Clandestino ➳ BTS [+18]

Capítulo 46

―Mira como te dejaron esos hijos de puta ―dije con rabia mientras estaba en frente de Hanako.

―Duele...Mei, hazlo más suave ―pidió en un sollozo.

Ayer después de que a ese viejo se le diera la gana de sacarnos se esa bodega Hanako se negó a que le pusieran la bolsa negra en la cabeza y uno de ellos la obligó pero la azabache empezó a patalear, llegaron otros más para sostenerla y le dieron un puñetazo el cual la dejó casi muerta. No había despertado en toda la noche y ahora en la mañana estaba quejandose, como buena amiga busque en el baño (de la habitación que nos dieron) algo para curarla y por suerte había un botiquín, estaba demasiado hinchado su pómulo y parte de su labio superior.

La puerta se abrió y con ello nos puso alerta, MinSung entró a la habitación y puso su mirada en Hanako. Hizo una mueca de desagrado, otro hombre entró y dejó una bandeja con dos platos llenos de comida, mi estómago empezó a crujir con el magnífico olor.

―Bonita imagen la que te dejaron, mi linda azabache ―comentó MinSung en cierto tono de burla.

―¿Te pregunte? ―espetó Hanako. Los dos hombres soltaron una carcajada, su voz había salido demasiado mal debido a la hinchazón.

―Hay comida, en el armario hay ropa para que se quiten esos harapos ―dijo MinSung mientras salía y volvia a dejar la puerta cerrada.

―Y pensar que ese estúpido fue quien me salvo de morir cuando caí de ese techo, se veía tan bueno...

―Las apariencias engañan Hanako ―me levanté de la cama hacia el baño para botar lo que había utilizado limpiando sus heridas.

―Me podía esperar todo de Xiumin menos que se iba convertir en mi peor enemigo ―negó con la cabeza.

―¿Aún sientes algo por él? ―tomé un plato de comida y se lo entregue a Hanako, tomé en otro y me senté en el suelo frente a ella.

―Claro que no, el amor que sentía por Xiumin se desvaneció hace mucho tiempo...―observó el plato de comida al igual que yo.

―Estoy pensando en que tal vez estén envenenados ―metí los palillos al arroz y empecé a revolcar, recuerdo que cuando era pequeña mi madre me regañaba por hacer esto.

―Lo dudo.

―¿Segura? Aún no quiero morir, primero debo cortarle la garganta a Xiumin ―solté una risa y Hanako me acompañó.

―Ese señor, él no es cualquier persona y dudo que nos quiera muertos ―llevo una porción de arroz a su boca, trago y hablo ―no aún.

―Esta bien ―metí los palillos y empecé a devorar esa comida. No era tan deliciosa como la que yo preparaba o comía en mi restaurante favorito pero podía quitar un poco el hambre.

Al terminar dejamos los platos sobre la misma mesa al lado de la puerta, al abrir el armario nos encontramos con bastante ropa y entre ellas había propia de nosotros, ¿nos sorpredimos? Oh claro que si, pero no era para hacer un gran escándalo puesto que desde ahora muchas cosas iban a caernos como balde de agua fría. Hanako fue la primera en entrar al baño y luego seguí yo, una vez estuvimos listas peinamos el cabello y nos acostamos en la cama a esperar lo que seguía.

―¡Arriba perras! ―la chillona voz de Chungha nos hizo levantarnos y mirarla con demasiado odio. A su lado estaba Xiumin y el hombre que hablaba por teléfono cuando me trajeron aquí.

―¿Enserio? Vienes a insultarnos cuando aquí más que nadie sabe que tu eres la perra ―Hanako se defendió. La chica quiso venirse contra ella pero Xiumin puso un brazo en su estómago y la detuvo.