Cartas a un desconocido [TERMINADA]

Carta Número 35

JUEVES, 5 DE ABRIL DE 2018.

CHRISTOPHER P.O.V.

Aquella noche leí la nueva carta tranquilamente en mi cuarto. Estuvo lloviendo durante toda la noche y mientras tanto me quedé hablando con ella nada más terminar con la carta. Una hora después escuché que hablaba bajito y apenas respondía, supuse que estaba cansada, en la cama y a punto de dormirse. Le di las buenas noches y esperé hasta mañana para volver a verla.

***

Hoy desperté a la misma hora de siempre. Me quedé media hora más dormido ya que no me encontraba del todo bien. Mi estómago estaba revuelto y tenía demasiadas ganas de vomitar. Apenas desayuné y dejé todo en su mismo lugar, no toqué ni el café ni la fruta.

Minutos después me quedé en el sofá esperando a ver si mi cuerpo se asentaba un poco y me encontraba mejor. Mientras veía la televisión sentí el teléfono vibrar, miré la pantalla y ví su nombre en ella. Nunca fallaba, ya fuese a última hora del día o a primera siempre llamaba. Pensándolo bien yo hacía exactamente lo mismo, supongo que es una pequeña costumbre entre nosotros. Pasados unos segundos atendí y escuché su voz entre todo el ruido de la calle.

— Buenas bella
— Buenos días lindo. ¿Cómo despertaste?
— Más o menos. ¿Tú? ¿Ya vas a la estación de tren?
— Sí. ¿Qué pasa? No estás alegre cómo siempre
— No me siento bien. Seguramente no vaya a clase hoy
— Pero nene, tienes que entregar el disco con las canciones para la actuación de mañana
— Tal vez se lo dé a los chicos, aunque creo que ya estaban allí esperando
— ¿Quieres que pase yo?
— No linda. Vas a llegar tarde
— Nene paso cerca de tu casa. No me importa. De verdad
— Bueno. Dale. Así te veo. Mil gracias bebé
— Dame 10 minutos. No hay de qué lindo

PAULA P.O.V.

Pasado aquel intervalo de tiempo llegué a la estación de tren donde tenía que bajarme para ir a la universidad. De camino me desvié para pasar por casa de Chris y en cuanto abrió la puerta le noté completamente pálido. Estaba mucho más blanco de lo que ya era y eso me preocupó.

— Nene. ¿Qué tienes?
— No sé linda. Tengo ganas de vomitar pero no puedo hacerlo
— Tómate una manzanilla. Yo siempre hacía eso y me fue bien
— Pasa. Gracias por venir. De verdad
— Ya te dije que no es nada. ¿Desayunaste algo?
— No. Lo intenté pero no pude
— Bueno. Duerme un poco y descansa. Tengo que irme ya
— Luego me cuentas cómo fue y espero la carta de hoy
— Cuando salga te la traigo. Te llamo después bello
— Adiós linda. Te voy a extrañar
— Yo también

Besé tiernamente su mejilla mientras estábamos en el sofá. Unos minutos antes de salir me abrazó a su cuerpo y me quedé sobre su hombro besándolo unas cuantas veces seguidas, con besos cortos y dulces. Acaricié su pelo tiernamente y le miré antes de marcharme. Por última vez besé sus labios y me acompañó hasta la entrada. Una vez allí me dió su disco con las canciones que tenía preparadas para mañana y le abracé de nuevo antes de irme a clase.

Aquel día era el último para entregar todo aquello que queríamos presentar a los concursos. Yo tuve que entregar el disco que me dejó Chris, mi fotolibro y el pequeño libro con algunos de mis poemas.

Al salir de la universidad pasé primero por mi casa a dejar las cosas y coger la carta para Chris. Ahora iría a verle ya que me pidió que comiese con él y no tenía nada mejor que hacer. De camino a su casa pensé en alguna foto para sacarle ya que aún no tenía y sin esperarlo recibí una llamada de Erick, miré el teléfono extrañada y contesté riendo.

— ¡Princeso! ¿Tú llamándome? Esto es raro
— Alguna vez tenía que hacerlo. Mira el whatsapp anda. Te mandé una fotito que quizás te sirva para hoy

Miré el mensaje y vi una foto de Chris en la cama con el móvil.

— ¿La hiciste ahora?
— Sep. Es que acabo de ir a dejarle algunas cosas de clase y pues estaba súper concentrado
— Tú me vas a matar. Gracias feo. Luego te hablo que voy a comer con él
— Con razón se puso guapo
— Ya cállate. Te veo mañana
— Esta noche bebé
— Bueno... Dale. Luego te llamo
— Chau princesa
— Adiós princeso

Sí. Él era mi princeso divo, algo extraño pero nosotros nos entendíamos. Era cómo mi mejor amigo y sabía lo que pensaba antes de que se lo contase.

Minutos después llegué a casa de Chris, llamé y apareció él con esa camisa blanca y su melena suelta. Juro que me quedé en shock al verle así. Demasiado hermoso. Le escaneé durante unos segundos y después reaccioné gracias al roce de sus manos en mi cuello.

— ¿Cómo estás linda?
— ¿Ahora mismo? En shock. Pero todo bien, tranquilo. ¿Tú por qué tan sexy?
— Bueno, no iba a quedarme en pijama todo el día y cómo después me encontré mejor pensé que tal vez la comida de hoy podría ser una «cita improvisada»

Sonreí al escucharle decir eso y le besé sin pensarlo.

— Me encantas bello
— Tú más hermosa

Así pasamos el resto del día. En su casa, entre películas, videojuegos y karaokes. Antes de regresar a casa para cenar con mi familia Chris me pidió que me quedase mientras leía la carta, reí al recordar la foto y después se la entregué.

CHRISTOPHER P.O.V.

Realmente hoy me hubiese encantado salir con ella pero mañana eran las pruebas y no es que estuviese totalmente recuperado. A lo largo del día me sentí mejor y aunque fuese demasiado improvisado pensé en llamarle «cita no cita» a la pequeña comida juntos. En la noche Paula me entregó la carta de hoy, la abrí y lo primero que ví fue la fotografía. ¿Cuando la había sacado? A veces me asustaba lo paparazzi que podía llegar a ser. Dejé la carta en la cama y me puse a leer la carta mientras ella me observaba.

«¿Cómo está mi chico lindo?

Espero que estés mejor que esta mañana. Extraño verte reír cómo siempre.

¿Sabes? Ya entregué todo lo de los concursos y después me quedé con Nat, Mile, Carmen y los chicos. Estoy nerviosa por todos. Hoy los chicos me contaron algo demasiado interesante y me pidieron que te lo dijese a ti, así que aquí va: a finales de mes habrá unas audiciones internacionales para entrar a un concurso de música, de estos cómo los que salen en la televisión. Inmediatamente pensé en ti, además los ganadores podrían formar una banda de cinco chicos y creo que tú podrías pasar todas las pruebas hasta lograrlo. Ojalá te apuntes bebé, de verdad que confío muchísimo en ti y creo que hasta los chicos se presentarán.

Después de esta información vengo a contarte algo más. ¿Recuerdas que pasó en los días siguientes a la sesión que te hice con Richard al principio de curso? Yo sí. No sé si te darías cuenta o no pero a veces te observaba detenidamente, reía cuando hacías alguna locura y comenzabas a reírte sin control causando que todos los que estaban contigo hiciesen lo mismo. Ahí me di cuenta que tenías algo demasiado loco que llamaba mi atención, no sé qué era, pero tus locuras de niño pequeño me mataban.

PD1. La foto me la mandó Erick antes de llegar a tu casa a comer. ¿Le digo que deje de ser tan paparazzi? A veces asusta porque parece un fantasma que se infiltra en todo.
PD2. Dime una nueva firma para las cartas. Supongo que ahora somos algo más que fotógrafa y modelo.

Atte. La chica de tus fotos.»

Reí al leer todo y después la miré, estaba sonrojada y sonriendo, supongo que por los mismos motivos que yo: Erick, la foto y lo que pasó tras la sesión con Richard. Aparté las cosas y las dejé sobre la mesita de noche antes de acercarme a ella tomándola de la barbilla.

— Mejor que seas tú mi fotógrafa en vez de Erick. Eres más bella que él
— Ya cállate. Me haces sonrojar
— Ven aquí linda

Me recosté junto a ella en la cama por unas horas más y finalmente terminó cenando en mi casa. Tuve que convencer a sus padres pero después de hacerles unos pocos pucheros de bebé aceptaron sin problema, sólo con una condición: devolverla antes de las doce. Sin pensarlo acepté y preparé algo para cenar en el cuarto mientras ella elegía alguna película para ver.

▼¿Qué les pareció la nueva carta bellas? Pronto pasarán muchas cositas y más adelante os informaré de algunas cosas buenas y otras malas. Comentar que os parecen estas ideas. Os quiero lindas. Gracias por estar siempre ahí, leyendo, comentando y apoyándome.▼