Cartas a un desconocido [TERMINADA]

Carta Número 29

VIERNES, 30 DE MARZO DE 2018.

PAULA P.O.V.

Aquel día fue extraño. Christopher se quedó a cenar y pasé la tarde con él leyendo nuestras cartas y preguntándome diversas cosas sobre todas las que ya le había escrito. La pasé realmente bien pero dicen que todo lo bueno termina y aquel momento acababa de llegar.

Eran cerca de las cuatro de la madrugada. Me desperté para ir al baño y al dormir no pude volver a hacerlo. La imagen de aquella chica de la pista de skate, Lena si no recuerdo mal, aparecía en mi mente una y otra vez junto a Christopher. Veía cómo él la trataba, cómo la cogía de la cintura a cada momento y cómo besaba su frente tiernamente. Quizás tan sólo fuesen amigos pero daría todo por tenerle así conmigo.

Durante toda la noche tuve su imagen en la cabeza y al despertarme pensé que tal vez nosotros sólo debíamos ser amigos. Puede que debiera separarme un poco de él para evitar imaginarme tantas cosas. Pero para hacer todo eso había un gran problema: él. No podría verle todos los días y olvidarme de su sonrisa, de sus carnosos y rosados labios, de su larga melena oculta bajo sus gorras, de sus tatuajes. No podía, simplemente se me hacía imposible no pensar en él pero si no lo intentaba no sabría si podría conseguirlo o no.

Después de tanto comerme la mente buscando una solución a problemas que yo misma creaba decidí escribirle cómo hacía siempre. Supongo que eso también debería dejarlo atrás pero me negaba rotundamente a hacerlo. Se había vuelto en una de las mejores costumbres en mi vida durante el último mes y no lo cambiaría por nada. Tal vez fuese buena idea seguir escribiéndole pero intentar no pasar tanto tiempo junto a él, simplemente observarle de lejos cómo hacía antes.

Para olvidarme de todo por un momento terminé de pensar en ello yendo a su casa a dejar la carta con un nuevo texto. Tan sólo la dejaría en el buzón y volvería. Aquel fin de semana necesitaba alejarme de él y pensar aunque escribirle todos los días no ayudase.

CHRISTOPHER P.O.V.

Hoy por la mañana había quedado con los chicos. Recogí la casa y fui a comprar algo para comer junto a ellos. Al regresar vi que Erick y Joel estaban en la puerta esperando, les saludé y abrí para que pudiesen pasar. Antes de cerrar recogí el correo y lo dejé en la cocina para colocar todo. Iba a mirarlo cuando escuché las voces de los chicos así que lo dejé donde estaba anteriormente y fui junto a ellos al salón llevándoles algo para tomar.

— Hey Chris. Pensábamos que estarías con Paula
— ¿Con Paula, Erick? ¿Por qué? Hoy no hablé con ella
— La vimos irse poco antes de llegar
— Joel, ¿me estás diciendo que estuvo aquí?
— Eso mismo estoy diciendo
— ¿Por qué no me avisó o llamó al ver que no estaba?
— Háblale y le preguntas
— Dadme un momento. ¿Sí? Abrir a los chicos si llegan antes
— Dale. Tranquilo
— Gracias. Ahora vuelvo

Cogí el teléfono y pasé a la cocina, miré rápidamente el correo y encontré uno de sus sobres. Lo cogí y me dirigí a mi habitación con prisa. ¿Por qué no me avisó? Podría haberse quedado con nosotros.

La llamé sin dudarlo un segundo pero no lo cogió. Lo intenté un par de veces más y a la tercera al fin contestaba.

— ¡Paula! ¿Por qué no me avisaste que vendrías?
— Emm... Lo siento Chris. Sólo quería dejarte la carta
— Igualmente. Podrías haberte quedado un rato
— No quería molestar Chris. Lo siento. De todas formas no hubiese podido. Este fin de semana no estaré aquí
— ¿Por qué? ¿Dónde vas?
— A ver a mi abuela al pueblo. Nos vemos el lunes. ¿Sí?
— Bueno. Dale. Ahora leeré la carta. Gracias bella
— Nada. Pásalo bien
— Tú también. Me hablas cuando llegues
— Está bien. Ya hablamos Chris. Chao
— Chao bella

Colgué el teléfono y me quedé mirándolo extrañado. Me hubiera gustado que se quedase con nosotros, o al menos que me avisara que venía a darme la carta. Me senté en la cama y abrí el sobre donde venía todo. Saqué primero la carta junto a la fotografía y a otro papel.

«Buenas Chris. ¿Cómo estás?

A partir de hoy quizás te entregue demasiado temprano las cartas, o bueno cuando empiecen las clases será a primera hora de la mañana.

¿Sabes? A veces extraño ser la chica desconocida que te hacía fotos. Supongo que se siente raro darse a conocer.

Por cierto. Tú ya sabes que me enamora tu sonrisa y cómo bien dijiste el otro día la fotografía de hoy la guardé en el cuaderno. Espero que la guardes muy bien porfa. Nos vemos pronto.

Atte. La chica de tus fotos.»

En cuanto acabé con la carta comencé con el siguiente texto. Este era algo distinto al anterior pero en cada uno de ellos se veía que contaba todas las historias que había vivido. Era cortito pero a la vez intenso y eso me gustaba. Se llamaba «Cambios de estación» y los explicaba con todos los detalles de cada época.

TEXTO: Cambios de estación

«El invierno empezó cuando ella se fue, él no lo sabía hasta que ella no volvió. Entonces llegó la primavera con sus mensajes, sus llamadas, y él sonrió. Su llegada dio paso al verano, cuando ella regresó y él sintió su calor.

Sin esperarlo volvió a marcharse un tiempo y el otoño comenzó, primero unos días, luego meses, hasta años, y el invierno volvió.»

En cuanto acabé con el texto lo guardé junto a lo demás, abrí el armario y metí el sobre en la misma caja donde tenía todos.

Minutos después regresé al salón, los demás chicos ya habían llegado y estaban esperándome para jugar al Mario Kart. Cuando terminamos de comer recibí un mensaje suyo diciendo que ya había llegado. En realidad me hubiese gustado que pasase el día con nosotros pero supongo que, al contrario que yo que apenas veo a mi padre los domingos, también tiene familia con la que estar.

Durante la tarde pensé en ir a la pista de skate con los chicos, ellos también montaban y hacía buen día, así que tal vez fuera una buena idea salir.

▼¿Qué les pareció esta carta y el texto? ¿Qué piensan que pasará? Contadme todo lo que imaginéis porfa. Espero y os guste el texto, la carta y la fotografía.▼