Carta Número 32

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LUNES, 2 DE ABRIL DE 2018.

PAULA P.O.V.

Lunes otra vez. Primera hora de la mañana y el día ya era extraño. Nada más que llegué me quedé hablando con los chicos. Chris me miraba raro, supongo que por la carta de ayer. Tendré que buscar la forma de explicarle todo o simplemente dejarlo aparte y olvidarme de mis estúpidos celos.

Aquella mañana pensé en cómo hacer todo aquello. La mejor forma sería ir directamente y explicárselo. El problema: no sabía cómo hablarle de eso. Durante las primeras horas intenté evitarle pero nada daba resultado, así que para olvidarme de todo fui directamente hacía el a la salida de clases.

Me acerqué dónde estaba con todos los chicos comiendo, iba a preguntarle si podíamos hablar pero no supe cómo hacerlo. Di media vuelta y escuché cómo la voz de Richard me preguntaba si no me sentaba con ellos. Les miré uno a uno hasta llegar a Chris, él simplemente sonrió cómo no lo hacía nadie y después Richard volvió a llamarme para ir junto a él.

Durante la comida me la pasé observando los tatuajes de Chris para evitar mirarle a la cara. Hablé un poco con los chicos y finalmente pensé en escribirle a Chris para hablar con él por la tarde.

Al salir de la cafetería sentí cómo alguien caminaba a mi lado, miré hacia abajo y vi sus deportivas blancas. Segundos después agarró mi mano deteniéndome y haciéndome girar a mirarle.

— ¿Me vas a contar qué pasa Paula?
— Chris... Yo...
— Dale. Dime. Sólo quiero ayudarte
— No puedes ayudarme Chris
— ¿Por qué? ¿Tan grave es?
— No, Chris. No es que sea grave o no
— Bueno entonces cuéntame qué pasa
— Pasa que estoy celosa de la chica que estaba en la pista de skate. Eso pasa

Agaché tímidamente la cabeza avergonzada de lo que acababa de decirle. Estaba celosa sin motivos ya que apenas había visto a aquella chica una vez. Sentí su mano en mi barbilla a la vez que la levantaba, le miré y al cruzarme con su mirada únicamente sentí vergüenza de nuevo. Bajé la mirada a sus labios y de ellos brotó una de sus preciosas sonrisas. Juro que era perfecta. Jamás me cansaría de admirarla, y escucharle reír era una de mis melodías favoritas.

— ¿Celosa por qué bonita?
— No sé. Apenas la conozco
— Celosa por nadie. ¿Entendido?
— Lo siento Chris
— Ya cállate

Después de mirarle y sonreír sentí cómo sus labios rozaban los míos suavemente. Entrelazó su mano en mi pelo y yo hice lo mismo con él. Al separarme simplemente sonreí de forma tímida.

— Me encantas tú, bella. Nadie más. Que quede claro

Volvió a dar un beso rápido sobre mis labios y me acompañó a casa. Antes de que se marchase le pedí perdón de nuevo por estar celosa sin motivos y él me dijo que ya lo olvidase. Le dije que mañana le entregaba la carta de hoy, pues apenas había tenido tiempo de escribirla. Él aceptó sin problemas y entré en mi casa cuando se alejó de allí.

CHRISTOPHER P.O.V.

Después de escuchar lo que le pasaba a Paula me quedé sorprendido. Nunca hubiese imaginado que estaría celosa de Lena, ella es simplemente una amiga a la que veo en la pista de skate. Ni siquiera me interesó en algún momento. Me quedé mirándola y sin pensarlo más la besé. Llevaba demasiado tiempo esperando hacerlo.

Tras acompañarla a su casa la besé de nuevo antes de irme. No me cansaría de hacerlo. Llegué a casa y no tenía nueva carta para leer así que simplemente saqué todas las fotografías que había ido guardando.

***

A la mañana siguiente me desperté con ganas de recibir una nueva carta. Se extrañaba cuando alguna de ellas no llegaba a tiempo, era algo así cómo si me faltase hacer algo en ese día. Antes de terminar de preparar las cosas le mandé un mensaje a Paula de buenos días, tan sólo era una foto pero quería hacerlo.

«Buenos días linda.

¿Cómo me veo así? ¿Un poco o demasiado despeinado?

Te veo en un ratito. No tardes porfa.»

Minutos después de salir de casa vi que los chicos ya estaban allí todos excepto Zabdiel, cómo siempre el más dormilón. Me acerqué a ellos por detrás y en cuanto llegué pasé mi mano por la cintura de Paula haciéndola sorprenderse, me miró sonriendo y le saludé con una de mis mejores sonrisas. Mientras los chicos hablaban pegué su cuerpo al mío disimuladamente y susurré algo en su oído.

— Buen día bella
— Buenos días chico lindo
— ¿Vamos ya y te acompaño?
— Dale. Gracias

Sentí su tímida sonrisa de nuevo y junto a los chicos entramos al edificio, cada uno nos dirigimos a nuestras taquillas pero antes de ir a la mía fui con Paula hasta la suya.

— Tengo algo para ti
— ¿Algo rico? ¿Qué es?
— Tú siempre pensando en comida
— ¡Ay! Ya. Bueno. Igual te gusto también así, ¿cierto?

Cerré la puerta de su taquillero y me acerqué a ella tentándola hasta que sentí cómo su mano apartaba mi flequillo.

— Cierto bello
— Me encantas linda

Al fin volví a besarla y cuando nos separamos, sin que lo esperase, cogí rápidamente el sobre que tenía en una de sus manos y me despedí de ella para ir a la clase que nos correspondía. Desde lo lejos la vi negar con la cabeza mientras reía y se mordía el labio inferior. ¡Nena eso aquí no! Me miró de nuevo y antes de desaparecer entre los pasillos le guiñé el ojo haciéndola reír.

Durante esa mañana leí la nueva carta, el texto y vi la nueva fotografía. Cada vez me encantaban más sus textos, era cómo si te teletransportasen a otro lugar. Al ver la imagen reí sin pensarlo interrumpiendo la clase, me disculpé y la guardé al terminar con todo.

«Buenas lindo.

Primero de todo perdóname por no escribirte ayer pero estaba demasiado nerviosa. Llevaba días pensando cómo decirte lo que me pasaba pero ya me conoces, soy tímida y a veces no sé cómo hablar de lo que me pasa.

Segundo he de decirte que lo que hiciste me dejó en shock. Pensé que te enfadarías o algo por el estilo, pero a decir verdad prefiero mil veces antes tus besos que verte enojado conmigo. Créeme, que tu risa es única y tu sonrisa enamora cada día más. Así que no lo olvides, me encantas bello.

En cuanto a la foto... No tengo nada que decir. Eres sexy y presumes de pelo Pantene. A veces te envidio por tener un pelo más hermoso que el mío. Nos vemos luego Chris.

Atte. La chica de tus fotos.»

TEXTO: Presa

«Soy presa de sonrisas que enredan.
De sonrisas que queman y no se alejan.
De sonrisas que engañan, de palabras raras.
De personas lejanas que te atrapan y te marcan.

Soy presa de todo aquello que deja huella.
Presa de sentimientos caídos,
sentimientos hundidos.

Presa sin pensarlo de tonterías que te arrojan al vacío y te rescatan,
de esas locas que nunca descartas.

Soy presa fiel.
Fielmente buena.
Pero al fin y al cabo presa.»

Aquella tarde comimos junto a los chicos y al irnos ella insistió en acompañarme a casa. En realidad el plan que tenía era al revés pero a veces era mucho más cabezota que yo.

Llegamos a mi portal y antes de irme escuché su voz de nuevo. Me giré sin llegar a cerrar la puerta y vi cómo sacaba un nuevo sobre. Sonreí, lo agarré y la abracé para después dejar unos cuantos besos en su boca antes de que se fuera.

▼Nuevo texto: Presa. ¿Lo esperabais? ¿Cómo y cuándo pensasteis que sería la primera vez que se besasen? Quiero saber todo lo que imaginasteis. La foto es distinta por lo que cuenta la historia, es hecha por Chris y ella se la imprimió. Espero leerlas mucho. Me gusta hacerlo. Mil gracias a todas aquellas que me leen desde que comencé, que comentan siempre y me ayudan y animan. Gracias también a las que os unisteis después pero que leisteis todo, que comentais desde que la descubristeis y desde entonces no fallais. Ojalá os quedéis hasta el final de la historia.▼

Cartas a un desconocido [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora