Viernes 21 de Septiembre
-¿Entonces tienes que pintar esto? -le pregunto a Kylan.
Este me mira y asiente con una sonrisa. Ambos permanecemos sentados sobre la alfombra y frente a nosotros la mesa de cristal donde están esparcidas sus pinturas y hojas de colorear.
Que suerte tiene, ojalá yo volviese a tener ese tipo de tarea.
Le vigilo de reojo mientras tomo mi libro y comienzo a estudiar para el próximo examen del profesor Jenkins. Nada difícil, de hecho solo estoy repasando ya que el explica muy bien, tanto como para no necesitar de un estudio excesivo.
Noto como Kylan a veces me mira y cada vez se va acercando mas y mas a mi. Mi ceño se frunce con una sonrisa divertida cuando se sube a mi regazo y coloca su hoja para pintar encima de mi libro.
Se lo que el necesita, lo que todos los niños necesitan, atención. Sobre todo algo que parece Thomas no le da demasiado y es cariño.
Mis brazos rodean su pequeño cuerpecito y poso mi mentón sobre su hombro mirando el dibujo. Kylan en un rápido movimiento tira el lápiz de color que tiene entre sus dedos y se abraza a mi cuerpo suspirando dejándose mecer. Es solo un niño, necesita este tipo de afecto.
Sonrío acariciando su pelo castaño oscuro dejando que poco a poco el sueño se apodere de el.
No se cuanto tiempo pasa pero la puerta principal de la casa es abierta y un portazo hace que maldiga mirando al pequeño entre mis brazos que sigue dormido.
La figura imponente de Thomas aparece en la sala y nos mira a ambos dejando su maletín sobre el sofá antes de acercarse. Suspira, parece cansado así que toma asiento sobre el sofá cerca de nosotros y frota las manos sobre su rostro.
-¿Vas a hablarme hoy?
Oh, ¿omití ese hecho? Después de dejarme en ridículo el día anterior en clase, no volví a dirigirle la palabra. Y es que no puede tener esos ataques de celos frente a mis compañeros. Estoy enfadada, si, y no se me pasará por que el venga con su bonita cara. Siquiera me ha pedido perdón.
-¿Puedes dejar de ser tan inmadura joder?
-¿Inmadura yo? -digo con gracia fingida. -¿Te recuerdo el numerito de ayer?
-Lo siento por eso.
-Oh, así que sabes pedir perdón Thomas.
-Es suficiente. -gruñe levantándose. -No voy a discutir contigo Victoria.
Lo mismo de siempre. El nunca quiere hablar, se cierra en si mismo y es que no tiene argumentos para debatirme. Lo que hizo no estuvo bien y le cuesta admitirlo. ¿A caso se cree que todo lo hace bien?
Ruedo mis ojos y me levanto con Kylan en brazos dormido para llevarlo a su habitación. Este parece un nuevo ritual para le pequeño, quedarse dormido haciendo la tarea y yo llevándole a su cama.
Ahora entiendo porque la casa está tan ordenada, Thomas le permite tener sus juguetes solo en la habitación. No se que pensar ante eso, el es un maniático.
Camino por el pequeño pasillo y abro la puerta de la habitación. Sonrío al ver los juguetes esparcidos por el suelo y camino entre estos hasta dejar a Kylan sobre la cama y arroparle. Se acurruca y beso su cabecita antes de girarme para dejarlo descansar.
¡Mierda!
Llevo la mano a mi pecho del susto al ver a Thomas recargado contra el marco de la puerta. Me mira, con demasiada intensidad para mi gusto. A veces su mirada verdosa me intimida y hace que tenga ganas de huir.
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¡Si señor! © +18 | Bill Skarsgård
RomanceEl amor no tiene edad. Frase que no todos los padres inculcarian a sus hijos. Hay barreras difíciles de superar y la edad, es una de ellas. Sobre todo cuando pone en duda la etica y la moral de dos personas. -"No soy el tipo de hombre que los padr...