Capítulo 23

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Damián y Jacob habían salido hace un buen rato con mis padres a repartir la comida por todo el pueblo, mamá quería ayuda y que apoyaran un poco esos dos ya que últimamente eran los que más interactuaban con ella. Me quedé cuidando la casa junto a Axel, ambos estábamos sentados en el sofá como perezosos que podíamos llegar a ser por culpa del aburrimiento, mirando el techo, echados como flojos sin querer levantarnos, apoyados del espaldar.

Por mi mente pasó el rostro feliz de Camila y el leve recuerdo de que planeaba confesarse, no podía aguantarlo más, la culpa me carcomía por dentro al saber que yo sentía algo por Damián también. ¿Será que le molestaba si le contaba a alguien más sobre su pequeña ilusión? Porque en serio, si no lo decía para desahogarme, moriría por un paro cerebral de tanto pensar en ello.

Así que aproveché que estaba sola con Axel para sacarle el tema.

—¿Crees en el amor a primera vista? —cuestioné.

Él apartó la mirada del techo, con sorpresa me observó, junto una ligera "o" formada en sus labios, pero yo seguí calmada comparada con él. Tal vez empezó a imaginar cosas que no venían al caso.

—Pues... sí, sí creo. ¿Por qué lo preguntas? —respondió, pensativo y aún sorprendido—. Acaso, ¿estás enamorada? —agregó, con ansiedad por saber.

Llevó una mano a su barbilla de manera pensativa. Podía jurar que me estaba juzgando con la mirada, esos ojos me parecieron punzantes.

—¡No! ¿Qué te hace pensar eso? —contesté con rapidez para no generar confusiones.

—Tu pregunta ¿Por qué otra razón la harías si no lo estuvieras? ¿Te gusta un chico? O en dado caso ¿Una chica? —replicó, se cruzó de brazos alzando una ceja.

Dejé de un lado mi pereza y me enderecé para quedar a su altura, poniéndole seriedad al asunto.

—Es Camila, dice que se enamoró a primera vista —confesé para que dejara de malinterpretar. Sus ojos me miraron con asombro, formando otro círculo con su boca—. Es un secreto, puedo confiar en ti ¿Verdad? Se supone que no tenía que decírselo a nadie y mírame, ni para eso sirvo —hice una expresión de suplica con mis manos.

No podía creer que había soltado el gran secreto que me confió Camila con alguien más, cuando le prometí no hacerlo. Me sentía muchísimo  peor porque a parte de que le quería quitar a su enamorado, no guardé su confesión... Sin dudas yo era la peor persona del mundo.

—Hey, tranquila. A veces hay secretos difíciles de guardar, de digerir por nuestra cuenta —me animó acariciando mi cabello—. ¿Puedo saber quién es su enamorado? Yo no diré ni una palabra, no la conozco lo suficiente como para querer perjudicarla —añadió curioso.

Por lo menos me llenó de alivio escucharlo, de alguna manera sentí que podía confiar en él con cualquier cosa.

—¡En primer lugar, no debería de estar hablando de esto contigo! —exclamé exasperada.

Obvio no podía evitar que había traicionado la amistad que tenía con Camila. Pero al menos Axel se mostró compasivo conmigo y lo que estaba experimentando.

—¿Soy yo? ¿Le gusto a Camila? —se cuestionó.

Llegó a una conclusión que provocó mi completa atención, la presión se alejó de mí por un momento y una carcajada salió de mis labios ¿Qué tan confiado había que ser para pensar eso?

—Claro que no —dije entre risas, retomé la compostura para soltar:—Es Damián.

Por un momento se quedó callado pensando en lo obvio que debía de ser, como si una chispa le alumbrara la cabeza dejándolo claro. Después de todo, a Camila no parecía gustarle personas demasiado mayores, Damián tan solo le llevaba dos años. Él colocó una mano en su barbilla mientras la acariciaba, fingiendo tener barba, soltó un suspiro que pareció ser de alivio ante mi respuesta, al parecer no le agradaba la idea de que Camila se enamorara de él, estiró sus brazos con pereza.

Emily y compañía [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora