Capítulo 9

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En dos días se celebraba el festival anual de vegetales, era un evento que consistía en una competición en donde la persona que consiguiera el mayor puntaje sería el ganador. ¿Cómo? Simple, nos darían un tiempo límite para recoger cinco vegetales que consideremos de buena calidad, después de que el tiempo acabe, los jueces. que serían mis padres, decidirían al ganador.

Era algo común que se hacía cada año en el pueblo para tratar de ignorar el hecho de que vivíamos en la pobreza y pasar un buen rato entre todos. Estaba en la cocina conversando con mamá acerca del festival que se llevaría a cabo, ella estaba hablando por teléfono con los padres de Damián, ellos tienen una empresa de comestibles por lo que les pidió un poco de ayuda con un pequeño asunto.

—Por supuesto, solo será una canasta básica —escuché la conversación, aunque solo lo que mi madre decía—. Él lo está haciendo excelente. Muchas gracias —colgó, supuse que cuando dijo "él" se refirió a Damián.

Y es que, a pesar de que el pequeño llegó quejándose del ambiente y del lugar donde dormía, con el pasar de los días se acostumbró y era el que más había progresado en cuanto al objetivo. En segundo lugar estaba Axel y por último ya saben quién.

—¿Y bien? —cuestioné, hice un ademán con la mano para que me contara.

—Aceptaron con una condición, ellos también vendrán al evento —informó mordiendo su labio inferior.

Abrí la boca con sorpresa.

¿Escuché bien? ¿Los padres de Damián venían al evento? De seguro querían conocer a la chica que estaba a cargo de su hijo, que nervios, era una situación vergonzosa porque no sabía si me consideraban apta. Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, me imaginaba su elegancia y cordialidad en su manera de expresarse, en cambio; yo era una simple chica de campo, nada atractiva y cero elegante.

Pero, otra de mis interrogantes era, ¿qué sucedería con Axel y Jacob? No me parecía justo que sus padres no vinieran mientras que los de Damián sí, todos ellos extrañaban a sus familias, se podían enojar o hasta deprimir si veían a Damián feliz con sus padres ¿O me estaba equivocando y me preocupaba demasiado?

Así que se me ocurrió una idea, sin importar que me perjudicara a mí.

—Mamá... —empecé, ella me observó esperando que hablara. Dudé por un segundo—. ¿No podrías invitar a los padres de Jacob y Axel? —solté.

Esperaba un regaño por su parte o algo por el estilo. Pero recibí una cálida sonrisa que me decía "tranquila, no te comeré". Así que mis nervios se fueron y suspiré aliviada por su expresión. Mamá era un amor de persona.

La amaba muchísimo por ser tan comprensiva conmigo.

—Oh, no te preocupes, ya los invité. Pero que ninguno se entere ¿De acuerdo? Es una sorpresa —afirmó, me lanzó una sonrisa pícara.

Colocó su dedo índice en la comisura de sus labios para que yo guardara silencio. Me hizo feliz saber eso, por alguna razón. Es que sabía que los chicos se alegrarían y ya quería ver cómo reaccionarían. Me emocionaba de solo pensarlo.

¿Qué ocurría conmigo? ¿Acaso mi lazo con ellos se había vuelto más fuerte? No deberían preocuparme tanto, solo había pasado un mes y ya estaba encariñada con sus presencias. Es que, todavía recordaba las palabras que Axel un día me dijo "extraño a mis padres" y no creía que fuera el único al que les hacían falta, no podía siquiera imaginarme vivir lejos de mamá y papá.

Mis progenitores eran mi mundo.

Por otro lado, éramos amigos ¿No? Con todos los días que convivía con los chicos, se volvieron una parte importante para mí, hasta Jacob, aunque no hablara mucho con nosotros. Una sonrisa se formó en mis labios sin querer. Volví a la realidad y noté que mamá me estaba mirando con asombro, llevé las manos a mis mejillas debido al color rojizo que deben de tener en esos momentos por la vergüenza.

Emily y compañía [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora