Carta Extra 10

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DOMINGO, 31 DE MAYO DE 2020.

PAULA P.O.V.

Tres meses después de hacer mis prácticas en Miami me encontraba en una de las peores situaciones que había tenido en toda mi vida.

Hoy debía hablar seriamente con los chicos, en especial con Chris. Desde el viernes llevo pensando en cómo hacerlo, buscando las palabras adecuadas para no provocar que la sonrisa de una persona tan bella como él desapareciera y se convirtiera en lágrimas. Hasta ahora solo encontraba excusas para no hablarle pero no podía huir más, era mi vida y ellos formaban una parte importante de ella.

Ahora mismo eran las seis de la madrugada, apenas había dormido y solo daba vueltas a mi cuarto. Pensé en ir a la cocina y desayunar temprano pero entonces pasé por el cuarto de Chris, tenía la puerta abierta y me quedé viéndole por unos minutos. Me acerqué a él y terminé echándome en su cama a la vez que le abrazaba por la espalda. No quería hacer esto pero necesitaba tenerle conmigo antes de que supiera la verdad.

Desperté unas horas más tarde por sus caricias en mis manos y su voz hablándome mientras dormía, susurré un «Buenos días» en su espalda y volví a abrazarle con fuerza.

CHRISTOPHER P.O.V.

Sonreí al verla abrazarse a mí de nuevo y un tiempo después me giré para mirarla. Besé repetidas veces sus labios para que despertase y entonces noté un suave sabor a sal, observé detenidamente su rostro y nada más hacerlo supe que había estado llorando.

— Nena. ¿Qué tienes?
— Chris... Necesito hablarte de algo
— Cuéntame. ¿Te pasó algo?
— No. Es algo que me dijeron
— ¿Quién?
— En la revista
— ¿¡Qué fue!?
— Solo... Me dijeron que podría trabajar en Londres y estaría más cerca de mi familia
— ¡Hey! Pero eso está bien. Últimamente no les ves
— No lo entiendes
— Explícame entonces
— Vine aquí para estar más tiempo contigo aunque tuvieses conciertos, para no cometer de nuevo el mismo error
— Paula, no puedo pedirte que te quedes por mí

Instantáneamente se hizo un silencio por una parte incómodo pero por otra parecía algo así como relajante. Acaricié su mejilla a la vez que la obligaba a mirarme, cogí su barbilla y la besé sin pensarlo.

Ahora mismo no quería pensar en que tuviera que irse, sino en estar con ella, porque después no sabía cuándo volvería a a verla.

— Quédate aquí conmigo y después bajamos a desayunar
— No sé cómo decirle a los chicos. Mañana me voy Chris
— Disfrutemos entonces

***

Durante todo el día lo pasamos en la playa, bañándonos, jugando, haciendo fotos y comiendo helado. En la tarde pensamos en alquilar un yate y disfrutar del mar, hoy sería el último día para estar con ella y quería disfrutar como nunca.

Finalmente terminamos cenando en un pequeño restaurante italiano cerca del puerto, ahí Paula les contó a los chicos que tendría que irse. Al igual que me pasó a mí, ellos quedaron en shock y mientras volvían a la realidad yo pensé en qué sería de esta relación.

No podía obligarla a quedarse porque ella no lo hizo conmigo, al contrario, me pidió que viniera a cumplir mi sueño y por muy orgulloso que fuera debía hacer lo mismo.

Después de cenar salimos a andar por la playa, los chicos iban jugando con ella, Richard la cogía a caballito y perseguían a Erick. La miré reírse y corrí hacia Zabdiel para echar una carrera entre todos, nosotros por un lado, Richard y Paula por otro, y Erick con Joel.

PAULA P.O.V.

Estaba disfrutando tanto jugando con los chicos que olvidé que mañana era mi último día. Busqué a Chris con la mirada y le vi de espaldas a mí, jugando con la arena. Le pedí a Richard que me bajase de su espalda y me acerqué hasta él. Sin decirle nada me abracé a su espalda con todas mis fuerzas, él agarró mis manos e instantáneamente escuché su risa mientras me miraba, se giró hacia mí y unió su boca a la mía sin aviso.

Cartas a un desconocido [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora