Capítulo 50

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―Debemos pasar los techos hasta llegar a un lugar en donde podamos bajar sin que nos descubran ―respondió Zico. Su vista paso hacia el borde que unía hacia el otro techo y negué.

―¡No! Estas totalmente loco ―trague saliva.

―¿Y si nos caemos? ―comentó Chungha.

―No, mierda. No quiero morir de un golpe ―negó Jian.

―¡Chicos! ―espetó Hanako ―eso eso o irnos a la cárcel, ustedes deciden y por lo menos aún no quiero ir a parar a una pocilga de esas ―decidida de acercó al muro y con ayuda de Zico empezó a caminar mirando al frente. Cerré mis ojos con fuerza y rogue para que no le pasará nada. ―¡Vamos! ―la escuche. Abrí los ojos y ya estaba alzando su mano desde el otro lado, realmente a esa chica le faltaba un tornillo.

Chungha se subió y con temblor empezó a caminar, un alivio llegó cuando pudo pasar sin un rasguño. Zico me observó y me quedé dudando allí pero no tarde mucho ya que Jian me jalo hacia allí, las patrullas de la policía se escuchaban demasiado cerca así que me alarme, puse un pie y mire al frente sin bajar la vista; un pie frente al otro fueron los pasos que marque hasta poder llegar al otro lado, respire con tranquilidad cuando pide el suelo.

Volví a mirar y Zico venía caminando con mucho equilibrio al igual que Jian empezaban a subirse al muro, Zico llegó y fui corriendo hacia el otro lado junto a los otro pero me quedé esperando a Jian. Las patrullas llegaron al lugar, se escucho un grito y Jian se tambaleo, cerré mis ojos con fuerza y espere lo peor; hice una mueca de dolor cuando vi que cayó sentado abierto de piernas ¡Joder! ¡Que puto dolor! El peligris se contuvo de pegar un chillido y se levanto con casi lágrimas en los ojos.

―¿Estas bien? ―pregunte cuando llegó a donde estaba.

―Mis hijos...Mis bolas ―hablo casi ahogado y poniendo su mano ahí.

Sin más corrimos hacia el otro extremo y vimos a los lejos como todos empezaban a correr por aquellos techos, agradecía que fuesen de cemento sino se esucharian los pasos. Habían muros altos y bajos pero no tan peligrosos como el primero, los ruidos de las patrullas se escuchaban más a lo lejos, hubo un último techo que indicaba el final de la cuadra, mire como Chungha empezaba a bajar, luego Hanako y Zico el cual nos hizo señas con la mano asi que corrimos más fuerte. Al llegar al borde vi la cuerda que había, amarre el gancho que aún tenía en mi espalda y empecé a bajar con los pies apoyados en la pared, cuando llegue abajo me subí a la camioneta y está arrancó mientras que los otros chicos se quedaron esperando a Jian.

No había tenido tiempo ni de mirar en que camioneta me subí pero vi que Jimin iba manejando, Chungha junto a MinSung estaban atrás hablando a otros hombres por el radio. La otra camioneta negra venía atrás, demasiado rápido, tanto que ya nos empezaba a ganar.

―¿Estas bien? ―pregunto Jimin.

Asenti con la respiración agitada: ―¿tu estas bien? ―pregunte. El asintió y siguió atento al camino.

La calma llegó cuando empezamos a salir de la ciudad nuevamente hacia aquella mansión, Woah. Realmente eso si que fue adrenalina, me sentí como una espía o algo parecido, Joder ¡baje por un arnés para tomar prestado sin permiso unos diamantes! ¡Corrí por los techos! Eso sí que fue muy loco y demasiado arriesgado, eché una risa y murmure cosas sin sentido al igual que Chungha, Jimin y MinSung se mantenían serio y pues como no, si ellos no fueron los que experimentaron tal cosa.

***

Una vez llegamos nuestro nuevo "jefe" nos felicito por todo el buen trabajo que habíamos hecho, después de unas gracias salimos de allí. MinSung, Chungha y Zico se fueron por caminos diferentes mientras que Hanako, Jian, Jimin y yo por el mismo ya que nuestras habitaciones estaban demasiado cerca. Entre detrás de Hanako, hoy íbamos a dormir juntas, me puse ropa cómoda y me acosté en la cama, Hanako hizo lo mismo y se echo a mi lado.

Clandestino ➳ BTS [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora