Capítulo 11

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En cuanto mi padre anunció el inicio y procesé la información, corrí sosteniendo la olla en donde guardaría los cultivos. Primero me dirigí hacia las zanahorias porque eran las que consideraba más cercanas. Los demás participantes estaban lejos de mí, en otras zonas del huerto y eso era buena señal porque así no me molestarían. Palpé la tierra con la intención de ver cuáles eran las zanahorias que consideraba perfectas, no quería fallar y poder entregar productos de calidad.

Pude observar cómo brillaba la pequeña parte naranja que se asomaba, debajo de las hojas, debido al sol. En cuanto conseguí la correcta, la saqué con ambas manos porque sentí que estaba bien profunda. Limpié la poca tierra que tenía alrededor y la acerqué a mi nariz para comprobar su olor. Percibí su frescura, eso indicaba que ya encontré mi primer cultivo, iba bien. Lo arrojé con velocidad dentro de la olla, pero sin fuerza para no dañarla y me levanté para seguir con mi búsqueda.

Aceleré mis pasos lejos de las zanahorias. Llegué a los grandes melones, me posicioné en cuclillas de manera que me permitiera tomar uno con facilidad, esa vez lo que hice fue agarrar el que se veía más lleno de vida, no era demasiado extravagante, pero tenía un aroma sabroso así que lo agarré con fuerza porque pesaba sus kilitos, sí cabía en la olla. A lo lejos pude visualizar a Axel, entre cerré mis ojos para lograr verlo con más claridad porque el sol estaba sofocante y me cegaba. Estaba en el área de las coliflores, si no me equivocaba.

Seguí con lo mío, ignorándolo para no distraerme antes de que el tiempo se acabara, ¿qué otro cultivo debía buscar? Me quedé estancada observando a mi alrededor, chasqueé mis dedos en cuanto la idea vino a mi mente. Tomates. Apresuré el paso para llegar a ellos, la mayoría no estaban maduros, después de todo los tomates eran los que más se necesitaban en el día a día. Sentí que uno logró decir mi nombre (no literalmente) así que decidí tomarlo e inspeccionarlo, se veía fresco y de un profundo color rojo, hasta podía jurar que podía ver mi reflejo con claridad, con ese estaba más que bien.

—¡Quedan cinco minutos! —anunció papá con el megáfono.

Empecé a sudar, no tanto por los nervios, era más que todo por el calor y el ajetreo que tenía de un lado a otro.

De igual manera ¡Todavía me faltaban dos! Tenía que apurarme o no lo lograría. Corrí agotada hacia las papas, ya no importaba qué clase de cultivo escogiera. Con velocidad quité la tierra escasamente mojada para obtener una papa color marrón con toques amarillos. No muy grande, no muy pequeña, se veía normal, como cualquier otra papa, la coloqué en la olla para dirigirme hacia el otro lado en donde estaban las berenjenas y agarré la primera que vi con miedo de que se me acabaran los minutos.

Pero, me percaté que el tiempo aún no llegaba a su fin y me dispuse a revisar con más cuidado las berenjenas para encontrar una mejor que la que había escogido al azar. Indagué en su olor para notar la frescura, la sostuve con la mano derecha y la observé sin apartar la mirada, esa que tenía en mis manos era la perfecta, sin dudas. Me levanté para buscar con mis ojos a los demás participantes y ver a qué me enfrentaba.

Damián estaba buscando como loco y con preocupación entre las papas, no muy lejos de donde me encontraba, Jacob parecía haber terminado con su búsqueda al igual que Axel, estaban en sus puestos del inicio, esperando que anunciaran el final. Me dirigí hasta el lugar en donde empecé yo también minutos atrás, al lado del castaño específicamente, ya había varios que terminaron y tenían sus cultivos dentro de las ollas.

Que nervios sentía por saber quién había ganado. Quién tenía más calidad.

—¡El tiempo acabó! ¡Todos vuelvan a sus lugares! —informó papá, pendiente de que ninguno siguiera buscando.

Llamaron al participante número uno para que llevara sus productos a la mesa del jurado, mamá, papá y el señor Mario observaron detenidamente lo que tenían en la mesa, me quedé anonada viendo sus expresiones. Luego probaron cada uno para saber si tenían buen sabor o todavía les faltaba madurar, hasta que comenzaron a escribir la calificación. El que lograra obtener más puntos sería el ganador.

Emily y compañía [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora