El viento chocando con mi castaño cabello, tenía las ventanas del auto abiertas ya que tanto licor me había provocado una maldita fatiga. El guardia del bar en el que estaba -amigo no muy cercano- me advirtió que no manejará en el estado que estaba pero me importó un comino, tenía que hacer algo y estar un poco ebria ayudaba demasiado; sólo esperaba no morir en el intento. El semáforo se puso en rojo pero nunca me gustó esperar así que pise el acelerador y el auto iba como si hubiese cohetes, me encantaba la adrenalina, con facilidad encendí la radio y subí el volumen a 30, era lo máximo que el cacharro podía llegar.
Tanta felicidad no podía estar en mi, de repente se escuchó la sirena de una patrulla, maldije a mis adentro y acelere aún más para no encontrarla, pero creo que a quien perseguían era a mi. Pude observar por el retrovisor como venían super rápido tratando de alcanzarme, hablaron desde ese ruidoso megáfono:
―¡Somos la policía de Seúl, ordenamos que se detenga! ―hablo tal vez el copiloto. Sólo solté una risa y saque mi mano para luego mostrar el dedo medio, cosa que no les gustó mucho ya que empezaron a disparar, una bala rompió el espejo de afuera haciendo que pegara un leve grito.
―Hijos de puta. Ese maldito espejo apenas lo arregle la semana pasada ―murmure entre dientes. Otra bala impactó en la farola de atrás haciendo que él auto se descontrolara y no pudiese tener control, por obligación a no morir tuve que disminuir la velocidad, entonces fue momento para que los policías pincharan la llanta trasera del auto. Frene al estar a punto de chocar con otro auto por querer pasar el semáforo en rojo de nuevo, mi rostro impactó con el volante haciendo que me quedará ahí por unos segundos, el maldito dolor era terrible. Escuche como los policías volvieron hablar por el megáfono.
―Salga con las manos en la cabeza, ahora. ―Sólo me quedé ahí. Esperando a que viniera alguno y me sacará a las malas.
En unos minutos eso paso.
Abrieron las dos puertas, apuntando con el arma uno me saco a las malas de allí -aunque no hice mucho escandalo- me llevo hacia el capó del auto y como si se le olvidase que era mujer me tiro boca abajo, llevo mis dos manos atrás y las esposo. Tenía una risa silenciosa en mis labios, como siempre nunca faltaba la gente chismosa, el hombre con el que casi choco veía la escena con cierta gracia, otras personas sacando sus cabezas por las ventas y algunos que recogían las mesas de sus negocios, aunque fuesen más dos de la mañana había gente que trabajaba en locales de comida a esa hora.
―¡Loca! ―grito aquel hombre antes de subirse y arrancar. Sólo solté una carcajada, el policía me levanto fuerte y empezó a llevarme hasta la patrulla, uno de mis tacones se había salido cuando me bajo tan fuerte del auto.
―Oiga espere ―gruñi. Él sólo jalo más fuerte. El otro policía se quedó llamando tal vez alguna grúa, pobre de mí auto, no habían pasado ni dos semana desde que lo saque del taller y ya estaba hecho mierda de nuevo. Me subió a la parte trasera de la patrulla, hablo por su radio y en minutos llegaron refuerzos.
―¡¿Que paso aquí?! ―pude mirar que una policía se acercó, abrió la puerta y sacó lo que parecía ser un alcoholimetro, sin mucha paciencia indicó que soplara y tuve que aceptar, ya estaba más frita que nunca.
―¿Que no eras tú la que inició un alboroto en una discoteca hace un mes? ―inquirió la mujer. Me encogi de hombros y negué. ―Bien. ―aviso a los otros policías que me habían detenido ―no está tan borracha pero aún así quebranto las leyes policiacas, hizo demasiados daños está mujer. Llevenla a la comisaría, un buen castigo no le hace daño a nadie.
―Tengo derechos ―hable sería. Aquella mujer con uniforme de chaqueta verde fosforescente y pantalón azul o tal vez verde se acercó con una sonrisa de asco.
―¿Que derechos tienes? ―pregunto con una ceja alzada.
―Puedo pagar la fianza de salida.
―Lo siento querida. La persona que hace eso sólo trabaja hasta las siete de la noche, luego va a su casa y no se emborracha para luego hacer estragos en las calles y ser llamada como loca
―Con fuerza cerró la puerta casi en mis narices.Los dos policías se subieron a la patrulla, estaba recostada en la silla un poco incómoda por las esposas, en menos de media hora llegamos a lo que parecía ser la comisaría a la cual pertenecían -los policías siempre trabajan para una, dependiendo el sector de la ciudad- y pues creo que está era a la cual pertenecían. Nuevamente con brusquedad me sacaron de ahí y arrastras me llevaron hasta una sala, me senté en la silla y espere a que llegará lo que parecía ser el encargado de la estación en la noche. Ni siquiera podía bajarme la falda que llevaba puesta.
―Nombre. ―hablo aquel policía mientras miraba la pantalla de su computadora. No respondí. Por su parte soltó un suspiro y miro a los hombres indicando algo que tal vez entendían entre ellos.
―Estado medio de alcoholismo, cruzó dos semáforos en rojo, insulto a la ley y casi choca con un auto ―hablo uno de ellos. No pude saber quien era ya que estaba detrás mío, el hombre solo tecleo unas veces y volvió a mirarme.
―Nombre ―Me miro serio. Con mi semblante neutro no respondí nada, also una ceja y sonrió ―dime tu nombre ―seguí sin responder mientras lo miraba sería. ―¿Crees que vas asustarme con esa mirada? ―no hice ningún gesto.
―No hagas las cosas más difíciles y responde ―dijo fuertemente uno de los que me detuvo. Nuevamente no dije nada, sólo eché un suspiro largo.
―Requisenla ―ordenó aquel hombre. Los otros policías se abalanzaron a tocarme pero rápidamente hable.
―Si me tocan un pelo...―todos se quedaron mirando, nuevamente el policía que me saco del auto soltó una carcajada.
―¿Que? ¿acaso nos vas a matar?
―negó con la cabeza. El policía quien anotaba mis datos also su mano e hizo que se detuviera.―No pueden tocarme, no tienen ningún derecho.
―Según tu. ¿Por qué no tienen ningún derecho?, no quieres cooperar y es la única forma.
―Soy mujer, si me tocan sería un abuso. Sólo tiene el derecho de requisarme una mujer ―agregue seriamente. Aquellos hombres sólo se quedaron en silencio sabiendo que lo que decía era verdad, el hombre ya de edad tecleo algunas cosas e insistió.
―Si no me dice su nombre las cosas se ponen difíciles señorita. Usted quebranto una ley y debe pagar por ello, sólo necesito su nombre, va pasar la noche aquí y si mañana paga su fianza sale, sino lo hace tiene que quedarse dos días más. ¿De acuerdo? ―hablo serenamente. Parece que amenazando y hablado se entiende la gente. Sonreí y me digne a hablar.
―Park Mei Ling.
Espero le den mucho apoyo a esta nueva historia. Espero les guste, lean las advertencias antes de seguir leyendo :)
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Clandestino ➳ BTS [+18]
Random❝Lo prohibido es mejor, te haces adicto a ello como si se tratase de el mejor caramelo❞ Mei Ling una chica cuya vida no es tan normal como todas, su pasado la atormenta pero se refugia en una personalidad ruda para que ello no le haga más daño. Una...