DOMINGO, 8 DE ABRIL DE 2018.
PAULA P.O.V.
Pasados unos minutos de estar acariciándole deposité en sus labios un pequeño beso y nada más separarme mostró una de sus bellas sonrisas. Antes de que pudiese moverme me acercó a su cuerpo, quedé sentada sobre él y pasé de nuevo mis manos por su nuca, agarrando y recorriendo su media melena.
— Nena. Así me provocas demasiado
— Tú también lo haces lindo. No te creas que es fácil controlarse teniéndote así frente a mí
— ¿Quién dijo que tuvieras que controlarte?Sentí sus manos en mi cuello, apartando mi pelo y dejándome a escasos centímetros de sus labios. Mordí el mío inferior y le vi relamerse. Este hombre mataba demasiado y yo resistía muy poco así. Sin esperarlo su boca atacó de nuevo a la mía, nuestras lenguas jugaban en una pequeña batalla y sus manos recorrían cada centímetro de espalda que tenía. Llevaba puesta únicamente su camiseta y la ropa interior mientras que él estaba en boxers. Sentí su miembro bajo mi cuerpo y le miré sonriendo. Él sabía lo que ambos queríamos, tanto él, como su amigo, como yo. Bajó mi ropa interior y después se deshizo de la suya, giró bruscamente mi cuerpo quedando sobre él y comencé a besar su cuello mientras entraba en mí con fuertes embestidas.
Pasada una media hora sentí su cabeza esconderse entre mi cuello y la almohada, acaricié suavemente su pelo y deposité tiernos besos desde su cuello hasta su hombro. Sentí sus brazos rodearme y me quedé aferrada a él tapándonos con las sábanas.
— Creo que deberíamos pasar un día de relax
— Pienso igual. ¿Sabes? Me gusta despertar así
— A mí me gusta más lo que pasó después
— Eres tú muy traviesa señorita
— Admítelo. Tú también lo eres
— CiertoAdmiré su sonrisa una vez más y la besé tiernamente. Hasta media mañana nos quedamos en el cuarto viendo la televisión y hablando, sin preocuparnos por nada. Le entregué la carta y se quedó leyéndola frente a mí, sonreí tímidamente cuando vio la foto y él lo dejó a un lado de la cama acariciando suavemente mi mejilla. El tacto de sus manos en mi piel me erizaba y a la vez me relajaba, me sentía tranquila junto a él y esa era una sensación única. Besé sus labios antes de levantarnos y comenzamos a vestirnos para salir a comer.
Hoy le invitaría yo. Quería hacerlo ya que él hacía demasiadas cosas por mí. Subimos a su coche y le di la dirección del restaurante que tenía pensado: un italiano, la mejor opción donde encontrar tanto su comida favorita como la mía. Él me miró riéndose al ver el nombre del lugar, lo conocía de sobra y sabía que era de comida italiana.
CHRISTOPHER P.O.V.
Nada más llegar a aquel restaurante miré a Paula con la mayor de mis sonrisas. Después de la noche que pasamos va y me trae aquí. Así me mata. La abracé nada más bajar del coche y besé unas cuantas veces su cuello haciéndola estremecerse. Pasamos y pedimos lasagna para mí y espaguetis para ella. Se notaba poco que amábamos la comida italiana.
Durante la tarde la pasamos en un parque cercano, en el césped hablando de mil cosas. De mi familia, de sus ganas de viajar, de los chistes malos que Erick nos contaba y de lo mucho que comíamos Zabdiel y yo. Mil temas al azar que nos entretenían y nos hacían reír.
PAULA P.O.V.
Tras pasar la tarde con Chris en el parque recordé que había quedado con Nat, Carmen y Mile para hacerles fotos y pasar la noche juntas. Sí, noche de chicas, algo típico en nosotras cada domingo.
Estaba sentada en el suelo, entre las piernas del chico más lindo que conocía y con su cabeza apoyada en mi hombro. Me giré a mirarle y besé tiernamente sus labios unas cuantas veces seguidas. Agarré su carita por la barbilla y sentí de nuevo sus labios rozando los míos. Amaba tenerle así y no parar de besarle pero debía volver a casa si no quería llegar tarde de nuevo con las chicas.
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Cartas a un desconocido [TERMINADA]
FanficUna chica apasionada de la fotografía y la escritura, acostumbrada a utilizar a los compañeros de la universidad como modelos para sus sesiones y a escribir todo lo que pasa por su mente en su tiempo libre, encontrará al que se convertirá en el mejo...