Capitulo 30

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Sábado 11 de Enero

Camino de la mano de mi bebé que con emoción mira a su alrededor impresionado al ver tantas especies diferentes de peces rodeándolo. 

He decidido traer a Kylan a visitar el aquarium. Y al parecer jamas ha estado en este lugar ya que se ha quedado mas que maravillado. 

Corretea de un lado a otro hasta detenerse frente a un enorme cristal que le da perfecta visión hacia delfines y otros tipos de peces que nadan en armonía. 

Kylan luce feliz y creo yo estoy mas feliz que el solo por estar juntos. No se que ha hecho este niño conmigo pero no quiero separarme de el, por que aun que yo no sea su verdadera madre, siento como si lo fuese. ¿Es una locura? No lo se.

Al abandonar el aquarium tomamos el autobús hasta el parque publico para poder comprarle el helado que tanto ansia Kylan. Lo  entiendo, y no es solo por que sea un niño, si no que Thomas no le permite el dulce, muy pocas veces. 

El pequeño nunca suelta mi mano y parece sentirse mas que orgulloso por tenerme como mamá. Mierda, yo si que me siento halagada por que el me vea como su madre. Este día ha sido maravilloso junto a el y espero mi pequeño sienta lo mismo.

-Pero que niño tan bello. -dice la señora sentada a nuestro lado.

La miro y sonrío con amabilidad cuando ella extiende su mano hacia Kylan y este la toma con confianza para corresponder el saludo. 

-¿Como te llamas pequeño?

-Soy Kylan. -dice este animadamente.

-Vaya, que nombre tan bonito. Ojalá a mis hijos se les hubiese ocurrido poner nombres tan originales a mis nietos. 

-De hecho el nombre fue idea de su padre. -digo y supongo que Thomas fue el que decidió que nombre llevaría su hijo.

-¿Y la mamá aceptó? -pregunta alzando sus cejas.

-Claro que si, es un nombre hermoso para un bebé hermoso.

-Bueno, tu pequeño no podía haber salido de otra manera cariño, eres muy bella y... joven.

Sobre todo joven.

-Mami, el autobús ha parado. -avisa Kylan salvándome del aprieto.

-Si, vamos cielo. 

Tomo al pequeño de la mano y nos despedimos de la señora antes de bajar a la parada que nos deja justo frente al parque. 

Kylan suelta mi mano y corre al interior del parque haciéndome seguir sus pasos. ¿Es que a caso ya ha visto la heladería? La respuesta es no. Frena en seco cuando está a punto de llegar y acariciar al pequeño animal que llamó su atención, un perrito.

Pero lo que frena sus actos no es el animal, si no la dueña de este. 

Mis zancadas se vuelven mayores hasta llegar a Kylan y tomarlo en mis brazos dispuesta a alejarme sin querer compartir siquiera una palabra con esa mujer. No puedo tener tan mala suerte, joder.

-¡Espera por favor! -dice consiguiendo que me detenga. -Esto tiene que ser una señal.

-¿Una señal? No voy a permitir que te le acerques Helen.

-Así que recuerdas mi nombre. 

-Si, Thomas me habló sobre ti. -de hecho no lo hizo del todo pero ella no lo sabe. -Y no muy bien.

-Creo que deberías escuchar a las dos partes antes de juzgar. ¿Que fue lo que el te contó?

-No necesitas saber lo que el me contó, ni tampoco necesito saber por que abandonaste a... tu sabes quien. No tienes excusa y nada que puedas decirme podrá hacerme cambiar mi forma de ver a Thomas. 

¡Si señor! © +18 | Bill SkarsgårdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora