―Mhmm señorita Park. Veo que tiene cierto problema con la ley ―negó mientras miraba su computadora. ―hace un mes estuvo en otra estación por un alboroto en un bar ―me miró. Aún tenía mi semblante serio, que hijo de puta tan chismoso, los otros idiotas que estaban detrás sólo soltaban bufidos como si ellos fuesen perfectos.
―¿Acaso se va poner a contarme la vida que ya se? ―solté bruscamente. Él sólo se levanto sin decir más.
―Llevenla a la celda. ―sin más salió de ahí. No espere a que los otros policías me jalaran fuerte, me levanté y camine por donde ellos indicaron, por suerte hoy sábado no habían muchos locos, llegamos a una de las celdas; caminando rara porque tenía un tacón y el otro no, entre y me senté en lo que se supone que era una cama, pero era sólo un puto pedazo de cemento en forma de silla, iba quedar sin trasero está noche. Cuando cerraron la celda el otro policía volvió a llamarme, me levanté y levante las manos para que me quitará las esposas.
Baje la falda que prácticamente me dejó ver todas mis piernas, mire mis pies y con un poco de nostalgia pensé en el dinero que perdí cuando el tacón se salió de mi pie, me había costado demasiado ese juego de zapatos y precisamente se tenía que salir uno de ellos, quite el tacon color negro y lo dejé a un lado -por suerte tenía medias que no dejaban darme tanto frío- me senté en el muro y mire a todos lados. Ese lugar en donde estaba era horrible, frío, gris y se escuchaban ruidos extraños, levanté mis piernas y las abracé, necesitaba que alguien me sacará de aquí mañana a primera hora. No se cuantos minutos o tal vez horas pasaron mientras miraba a la nada y pensaba de todo, mis ojos empezaron a pesar, me recoste en pared aún con mis piernas abrazadas y me deje caer en un liviano sueño.
―¡Lo tenemos! ―escuche el eco de una voz. Sentía el frío calar mis huesos pero el sueño aún dominaba mi cuerpo.
―¡La patrulla viene hacia aquí! ―escuche otra voz. De repente el estruendo de una puerta me despertó, frunci el ceño confundida; las luces estaban encendidas y se podía escuchar el ruido de personas corriendo y gritando "ya viene". Me levanté de donde está para luego acercarme a la reja de la celda, pude ver que unos policías pasaban por allí, sus radios sonaban mucho. Me quedé parada ahí esperando por algo, en unos minutos o tal vez segundos pude ver a dos hombres con traje negro, -no parecían ser policías- traían casi a rastras a un hombre el cual no podía ver ya que traía su cabeza agachada; era como si estuviese muerto. Otra mujer con vestimenta policiaca llegó a mi celda y la abrió.
―Sal de ahí ―ordenó. Sin más salí y ella me tomo del antebrazo alejandome lo más de ahí. Los otros hombres entraron y echaron al casi muerto en la cama de cemento, este soltó un quejido seguido de un insulto. Los hombres de vestimenta totalmente diferente a la de los policías normales lo esposaron y salieron de allí después de cerrar la celda.
―¿Y ella? ―hablo la mujer haciendo referencia a mi. Uno de los policías me miro de arriba abajo y se encogió de hombros. ―quédate ahí, vengo en un momento ―asentí y me quedé un poco alejads frente a la celda. Por inercia mire mis pies los cuales ya no llevaban el otro zapato, me acerqué un poco y mire que estaba tirado al lado de la cama de cemento en donde minutos atrás estaba acostada pero ahora la ocupaba ese hombre. Mire hacia las otras celdas las cuales estaban ocupadas pero quienes yacían ahí estaban durmiendo. Una voz me saco de mi trance.
―Hey ―mire hacia donde llamó. Era ese hombre ―acercate linda. ―Frunci el ceño ―ayúdame a escapar y te recompensare ―cuchicheo. Sólo levanté una ceja con diversión, ¿quien se creía ese estúpido?. Como lo indicó me acerqué pero el no podía hacer lo mismo por las esposas en sus manos.
―¿Decías?...
―Ayúdame a escapar y te daré lo que sea. ―repitió nuevamente. No podía divisar bien su rostro. Una vez pude verlo mis puños se apretaron al recordar su asqueroso rostro.
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Clandestino ➳ BTS [+18]
Acak❝Lo prohibido es mejor, te haces adicto a ello como si se tratase de el mejor caramelo❞ Mei Ling una chica cuya vida no es tan normal como todas, su pasado la atormenta pero se refugia en una personalidad ruda para que ello no le haga más daño. Una...