Treinta y dos: Ante la realeza.

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Los representantes de los reinos han llegado al Reino de Corazones.

Como cada diecisiete años aproximadamente, los reyes de cada reino se hacían presentes en aquel que era considerado el reino principal, el más grande de los cuatro existentes.

Pero por primera vez desde que la tradición inició hace ya unos cuantos siglos, los príncipes estarían también presentes en dicha visita.

Por parte de los reinos, sus príncipes.

Reino de Diamantes: Aqua, princesa primera, esposa del primer príncipe que fue representante del reino de Picas, Terra.. Vanitas, príncipe segundo. Naminé, princesa tercera, hija menor.

Reino de Picas: Terra, príncipe primero, esposo de la primera princesa representante del reino de Diamantes, Aqua; futuros reyes.. Ventus y Roxas, príncipes segundo y tercero, gemelos, hijos menores. Roxas está comprometido con el príncipe primero del Reino de Tréboles.

Reino de Tréboles: Axel, príncipe primero, comprometido con el hijo tercero del Reino de Picas. Kairi, princesa segunda, hija menor. Aquel que contraiga matrimonio primero será el que se haga con el reino.

Reino de Corazones: Riku, príncipe primero. Sora, príncipe segundo, hijo único legítimo y menor de la realeza. Destinados a la unión de los reinos bajo una profecía hecha antes del nacimiento del príncipe ahora segundo.

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Los reyes estaban uno frente a otro, haciendo como era de esperarse, el saludo formal que en todos los encuentros se realizaba.

Detrás de ellos, los príncipes esperaban su turno, la mayoría, ansiosos o nerviosos dado que sería la primera vez.

Así, una vez terminó la primera parre, los príncipes dieron un paso al frente y fue su turno de realizar tal acto ceremonial como lo era el acto de saludos.

Así, los reyes y príncipes pasaron a saludarse entre ellos, y quizá los que más llamaron la atención eran los príncipes del Reino del Corazón, aquellos que tenían la profecía más esperada de todos los años. No fue una sorpresa cuando explicaron que solo Sora era hijo legítimo dado que no había parecido entre ellos, igualmente no dijeron nada por ello, era perfectamente normal para la realeza que sus príncipes no siempre sean hijos biológicos.

Entre todo el formalismo, Riku y Naminé habían conversado unos minutos, había que destacar una cosa, y era que ninguno en realidad quería contraer matrimonio, pero ambos lo haría con tal de enlazar sus reinos y así traer la paz por fin. Aunque, no odiaban al otro, se habían vuelto amigos rápidamente.

Por otra parte, una princesa pelirroja había puesto sus ojos durante unos segundos en el pequeño príncipe castaño, quizá lo que más le llamaba la atención eran esos preciosos ojos azules suyos que parecían brillar con la luz que los rodeaba.

El chiquillo estaba hablando con los príncipes Roxas, Axel, Ventus y Vanitas, todos notaron el parecido que tenía con el último mencionado, y fue motivo de algunos chistes hasta que fue la hora de recorrer el reino.

Todos se alistaron y subieron a sus respectivos transportes para ir en marcha a los distintos pueblos de la realeza del Corazón.

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Habían recorrido cada pueblo del Reino, ya se hacía casi de noche y, lo único que quedaba era visitar un último lugar más.

Un corazón perdido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora