Catorce: Recuerdos.

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Riku era un chico muy alegre e infantil, normal en un pequeño de cuatro años de edad.

Sora... él no sabía cómo era.

Riku quedó huérfano, se sumió en la tristeza, un dolor que hasta a los adultos les cuesta superar.

Sora... él no sabía su historia.

Riku comenzó a recuperar lentamente, tardó mucho, pero no se detuvo.

Sora... él estaba perdido.

Ambos se encontraron en el bosque.

Casualidad o el destino.

No importa.

~♡~

Riku estaba volviendo a su hogar caminando tranquilamente, había ido a comprar unos dulces y algo que su abuela le pidió.

Por otro lado, Sora estaba jugando con el minino en el patio de la casa, el niño recostado en el cesped mientras movía una varilla con una soga atada que el animalito intentaba atrapar.

Cada uno ocupado en sus cosas, cada uno ocupado en sus pensamientos.

Ya iban a ser siete años desde que Riku perdió a sus padres, aún le dolía recordarlo, pero no por ello se arrepentía de su actual vida.

Además, y esto era algo que nadie sabía, serían cinco años desde que Sora fue capaz de recordar las voces de una adorable pareja, y desde entonces, cada tanto soñaba con ellas.

Los recuerdos los invadían, pero no por ello sufrían.

~♡~

Estaban ahora jugando en el bosque una vez más, varios niños los acompañaban como siempre, además de un adulto que velaba por su seguridad.

No lo decían, pero todos tenían recuerdos rondando por su cabeza de forma inconsciente.

Una historia comenzó ese día del encuentro, los protagonistas se posaron en el escenario.

Uno estaba dañado, y el otro a penas se estaba recuperando. Ambos se encontraron, ahí, en ese mismo lugar.

El destino o la cuasualidad, no sabían, pero uno era el director de tan maravillosa obra.

~♡~

Ya había llegado la noche, todos estaban en sus casas para esa hora, disfrutando de la calidez de cada una.

Los niños estaban frente al televisor, cubiertos por una única manta, disfrutando cada uno de la compañía del otro.

Hacían bromas y reían, su abuela iba a verlos cada cierto tiempo y luego volvía a su habitación para seguir con su trabajo.

Disfrutaban de algo dulce, miraban películas que a ambos les gustaban.

Era un día de vacaciones de invierno cualquiera. Días tranquilos en los que nadie se permitía arrepentirse de sus vidas, en los cuales nadie sufría por sus decisiones.

Al menos así era para estos dos niños que ahora reposaban en brazos de Morfeo, uno apoyado en el otro.

~♡~

Sora no recordaba su pasado, no sabía de dónde venía, quién era o quién había sido.

Riku... él era feliz.

Sora quería saber quién había sido, aunque nunca sería capaz de admitirlo en voz alta.

Riku... él pensaba que estaba solo.

Sora tenía miedo, quizá nunca tuvo un pasado, quizá nunca fue alguien importante.

Riku... él se dio cuenta de su error.

Ambos se encontraron el uno al otro.

La vida los reunió por algo.

Sea cual sea el motivo.

No importaba.

Un corazón perdido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora