta para hacer jugos o ensaladas. Eran esenciales para el ser humano ya que lo ayudaban a mantener fuerte el sistema inmunológico, entre otras cosas. Escribí hasta llenar una hoja, era un resumen después de todo.
No me quise extender demasiado, si por mi fuera, gastaría más de tres hojas explicando el por qué era importante consumir vegetales.
Dirigí mi vista hacia Damián, le eché una ojeada a lo que estaba escribiendo, se notaba tenso por solo llevar un párrafo no más de tres líneas, estaba luchando con su mente. A Axel lo vi más calmado, no paraba de mover ese lápiz encima de la hoja, me preguntaba qué estaba colocando con tanta concentración. Y por último, Jacob, con una expresión de frustración y molestia, podía pensar que rompería el cuaderno por la mitad en cuanto me percaté que afincó con fuerza el lápiz logrando quebrarlo. Parecía no tener nada en mente, o no sabía cómo empezar a escribir.
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Emily y compañía [COMPLETA]
Teen FictionTres chicos mimados se enfrentan a un reto inesperado: vivir en un pueblo pobre durante un tiempo para corregir su comportamiento. Allí tendrán que aprender a valorar lo que realmente importa en la vida: la humildad, la amistad y el amor. Pero no to...