Cuarenta: Profecía.

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La lluvia comenzó a ser más intensa, más fuerte, más angustiante.

Y eso solo hacía que un chico de cabellos castaños sufriera más.

Nunca superó ese miedo, de todos sus sueños, de todos sus miedos, el único que no podía superar era el terror que le provocaban las tormentas.

Y ahora por fin, sabía porqué.

Cada que llovía... cada que un trueno comenzaba a sonar...

Un corte, dos, tres... ocho... diez...

¿Cuántos truenos han sonado ya?

Los hombres disfrutaban ver como su piel se manchaba.

Él solo podía sentir miedo cada vez que veía esas flores blancas aparecer en el suelo.

Le decía que su castigo estaba cerca.

Su castigo por el simple hecho de estar vivo.

Solo lo abrazaba y consolaba, como había hecho desde la primera vez que ocurrió.

Y por primera vez en su vida, Sora se sintió realmente seguro, había recordado la razón de su miedo, y eso dio paso a su verdadero alivio.

~♡~

Una tormenta se acerca al reino.

No se cuenta la lluvia, no se toman en cuenta los truenos.

No son los rayos, ni tampoco los relámpagos.

Una tormenta se acerca al reino.

Por culpa de la misma codicia que los separó desde el comienzo.

―Reina Hikari, esto es ridículo.―

―Con todo respeto, su majestad, el trato se había formado incluso antes del nacimiento de su hijo, no puede cambiarlo ahora.―

―Esto es obra del chico, las princesas estaban dispuestas a casarse, pero ahora dicen que quieren hacer otra cosa porque no se sienten enamoradas. Solamente su reino habla de eso.―

―Y este chico, Riku, ya fue a visitar el reino, ya sabe dónde va a gobernar, solo el otro niño creaba problemas desde un principio.―

―Silencio.― sentenció Leonhart.

El lugar quedó sin ningún sonido más que el de la lluvia y los truenos por fuera del lugar.

―No permitiremos que hablen de nuestro hijo de esa forma tan horrible. ¿Y ustedes qué clase de padres son?― regañó la reina.

―No estamos para actuar como padres, nuestro deber es reinar y cuidar de nuestra gente. ¿En serio está  dispuesta a dejar de pensar en su reino por solamente el capricho de un niño? No merece ser llamada re... ―

―El reino estaría más furioso con nosotros si obligáramos a nuestros príncipes a casarse por una farsa de promesa de paz.― sentenció.

―Sí, claro, eso dice para evitar una guerra.―

―¿Eso es lo que buscan? ¿El inicio de una guerra? ―

―Por supuesto que no, esos son ustedes, no pueden aceptar un no por respuesta de forma pacífica.― interrumpió el rey.

―Nunca tuvieron problemas en aceptar un casamiento arreglado, ustedes se casaron así, solamente porque ahora afecta a su hijo ahora les importa, no pusieron quejas ante la unión del príncipe Terra y la princesa Aqua, ¿no es eso acaso doble moral?―

Un corazón perdido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora