Treinta y tres: Perdón.

270 43 61
                                    

―... ¿De qué hablas, niño?―

―No necesitas fingir que no me conoces, recuerdo tu rostro perfectamente. ― sonrió de forma leve, balaceándose sobre sus pies.

El hombre soltó una pequeña risa, bajando la capucha que traía puesta.

―No pude engañarte, eh, Sora.―

―Nop. ― rió de forma leve.

―¿Debería decir ahora, príncipe Leonhart?―

―No es necesario, prefiero que me llamen Sora.―

El hombre volvió a reír, alzando los hombros.

―No tenías que agradecer nada, no te salvé. ―

―Me dejaste escapar, si no lo hubieras hecho, nunca hubiera salido de ahí. ―

―No tendría que haberlo hecho si no te secuestraba en primer lugar.―

―Tienes un punto. ―

El adulto suspiró pesadamente.

―Aún así. ― continuó. ―Gracias. ―

―... No es nada, Sora. ―

―Y... también lo siento, seguro tuviste muchos problemas luego de dejarme salir, ¿no? ―

Debía ser broma... ¿Él se estaba disculpando?

Lo trataron como basura, le hicieron creer que era un objeto sin valor, le arrebataron todo, lo dejaron al borde de la muerte en varias ocasiones...

¿Y él se estaba disculpando por causar molestias?

Debes estar bromeando. ¿En serio te disculpas? ―

―¿Hum? ¿Está mal? ― el chico ladeó la cabeza, pero antes de que responda sonrió. ―Je... sé que es estúpido. ―

Se le quedó mirando un par de segundos, cerró los ojos y suspiró, dejando escapar una sonrisa de medio lado.

―No has cambiado nada.―

―No es tanto así... ― alzó los hombros. ―Ustedes me hicieron cambiar bastante probablemente... quizá mi personalidad hubiera sido otra... ―

―Sí... tienes razón. ―

―Ja... estoy pensando en que si no me hubieran tratado como si fuera un objeto, quizá ahora no esté aterrado en contraer matrimonio a la fuerza, a pesar de que sé que es para salvar los reinos de la guerra... soy horrible.―

Esta vez el hombre se encogió en hombros, sí... ellos lo hicieron cambiar.

―Pero, tampoco me importa sentir miedo, ¿sabes? Al menos sé que sigo siendo humano. ―

―No eres horrible niño, tienes derecho a sentir miedo...―

―Lo soy. Ahora mismo tengo unas ganas terribles de llorar y gritarte, quiero pedir a todos que se disculpen por hacer sufrir a mis padres, y a toda la gente a que le hicieron sentir dolor, incluso quiero obligarte a que te disculpes conmigo... ― sonrió, encogiéndose en hombros.

"Sí... eso es lo que soy... soy egoísta... soy horrible."

―Estás en tu derecho de hacerlo, tú mismo lo dijiste, eres humano, tienes sentimientos. Tienes derecho a sentirte como lo haces, y eso no te hace alguien horrible, Sora. ―

―¿Si una persona golpea a otra solo por ser humano y sentir rabia lo hace buena persona? ―

―Entiendo. ―

Un corazón perdido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora