Carta Número 53

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LUNES, 23 DE ABRIL DE 2018

CHRISTOPHER P.O.V.

Pasaron nueve horas desde que el avión despegó de España. Ahora estábamos aterrizando en el Aeropuerto Internacional de Miami, o lo que viene siendo lo mismo, el MIA. Aquí eran las diez y media de la mañana y en España serían seis horas más por la diferencia horaria, es decir, las cuatro y media de la tarde.

Hablé con los chicos para preguntarles si sabían bien donde teníamos que ir. Según Richard nos esperaba un señor con un cartel, en él llevaba escrito el nombre del concurso «La Banda» y los nombres de cada participante en grupos de quince chicos. Por suerte los tres grupos que se formaron íbamos al mismo hotel. Allí nos alojaríamos durante aquella semana y la verdad es que era bien bonito y estaba todo incluido.

Nada más subir a nuestras habitaciones llamé a mi mamá para contarle todo, ella me deseo mucha suerte y bendiciones junto a mi abuelita, y después llamé a Paula para avisarla que ya llegamos. Mientras tanto Richard me robó el teléfono. Sí, estábamos en la misma habitación y comencé a perseguirle para quitarle el móvil.

— ¡Richard! ¡Estaba hablando con Pau!
— ¡Yo quiero hablar con Nat y no tengo batería!
— ¡Dámelo!
— ¡Es mío!
— ¡Richard Camacho que me des el teléfono!

Finalmente lo cogí y caí a la cama con él encima. Comenzó a morder mi hombro y a hacerme cosquillas mientras intentaba hablar por Skype con Paula. La escuché reírse junto a Nat y vi como las demás chicas preguntaban qué estaba ocurriendo. Sentí que Richard se levantó riendo por el comentario de Paula y al fin pude hablar tranquilo.

— ¡Richard! Deja a mi blanquito o no te doy oreo nunca más
— Está bien. Pero solo porque me gustan las oreo
— ¡Nena! ¡Ahora sí!
— ¿Cómo estás lindo?
— Agotado. Fue muy largo el viaje

Y así comencé a contarle a Paula lo que hice durante las nueve horas de vuelo que tuvimos. Pocas veces había viajado durante tanto tiempo y olvidé lo agotador que era estar sentado sin poder hacer nada.

***

Después de descansar, ir a comer, convivir con los demás chicos y establecer los horarios de todos se nos había hecho de noche.

Quería hablarle a Paula pero haciendo los cálculos con las horas supuse que estaría dormida, pues aquí eran las doce de la noche y allí serían las seis de la mañana. En vez de hacerlo recordé que también tenía que llamar a mi mamá, lo hice y estuve explicándole todo. Realmente esto me hacía feliz pero por desgracia nadie de mi familia podría venir.

Pasadas dos horas hablando con ella sacó un tema de conversación del que tenía que hablarle a Paula. Llevaba tiempo intentando hacerlo pero prefería dejarlo para cuando volviese de este viaje. Antes de acostarme saqué el pequeño cuaderno que traía y la fotografía que Erick me había sacado. Hoy comenzaría a escribirle yo cartas a la chica que desde hace tiempo era mi escritora y fotógrafa favorita.

«Hey bella.

¿Cómo estás? Te extraño.

Seguramente estés dormida. Te conozco demasiado bien y sé que madrugar nunca fue lo tuyo. Aquí ahora son las dos de la madrugada, tal vez demasiado tarde para mí. Supongo que dormí demasiado durante el día.

Antes de subir al avión le pedí a Erick que me hiciese una foto. Tú me pediste que te contase todo así que eso haré, pero lo haré a tu estilo.

Al principio cuando llegamos aquí estábamos un poco perdidos en el aeropuerto pero después encontramos a un señor con un cartel donde estaban escritos nuestros nombres. Allí conocimos al resto de participantes y con algunos de ellos ya cogí confianza.

Como ya te imaginas Richard es mi compañero de habitación en el hotel, Erick y Zabdiel están juntos y a Joel le tocó con un chico llamado Johann.
Simplemente quería desearte buenas noches y buenos días a la vez. Espero que tengas buen día mi chica bella y a la tarde te vuelvo a llamar.

PD1. Te enseñaré las cartas por Skype aunque después te las dé cuando te vea.

PD2. Extraño dormir contigo chiquita.

Te quiero.

Atte. Tu chico lindo.»

Guardé todo en el sobre y por fuera de este escribí «Carta número 53. Día 1. La llegada a Miami. Por Christopher Vélez.» Deposité todo en el cajón de la mesita de noche y encendí una de las luces sin molestar mucho a Richard para poder dormir bien abrazando a mi almohada.

Antes de quedar totalmente dormido recibí un nuevo mensaje, una foto nueva de Paula. Abrí el chat con ella y descargué aquella imagen.

Esta iba acompañada de una pequeña descripción en el pie de foto que decía:

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Esta iba acompañada de una pequeña descripción en el pie de foto que decía:

«Mi chico lindo.

Sé que allí es de noche y tal vez estés dormido pero no importa. En esta semana te enviaré más fotos como esta con algunas frases mías para que no me extrañes demasiado.

Nos vemos pronto.

Linda noche y que descanses bebito.

Te quiero ♡.»

Sonreí al leer aquella frase y la guardé en una carpeta llamada «Favoritos» en mi galería antes de dormir como un niño pequeño.

▼Bellas. Esta es la primera carta escrita por Chris. ¿Qué les pareció? ¿Qué creen que sea el tema del que habló con su mamá? ¿Qué harán en los próximos días? Comenten mucho pls. Las quiero mis bellas.▼

Cartas a un desconocido [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora