Capítulo 7

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Estábamos reunidos en el cuarto porque hablaríamos sobre el día del lago, debía saber qué aprendieron sobre la persona que llegaron a conocer aquél día, aunque fuera un simple momento. Axel estaba abrazado sus piernas, sentado en la cama, cerca de mí. Damián también estaba a un lado y Jacob se acostó apoyando su cabeza en sus antebrazos, cerrando los ojos.

—¿Qué opinan de la gente que conocieron? —comencé, Damián fue el primero en alzar la mano.

—Los niños me agradan, son cariñosos y juguetones, no veo problema en ellos —hizo una pausa antes de continuar—. ¿Para qué quieres hablar sobre este tema?

Ignoré su pregunta para escuchar las demás opiniones.

—Yo creo que, tratan bien a los desconocidos —agregó Axel, directo al grano.

—¿Jacob? —moví mi mano indicando que era su turno y que procediera a hablar.

—Son asquerosas personas sin sentimientos igual que yo —comentó, sin hacer expresión alguna.

Era  difícil de tratar con Jacob, era un chico al que no le importaban los demás, a pesar de que pareció estar conforme con el "supuesto amigo" con el que habló, realmente pareció no importarle haberlo conocido. Demasiado rebelde comparado con los otros dos. No sabía cómo cambiar su actitud, o por lo menos hacer que entendiera las cosas de una forma diferente a su estilo.

—Aquellas personas que conocieron son pobres como yo —confesé, para que supieran que era mentira lo de la "mezcla" entre clases.

—Ahora entiendo el por qué querías que lo hiciéramos... —murmuró Axel llevando una mano a su barbilla, aparentando tener barba.

Jacob se sobresaltó, me sorprendió en cuanto gateó hasta llegar a mi puesto, me sujetó ambas manos y provocó que mi espalda se juntara contra la pared, ¿qué pretendía? Estaba acorralada, de nuevo, pero de una forma distinta. Los otros dos parecían ver la escena confusos como yo. Para no parecer nerviosa, fijé mis ojos en los suyos con valentía en mi mirar, se veía enfadado por una razón que desconocía.

No podía soltarme de su agarre, por más que lo intentara, él era más fuerte que yo. Estaba aguantando las ganas de llorar porque me sentía inútil y débil ante esa bestia. No dejé de mirarlo con recelo.

—Me irrita tu actitud —susurró acercándose a mi oído.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Cerré los ojos con fuerza por lo angustiada que me sentía, me preguntaba si los otros dos también pensaban lo mismo de mí. Tener a tres chicos que me odiaban, no era agradable, que estuvieran todos en mi contra me daba mucho miedo y tristeza al mismo tiempo porque yo solo quería ayudarlos.

Pero, lograron sorprenderme.

—Suéltala —Axel tomó por la muñeca a Jacob.

Abrí los ojos para detallarlo, era la primera vez que lo veía lleno de rabia en sus iris, sus cejas decían que claramente estaba enojado al igual que la tensión que tenía en la mandíbula.

Damián se posó junto a mí, aferrándose a mi hombro y fulminando al pelinegro con la mirada, esperando que el chico rudo me soltara de sus garras. Pude notar cómo el agarre de Axel se hacía cada vez más fuerte provocando una expresión de fastidio en el rostro de Jacob, haciendo que dejara de sujetarme.

Se echó hacia atrás para observarnos a los tres, cruzado de brazos, como si él no fuera el villano.

—¿Ahora la defienden? —cuestionó riendo, una risa falsa—. Recuerden que es pobre, pueden tener mejores chicas a sus pies si lo desean —añadió. Rodó los ojos y los desvió a la ventana.

Emily y compañía [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora