Capítulo 19

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Después del baño, estaba dispuesta a dormir, pero no podía conciliar el sueño sabiendo que Axel entraría en cualquier segundo y estaríamos mucho más cerca de lo que acostumbramos en casa, me encontraba ansiosa, moviéndome de un lado a otro por tantos pensamientos invasivos y pecaminosos que atormentaban mi mente.

Calma, Emily, duermes todos los días con él ¿Por qué ahora estás tan inquieta como una mosca? ¡Ni yo misma me entiendo!

Cerré los ojos al notar que la sombra de alguien, seguramente era Axel, movía la tela que simulaba ser una puerta y se acostaba a mi lado dándome la espalda, seguro pensaba que estaba dormida, no pude evitar que una sonrisa se formara en mis labios debido al alivio que sentí, por suerte no logró verme y eso era buena señal. Todo se fue abajo porque se giró en mi dirección en un movimiento rápido, de inmediato cerré los ojos con fuerza y traté de no abrirlos por más que sintiera lo fijo que estaban sus ojos en los míos.

¿Me estaba mirando? ¿Se detuvo? ¿Qué hacía? La curiosidad me estaba matando por dentro, quería saber si ya se había quitado, o si me estaba observando mientras fingía dormir.

Quise abrir mis párpados, pero me contuve. Sentí que su mano acarició mi mejilla provocando que me invadiera un cosquilleo en ella. ¡No hagas eso sin mi permiso! ¿Por qué tenía el presentimiento de que sabía que estaba despierta y solo me molestaba? Su nariz se juntó con la mía, lo supe porque logré sentir su calmada respiración, junto al choque de nuestras puntas, no dudé más y mis ojos se abrieron de par en par por el shock.

¿Qué carajos tramaba?

En efecto, Axel estaba uniendo su nariz con la mía, haciendo leves movimientos en círculos para acariciarla mientras sonreía como niño pequeño. Ese gesto me dejó completamente avergonzada.

—¡¿Qué haces?! —susurré exasperada.

Mis ojos se encontraron con los suyos, demasiado cerca, nuestras respiraciones estaban entrelazadas como si fueran una, la cercanía de su cuerpo causaba estragos en mí, como si estuviera conteniendo un impulso que me hacía querer saltar encima de él y hacer muchísimas cosas inimaginables.

—Una voz en mi interior me decía que estabas despierta —respondió en un bajo tono de voz, cerca mis labios.

No se separó, ambos estábamos ahí sin hacer nada, lo que yo no podía entender era por qué tampoco me quería separar, por más que lo intentará, mi cuerpo no se movía, más bien deseaba terminar de acortar la distancia entre nosotros y volvernos uno.

¡Deja de pensar marranadas, Emily!

—¿Y por qué acercarte tanto? —murmuré por lo bajo, mirando su boca.

Unos labios bien carnosos, se relamió el inferior provocando miles de sensaciones placenteras en mi interior, como si hubiese activado una bomba que estaba reteniendo dentro de mi corazón.

Él me lanzó una mirada pícara, demostrando que entendió mi reacción, o eso pensé.

—Te ves tierna cuando te sonrojas —su respuesta logró hacer que cubriera mis mejillas, sintiendo un ardor en ellas.

¡Imbécil!

—¡Axel! —exclamé apenada, sin destaparme para al menos no ver su rostro.

¿Por qué quería molestarme? Se suponía que ese trabajo era de Jacob. Se rio por mi reacción.

—Emily... —susurró.

Hizo que me quitara las manos de encima, bueno, en parte me ayudó en apartarlas por su cuenta, cosa que no debí de haber hecho porque sucedió lo que menos esperaba, lo que deseaba pero al mismo tiempo no, él no dudó ni pensó en las consecuencias de sus actos, simplemente lo hizo. Axel me tomó desprevenida, en un movimiento rápido unió sus labios con los míos en un par de segundos, acortando la distancia que nos separaba.

Emily y compañía [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora