Estaba con Damián en el cuarto tratando de convencerlo de llevar a los otros dos con nosotros. Pues, iríamos por quinta vez al lugar llamado por él "Maravilla" aquél hermoso espacio lleno de flores, árboles y una fantástica vista, una zona que parecía sacada de un cuento de hadas desde mi punto de vista. Quería que Axel y Jacob también lo conocieran para que sintieran la magia que brindaba el ambiente. El rubio hizo un puchero negando mi pedido, de brazos cruzados.
—¡Por favor! Les encantará —supliqué, hice mi siempre convencedora cara de perrito.
Él desvió la mirada con timidez, colocando ambas manos frente suyo en modo defensivo hacia mí, con los ojos cerrados.
—¡Basta! ¡Harás que me enamore de ti! —exclamó para luego cubrir sus mejillas, totalmente avergonzado.
¿Qué?
Mi boca se abrió tanto como la letra "o". Por la sorpresa que me causó la insinuación. Quedé anonada ante su reciente comentario.
¿Enamorarse? ¡¿Eh?! No, no podía ser posible, ¿solo por mi hermoso rostro suplicando? ¡No era lo suficientemente guapa como para que cayera en mis redes! ¿O tal vez sí? ¿O tal vez yo no tenía mucha autoestima como pensaba?
Se percató de las palabras que acabó de decir y me miró, estaba callado y tan rojo como un tomate, de seguro yo me encontraba igual, a pesar de que sabía la diferencia de edad entre nosotros, Damián me parecía un chico atractivo, así que con facilidad me hizo sentir cosquillas en varias zonas de mi cuerpo.
¿Por qué había dicho eso?
La duda me seguía carcomiendo porque yo era una persona que se tomaba todo en serio. Primero el casi beso de Axel, luego la confesión a medias de Damián. Mi corazón no estaba hecho para eso, solo faltaba que Jacob también me hiciera algo parecido hasta caer en sus garras.
Los chicos eran guapos, sexys y cada uno tenía su encanto, cosa que una adolescente hormonal como yo se le hacía difícil ignorar. Podía caer embobada de cualquiera de los tres con facilidad, aunque estaba haciendo todo lo posible para resistirme.
Tosí para aliviar el ambiente incómodo y vergonzoso que se creó.
Él movió los labios queriendo decir algo para calmar la situación también, pero los nervios hicieron de las suyas, logrando que ni una sola palabra saliera de su boca. Por otro lado, yo seguía confundida, apenada ¡Y no sabía qué decir para suavizar la tensión que habíamos creado! Llevé mis ojos hacia la ventana para ignorar lo sucedido y buscar un tema para reabrir la conversación.
Me costaba, mucho. Pero inhalé hondo porque sabía que él estaba peor que yo.
—Entonces. ¿No llevaremos a Axel y Jacob? —cuestioné, mi voz apenas logró oírse.
Mi tono salió casi en un susurro y tartamudeando.
—Está bien, pero con una condición —resopló derrotado y más calmado. Se detuvo esperando mi respuesta. Asentí—. Tendrás una cita conmigo —agregó de brazos cruzados y asintiendo para él mismo, satisfecho.
De nuevo, me dejó boquiabierta. ¿Desde cuándo Damián era un chico lanzado? Creí que Axel era el más directo y sin pelos en la lengua a parte de Jacob que siempre decía todo lo que le molestaba. O tal vez el pequeño se estaba muriendo de la vergüenza en sus adentros.
¿Una cita? Quién lo diría, es que, con lo que dijo momentos atrás, no podría evitar sentirme incómoda o nerviosa al saber que podía enamorarse de mí, sería muy extraño. ¿Lo decía en serio o solo se le escapó para molestarme? Verme de una forma romántica, no lo creía, además, era mayor que él así que sería un poco mal visto ¿No? ¡No es que me molestara la idea de salir con alguien menor! Es que... agh, no sabía ni cómo explicarlo por lo confuso que sonaba en mi cabeza.
ESTÁS LEYENDO
Emily y compañía [COMPLETA]
Teen FictionTres chicos mimados se enfrentan a un reto inesperado: vivir en un pueblo pobre durante un tiempo para corregir su comportamiento. Allí tendrán que aprender a valorar lo que realmente importa en la vida: la humildad, la amistad y el amor. Pero no to...