Carta Número 59

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DOMINGO, 29 DE ABRIL DE 2018

CHRISTOPHER P.O.V.

Después de nueve horas de vuelo llegamos al aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid. Desde allí pedimos dos taxis para volver a nuestras casas y una vez allí descargamos todo para poner en marcha nuestro plan.

Ahora mismo eran las diez de la mañana y había estado hablando con la madre de Paula para que me ayudase. Ella simplemente tenía que conseguir que su hija estuviese despierta para cuando llegase. Unos treinta minutos después ya estaba frente a su puerta esperando a ver su reacción al encontrarme frente a ella.

PAULA P.O.V.

Hoy era un domingo normal pero anoche apenas pude dormir así que hoy levanté temprano, sobre las nueve y media. Desayuné y me duché poniéndome una ropa cómoda para estar en casa, un top deportivo de Calvin Klein en color rosa junto con un pantalón de chándal y una sudadera corta en el mismo color. Me dejé el pelo suelto y me quedé en el salón viendo la televisión.

Pasado un rato llamaron a la puerta y fui a abrir. Estaba tan dormida aún que ni siquiera miré antes de hacerlo y me quedé en shock por bastante tiempo al ver a Chris frente a mí. Unos minutos después reaccioné con su voz y le abracé con todas mis fuerzas impidiéndole respirar.

— ¡Awww! ¡Chris! ¡Estás aquí!
— ¡Buenos días chiquita!
— ¿Por qué no me avisaste tonto? Hubiese ido a buscarte
— Era sorpresa
— Te amo chico lindo
— Te amo más bella

Besé repetidas veces sus labios hasta que por culpa de la falta de aire tuve que separarme de él. Volví a abrazarle besando su hombro y le dejé pasar. Una vez dentro saludó a mis padres y mi madre rió, ella lo sabía y no me había contado nada. Intenté llevarle directamente a la habitación, necesitaba abrazarle por tiempo indefinido y besarle sin límites pero mi hermana salió corriendo al verle en el salón. Él la cogió en brazos, besó sus mofletes y después la volvió a dejar en el suelo para que siguiera pintando. Nada más entrar en la habitación cerró la puerta, dejó una bolsa con una caja en el escritorio, se pegó a la pared y me abrazó quedando frente a él.

— Te extrañé demasiado bella
— Lo mismo digo bonito
— Ven aquí

Le abracé de la cintura juntando mis labios con los suyos a cada segundo. Sus manos me aferraban a él y yo simplemente me concentraba en admirarle. Echaba de menos sus besos, su caricias, sus miradas y todo de él.

— ¿Me vas a decir que hay en la caja?
— Ahora después. Quiero quedarme así un poco más
— No me sueltes. ¿Sí?
— No pienso dejar que te vayas de aquí nena
— Perfecto bello

Por unos minutos más seguimos besándonos, yo aferraba mis manos a su espalda mientras él sobaba la mía por la parte de la sudadera que se levantaba y de vez en cuando metía las manos por encima del pantalón para acariciar mis nalgas.

Después de un largo beso me separé porque tenía curiosidad por saber que tenía aquella caja, le puse pucheritos y conseguí convencerle de que me lo enseñara. La cogió y me senté en la cama en modo indio quedando frente a él.

Comencé a abrirla y había pequeños paquetes y sobres, algunos de ellos supuse que serían las cartas pero había dos que eran distintos a los demás. Primero abrí los paquetitos, uno de ellos era una pulsera de pandora con una bola de perlitas en color azul cielo y con la frase «I love you always» grabada en el lateral y el otro una cadena de plata con una chapita donde se leía la inicial de Christopher, es decir, la C. Agarré ambas cosas en mi mano y le abracé con fuerza dándole las gracias.

— Mil gracias nene. Es demasiado bonito
— No hay de que bella. Son así como tú
— Calla bobo
— Te sonrojaste
— Culpa tuya
— Ven aquí anda

Acarició mi cuello acercándome a sus labios y le besé por tiempo indefinido quedando tumbada sobre él. Me apoyé en su pecho y abrí todos los sobres, primero los que eran distintos y después las cartas.

Mi cara de sorpresa al abrir el primero de los sobres que eran diferentes fue para enmarcarla. Llené la cara de Chris a besos y corrí a la cocina a enseñárselo a mi madre. Aquel regalo era un autógrafo de Alejandro Sanz, era uno de mis mayores ídolos desde que nací y aunque había tenido la posibilidad de verle en concierto una vez cuando era pequeña aún no había podido conocerle de cerca en persona. Regresé rápidamente a la habitación y me senté con ganas de abrir el siguiente sobre.

Al sacar lo que traía se formó una gran sonrisa en mi rostro. Eran fotos de Miami, miré a Chris riendo y él simplemente me abrazó para que quedase sentada delante de él mientras me agarraba de la cintura y besaba mi cuello y mis hombros.

— Te acordaste nene
— Digamos que Erick me prestaba la cámara cuando salíamos
— Mil gracias chico lindo
— Lo prometí nena

Me giré a besarle y después sentí como continuaba con los besos por mi cuello mientras leía las cartas de toda la semana, incluyendo las de ayer y hoy ya que esas no me las había enseñado aún.

«¡Bella!

Tal vez me mates después de esto o tal vez no lo hagas y solo te quedes dándome mimos.

Ya estamos a domingo y son las nueve de la mañana. Acabamos de llegar a España y voy de camino a tu casa a darte una de las sorpresas de las que te hablé, las demás las abrirás más tarde. Hoy simplemente quiero pasar el día contigo, a medio día llamaré a mi mamá y le contaré que ya llegamos a Madrid.

PD. Necesito hablar contigo de algo pero no sé ni cómo ni cuándo hacerlo. Ayúdame nena.

Atte. Tu chico lindo.»

Al leer aquella última carta me asusté un poco con el final. Le miré preocupada y tan solo me pidió que lo dejásemos para mañana, acepté quitando los malos pensamientos de mi mente y a continuación le di un tierno beso.

 Le miré preocupada y tan solo me pidió que lo dejásemos para mañana, acepté quitando los malos pensamientos de mi mente y a continuación le di un tierno beso

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Durante la mañana estuvimos en casa, salimos a la calle a comer y en la tarde fuimos al parque de atracciones y al cine. Daría todo por vivir mil locuras con él cada día y que sus risas me hagan feliz a mí. En la noche se quedó a dormir y antes de acostarnos le pasé por whatsapp la nueva frase. Observé su sonrisa y deposité sobre sus labios unos cuantos besos antes de quedar dormida entre su cuello y la almohada.

▼Bellas. Esta es la penúltima carta. Espero que comenten lo que se imaginan para el final y como se imaginaban el reencuentro con Chris. ¿De qué querrá hablar? ¿Será algo realmente serio? Quiero leer lo que pasa por susmentes. Espero y les guste. Las quiero bellas.▼

Cartas a un desconocido [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora