Capítulo 40

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—Emily, muchísimas gracias por todo. Hiciste un gran trabajo, cumpliste la misión, deberías estar feliz —habló Alicia acercándose a mí, me envolvió en un abrazo—. Sonríe, querida, la sonrisa es lo más hermoso que verás en una persona. ¿Bien? —añadió acariciando mi mejilla.

No pude evitar formar una pequeña sonrisa que la dejó satisfecha, mis padres y los chicos se despidieron de Axel una última vez, uno a uno. Supuse que me están dejando de última ¿No? Por lo menos había logrado aguantar las lágrimas durante varios minutos, la señora Alicia se alejó junto a el señor Mark al despedirse de todos, su limusina estaba aparcada cerca de la casa, en el camino de tierra. Observé a Axel, quien estaba abrazando a Damián. Se volteó y me miró con una sonrisa que me rompió el corazón ¿Por qué se tenía que ir?

—No me olvides ¿De acuerdo? Eres única, Emily, jamás conoceré a alguien como tú —dijo cada vez más cerca de mí.

—No lo haré porque te quiero —murmuré decaída.

Axel me tomó de la cintura con suavidad y cariño, mi cabeza se hundió en su pecho al mismo tiempo que percibí su aroma, dulce aroma. El abrazo duró segundos, quizás minutos, no me importaba quiénes están a nuestro alrededor porque después de todo habíamos quedado en que él sería mi novio principal ante los ojos de la sociedad para no levantar sospechas. Era la última vez que lo iba a ver, valía la pena un largo abrazo por lo menos.

Lamentablemente no podía hacer nada para que se quedara... A mi mente llegaba el breve recuerdo de cuando él dijo que debía esperar...

Por lo menos me aferraré a esa pequeña pizca de esperanza en que estaban planeando algo para mí, era solo una posibilidad, pero lograba hacerme feliz al pensarlo. Nos separamos más lento que un caracol, literal, lo miré por última vez y le regalé una de mis más sinceras sonrisas para que quedara gravada en sus recuerdos conmigo, él hizo lo mismo y se dispuso a seguir a sus padres. Me quedé frente de la casa, mirando la espalda de Axel y cómo su figura se alejaba cada vez más hasta entrar en la limusina que lo llevaría a su hogar...

—¿Estás bien? —sentí una mano colocarse en mi hombro, observé los ojos marrones de mi querido Damián.

—Supongo, no lo sé... Duele —forcé una sonrisa convincente.

—Vamos adentro, necesitas descansar un poco, yo también lo extrañaré mucho —me animó tomándome de la mano.

Asentí siguiéndolo hasta la habitación, Jacob también nos hizo compañía. El ambiente era estúpidamente melancólico porque hacía falta uno de nosotros, y pensar que ellos se irían el sábado, o sea; faltaban dos días para su partida, al final quedaría sola.

—Emily, se supone que quedamos en que sería un secreto para ti, pero no soporto verte con lágrimas en los ojos. Te tenemos una sorpresa, solo debes esperarnos ¿Entiendes? —confesó Jacob acercándose a mi posición en la cama.

—¡Jacob! Estúpido chismoso —masculló Damián regalándole una mirada de odio.

—¿De qué hablan? ¿Me están ocultando algo importante? —cuestioné frunciendo el entrecejo.

—Fue idea de Axel, no le digas que te dimos un spoiler —resopló el pelinegro acostándose en mis muslos—. Es sobre el futuro de nuestra relación, deja de llorar porque no vamos a terminar, solo tienes que esperarnos y no conseguir otros novios —agregó diciendo lo último entre dientes.

—Me estás confundiendo más —respondí acariciando su cabello.

—¡Deja de hablar, imbécil —exigió Damián alterado, se acercó a nosotros con cautela—. Emily, no lo escuches. Tienes que esperarnos ¿Vale? Nos volveremos a ver, solo debemos preparar unas cosas —me calmó con unos ojos brillosos.

Emily y compañía [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora