El verano estaba a la vuelta de la esquina, básicamente las vacaciones empezarían dentro de dos semanas, la pregunta era ¿Por qué me hacía feliz? Era la época del año en donde estaba libre de tareas, quiero decir, que no habrían clases extras y los jóvenes no teníamos permitido trabajar en el huerto ¡Vacaciones al fin! Los chicos debían de estar más que satisfechos de no hacer lo que menos les gustaba que era cosechar y regar las plantas.
Era de mucha ayuda para bajar el estrés acumulado por el arduo trabajo, o por lo menos yo lo veía de esa manera, sería un descanso necesario. También se acercaba mi cumpleaños número dieciocho, por un lado no quería. Me preguntaba qué harían por mí, no es que estuviera esperando algo extravagante, bueno, en gran parte mis padres cada año me regalaban por lo menos un pastel de chocolate, con eso era más que feliz.
Cambiando de tema, los chicos no sabían qué día era mi cumpleaños, así que lo dejaría pasar como un día normal para que no se preocuparan por ello.
Estaba acostada en el colchón con Axel haciéndome compañía, él trataba de tomar una pequeña siesta porque la noche anterior no logró dormir bien por razones que desconocía, podía confirmar que a veces se sentía incómodo el ambiente entre nosotros, él hacía lo posible para no pegarse a mi cuerpo mientras dormíamos. Me giré en su dirección para apreciar su forma de dormir. Sus largas pestañas me hipnotizaban por completo ¿Era normal en un chico? Las tenía mucho más largas que yo, finas. Se veía lindo de alguna forma.
Contemplé su rostro, su cabello cubría gran parte de ambos ojos que se encontraban cerrados. Mi mirada se concentró en sus labios, de un profundo color rosado, brillantes y carnosos como si... ¡¿Qué estaba haciendo?! ¿Pensando en besarlo? No, no, no podía ser. Quedamos en que eso no había pasado, o por lo menos Axel no volvió a mencionar el tema.
Carajo, mis mejillas estaban ardiendo como nunca porque a pesar de que fue solo un pico lo que tuvimos en el campamento, se sintió suave, cálido y lleno de mariposas brotando de nuestro al rededor, no sabía si me estaba volviendo loca por pensar estupideces.
Retomé la compostura llevando mi vista al techo para pensar en lo que acabé de hacer y reflexionar sobre el asunto. Estaba mal recordar aquél beso porque causaba un montón montón de sensaciones dentro de mí. Golpeé suavemente mis mejillas para reaccionar, no podía evitarlo ¿Quién no se sentiría así al tener en frente a un chico como él?
¡Por Dios! Emily, ten calma por favor.
Me levanté dispuesta a salir de mi habitación para intentar olvidar lo ocurrido antes de que mis pensamientos se descontrolaran mucho más, haciéndome hacer quién sabe qué. Por desgracia, fui detenida por una mano que sostuvo mi muñeca con fuerza, obligándome a quedarme. Ay no, temía girar y encontrarme con los profundos ojos de Axel porque de seguro sabía que lo miré momentos atrás.
¡Que vergüenza!
De un jalón logró hacer que me volteara en su dirección y nuestras miradas se encontraran por los siguientes segundos, su expresión se veía relajada, no como yo, que estaba nerviosa, temblando, con la respiración entre cortada y ¡No sabía la razón! Una media sonrisa se formó en sus labios haciendo que me percatara de algo, se estaba burlando de mí. Me solté con las manos tambaleantes, como si estuvieran teniendo pequeños espasmos. Me alejé lo más que pude para tener el mínimo contacto físico con él, me hacía mal.
Sobre todo porque había una conexión entre nosotros más grande que con Damián y Jacob, y yo sabía que la razón era el contacto del beso que tuvimos, me volvió más débil ante él.
—¿Por qué huyes? —interrogó, acomodó su despeinado cabello.
Tragué saliva sin saber el orden en el que diría mis palabras defensoras, no quería cagarla. Más bien, planeaba salir corriendo sin decirle nada, pero mis piernas no me estaban ayudando porque no se movían, no le hacían caso a mi cerebro.
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Emily y compañía [COMPLETA]
Teen FictionTres chicos mimados se enfrentan a un reto inesperado: vivir en un pueblo pobre durante un tiempo para corregir su comportamiento. Allí tendrán que aprender a valorar lo que realmente importa en la vida: la humildad, la amistad y el amor. Pero no to...