Clandestino ➳ BTS [+18]

Capítulo 34

~Escuchar cuando empiece la historia de Hanako~

***

―¿Que vamos hacer con la niña ―pregunte a Hanako.

Hace casi veinticuatro horas que había pasado tan terrible momento, Hanako tuvo que quedarse durmiendo en esa casa junto a la niña, mientras que yo vine a la casa fuera de la ciudad. Derek salió junto a mi pero desde entonces no le vi más, es como si la tierra se lo hubiese tragado; la azabache no aguanto quedarse allí ya que decía que escuchaba los gritos de aquel hombre. Hace dos horas había llegado con la pequeña en brazos y la había dejado durmiendo en mi cama, era una pobre criatura inocente que por culpa de un vengativo tuvo que quedar huérfana.

―¿Su madre? ―pregunto Hanako pero me encogi de hombros, no sabía nada de ellos.

―Muerta ―escuchamos una voz. Nos volteamos y allí estaba el castaño, parado en el marco de la puerta con los brazos cruzados.

―Largo de mi vista, maldito asesino ―mascullo Hanako.

―¿Que sabes de esa familia? ―inquiri mirando al chico.

―La madre de la niña murió al darla a luz, su padre; un maldito asesino la tuvo hasta el momento ―Derek se encogió de hombros, claro. A él no le afectaba hablar de ellos.

―Le destruiste la vida a esta niña ―hable negando.

―Eres un animal ―la azabache se veía enojada con él, no entendía por qué su repentino comportamiento. Yo igual estaba mal por lo sucedido pero al parecer Hanako estaba peor.

―Pueden decirme lo que quieran, pero no me arrepiento de lo que hice ―dejó caer los brazos a sus costados.

―Largo. ―Hanako cambio su semblante a uno super serio.

―Pueden dejar a la niña en adopción, una familia la tomará o quien sabe quien...

―¡Dije largo! ―la azabache se lanzó a él y empezó a sacarlo a empujones, tuve que intervenir. Finalmente Derek salió de allí y Hanako me miro, su pecho subía y bajaba.

―Calma nena ―quise tocar su hombro pero lo esquivo rápido. ―¿Quieres tomar agua? ―pregunte.

La azabache sólo me miraba sin decir nada, ninguna expresión en su rostro. Su labio inferior temblaba como si quisiera llorar, baje la mirada a sus manos y estas parecían inquietas, su pecho subía y bajaba. Frunci el ceño, nunca había visto a la pobre en una situación como estas y ya empezaba asustarme, estaba en una especie de shock. De repente se tiró al suelo y clavó su vista en el, la mire esperando alguna acción más pero no, nada pasó.

―Hana...―murmuró. Levanté la cejas y me quedé mirando a la pobre allí tirada, quise salir pero volvió a murmurar aquel nombre ―Hana..

―¿Hey, estas bien? ―me agache a su altura.

―Mi Hana...―paso sus manos por su cara, luego una de ellas la puso en su pecho y empezó a frotarlo. ―Perdón...

―¿Quieres que salgamos a tomar aire ―indague con preocupación pero la azabache seguía presionando su mano en su pecho.

―Yo tuve la culpa.. ―Frunci el ceño. La chica levanto ma vista hacia mi ―¿fui yo? ―mire hacia atrás pero no había nadie ―claro que si...ella me dijo que había sido la culpable.

―¿De qué Hanako? ―me atreví a preguntar. Sabía que había algo que agobiaba el pasado de cada uno de nosotros pero la azabache nunca se atrevió a contarlo ya que cuando lo hacía entraba en una clase de pánico.