Carta Número 60

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LUNES, 30 DE ABRIL DE 2018

PAULA P.O.V.

Desperté abrazada a Chris, sintiendo como su respiración chocaba sobre mi cabeza y como su calor invadía mi cuerpo. Le observé unos minutos sin moverme demasiado y al poco tiempo de estar así volví a acurrucarme entre su cuello y la almohada. Respiré profundamente, agarré la cadena con su inicial y la besé antes de caer dormida de nuevo. Una hora después noté como alguien acariciaba mi cuello y la parte baja de mi nuca. Desperté lentamente y sentí los labios de Chris sobre los míos.

— Buen día bonita
— Buen día bebé

Aparté su flequillo acariciándole y dejé mi mano agarrando su cabeza por un tiempo. Mientras tanto me dediqué a besarle repetidas veces y a jugar con él.

— ¿Cómo dormiste chiquita?
— Feliz. Muy feliz. ¿Y tú?
— Como nunca. ¿Qué haremos hoy?
— De momento quedarme así mimándote y después pensé en salir viaje estos tres días, ya que mañana y pasado mañana hay fiesta
— ¿Te parece ir a la playa?
— ¿¡Tan lejos!? ¿¡Estás loco!?
— Ya que nos vamos aprovechamos
— Eres un loco y por eso me gustas

Le besé de nuevo riéndome y poniéndome sobre él jugando. Escuché a la vez su hermosa risa y después me acorraló en la cama haciéndome cosquillas. Finalmente terminó robándome mil besos y acariciando mi cuerpo por debajo de la poca ropa que llevaba, un top deportivo negro con una sudadera corta y unos shorts deportivos del mismo color. Bajé mis manos por su abdomen atrapando sus labios intensamente y comencé a masajear su miembro por encima del bóxer antes de bajarlo.

Unos segundos después ya estaba simplemente con la ropa interior y con sus manos acariciando mis pechos por debajo del top. Comenzó a besar todo mi cuerpo, desde mis labios hasta mi cuello y mis hombros, mordiéndome y dejando su huella. Bajando por mis pechos, succionando y pellizcando mis pezones hasta dejarlos erectos y terminando su recorrido en mis muslos y mi clítoris, besándolo e introduciendo un par de dedos en mi interior haciendo que estuviese a punto de venirme sobre su mano y su boca. Le supliqué entre jadeos que entrase en mí pero el maldito no lo hizo hasta dejarme completamente mojada.

Entró lentamente y podía jurar que era la peor de las torturas. Agarré su cuello besándole con desesperación y pidiéndole que acelerase las embestidas. Unos minutos después lo hizo y no volví a tardar mucho en venirme pero él aún no lo hacía. Busqué su mirada riendo y ahora me tocaba jugar a mí. Deposité un largo recorrido de húmedos besos por su torso desnudo y su abdomen hasta llegar a su miembro, lo acaricié manteniendo la mirada fija sobre Chris y viendo su expresión de placer. Esperé a que me suplicara y comencé a chuparlo lentamente, sin preocupaciones ni prisas hasta que sentí como se venía en mi boca. Tragué todo su líquido y me quedé besándole de nuevo mientras él me aferraba a su cuerpo y yo no le dejaba que se separase de mí.

— Quiero repetir esto más a menudo nena
— Más tarde bello. Ahora vistámonos y preparemos las cosas para irnos. Por cierto, ¿a dónde vamos?
— ¿Te parece Valencia?
— Está bien, pero vamos en tren que se tarda menos
— Como quieras bella

Besó mis labios unas cuantas veces más y después nos empezamos a vestir perezosamente. Lo único que hacíamos era jugar e impedir que el otro se vistiera. Fuimos a desayunar y mientras preparaba una pequeña maleta para mí Chris sacó los dos billetes de tren y después fuimos a su casa a por sus cosas. Mis padres estaban fuera junto con mi hermana y mi abuela, se fueron temprano al campo así que simplemente les avisé que pasaríamos estos días fuera para que no se preocupasen.

***

A medio día ya habíamos llegado al hotel, dejamos las maletas en la habitación y antes de colocarlas bajamos a comer. Al terminar subimos a recoger todo y a cambiarnos para ir a la piscina y después a la playa, así pasamos toda la tarde hasta que comenzó a quedarse completamente vacía y el sol fue escondiéndose.

Cartas a un desconocido [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora