Cartas a un desconocido [TERMINADA]

Carta Número 12

MARTES, 13 DE MARZO DE 2018.

CHRISTOPHER P.O.V.

«¿Es cierto que vas a presentarte a las pruebas? Me alegra mucho escuchar eso.

He de decirte que yo no conocía a tu cantante favorito, Sin Bandera, pero prometo escucharles y buscar alguna canción que me identifique. Seguro son buenos.

¿Sabes? Mi artista favorito siempre fue Alejandro Sanz, desde que nací le escuchaba gracias a mi madre y sus canciones me han acompañado toda la vida.

La foto de hoy en realidad es de ayer en la mañana, nada más que llegases al campus. Te vi apoyado sobre un bus esperando a alguien, supuse que sería al chico de ojos verdes con el que te juntas siempre. Tengo que confesarte algo: te ves tremendamente sexy con las gafas de sol, tu gorra y vestido completamente de negro.

PD. Me gustaría acercarme a veros, él también parece buena persona.

Atte. Una futura fotógrafa.»

Sonreí como tonto al leerla de nuevo, especialmente al llegar a la parte donde decía que me veía sexy. Mordí mi labio inferior pensando en ella y decidí buscarla hoy en clase de literatura avanzada, la primera hora que tenía. Antes de entrar al aula leí la nueva pista que dejó sobre ella.

«Pista n°5: Seguro que recuerdas que varias veces te he visto en el parque. Sí, a mi también me encanta pasar el tiempo allí cuando no llueve, sobre todo con mi hermanita pequeña. Ella es algo así parecida a mí: bella, con rizos, pelo oscuro, muchos mofletes y con sus 6 añitos recién cumplidos. Ojalá vuelva a verte por allí cuando esté con ella. Desde hace unos días me pregunta quién es el chico de las fotos.»

Finalmente guardé todo en mi taquilla, coloqué la fotografía junto a las demás y salí en busca de Erick. Tal vez pudiese ayudarme, él era de las pocas personas de confianza que tenía aquí y así sería más rápido encontrarla.

Después de un largo día volví a casa feliz. Sí, era su culpa. ¿Recordáis que estuve buscándola en clase de literatura? Pues creo que al fin la he encontrado. La vi al fondo, escribiendo en su cuaderno y me fijé en algo que llamó mi atención al instante: los infinitos. En su mano llevaba un anillo con ese símbolo y a conjunto también tenía una pulsera y un collar.

Al terminar la clase quise ir a hablarle y preguntarle directamente si era ella, pero no, no lo hice. Simplemente la observé desde mi sitio y analicé cada facción de su rostro, quizás los demás no lo viesen pero a veces, mientras escribía, una pequeña sonrisa tímida se mostraba en sus labios a la vez que se sonrojaba.

A partir de ahora trataría de conocerla observándola de lejos. No quería presionarla ni asustarla, prefiero que ella decida dejar las cartas atrás y hablarme. Hasta entonces le enviaré también cartas en respuesta a las suyas.

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